Los desafíos de la única carrera de pregrado dedicada al Patrimonio en Chile
Académicos y estudiantes del programa de Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio de la U. San Sebastián trabajan en la digitalización de fotografías del Parque Forestal de Santiago con el fin de rescatar la historia de este lugar, un sitio de gran valor histórico y cultural. El arquitecto Carlos Maillet, director del programa y exdirector del Servicio Nacional del Patrimonio, analiza los retos que impone la tarea para la conservación y revitalización de este espacio, además de los desafíos de la enseñanza sobre el patrimonio cultural del país.
La preservación y valorización del patrimonio cultural es una tarea esencial para mantener la identidad y la historia de las sociedades. En respuesta a esta necesidad, han surgido programas especializados en Patrimonio, que ofrecen una formación integral y multidisciplinaria a sus estudiantes. Es el caso de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián (USS).
Este programa se enfoca en el estudio, conservación y gestión del patrimonio cultural y natural. Los estudiantes se sumergen en áreas como la arqueología, la historia del arte, la arquitectura, la antropología y la gestión cultural. Este enfoque multidisciplinario les permite entender y proteger el legado cultural desde múltiples perspectivas.
La licenciatura incluye tanto formación teórica como práctica. Los estudiantes participan en restauración de edificios históricos, catalogación de objetos y documentos, la digitalización, y el diseño de proyectos de gestión cultural. Además, se les enseña sobre legislación y políticas públicas relacionadas con la preservación del patrimonio.
Una característica destacada de la licenciatura es su enfoque en la sostenibilidad y el desarrollo comunitario. Los futuros profesionales aprenden a involucrar a las comunidades locales en la preservación de su propio patrimonio, promoviendo un sentido de identidad y pertenencia.
Parque Forestal de Santiago
Un ejemplo concreto de la aplicación de estos conocimientos es la preservación del Parque Forestal de Santiago. Este emblemático espacio verde no sólo es un pulmón para la ciudad, sino que también un sitio de gran valor histórico y cultural. A través de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio USS, los estudiantes pueden participar en proyectos que buscan conservar y revitalizar este espacio, asegurando su mantenimiento y relevancia para las generaciones futuras.
Carlos Maillet, arquitecto, ex director del Servicio Nacional del Patrimonio entre 2019 y 2022 y director de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio USS, comenta que el verdadero nombre de este lugar es “Parque Forestal Rubén Darío”, en honor al poeta nicaragüense que dio sus primeros pasos literarios en Chile, antes de alcanzar la fama mundial como el exponente más destacado del modernismo.
El académico señala que fue el intendente de Santiago Enrique Cousiño, quien en 1900 encargó al paisajista francés George Dubois un proyecto que, imitando el diseño de los parques europeos, que mezclan la arquitectura, las artes y la cultura, diera vida a esta área urbana que había sido ganada al río Mapocho. Con el paso del tiempo, este punto de encuentro permitió el desarrollo de importantes construcciones públicas y residencias particulares.
Hoy, con casi 120 años desde su inauguración, se busca la manera de recuperarlo. Así, académicos y estudiantes de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio USS trabajan en la digitalización de fotografías, rescatando álbumes inéditos que trastocan la historia del lugar, así como la investigación de espacios desconocidos. Todo ello, con el fin de traer al presente su historia y contribuir a su divulgación, todo ello fruto de un convenio de colaboración con la Fundación En Terreno.
A través de su historia, el Parque Forestal ha tenido múltiples transformaciones. Uno de los aspectos menos conocido de su historia fue la existencia de una laguna, uno de los principales atractivos del lugar, la que también servía como un espejo de agua que realzaba el Museo de Bellas Artes y que fue desecada en 1944.
Maillet afirma que “el proyecto de paisajismo en Santiago se desarrolló en una ciudad en constante transformación, marcada por el crecimiento demográfico, cambios sociales y económicos, y la construcción de nuevos edificios y espacios públicos que hacían referencia a París, ciudad referente del orden de la época. En este pulmón verde se construyeron museos, monumentos, nuevos patrimonios y se establecieron modelos de gestión asociados al urbanismo”.
El académico sostiene que para todos los ciudadanos, los monumentos son parte del embellecimiento del espacio público. “Pensemos que, en Santiago, Vicuña Mackenna trató de emular lo que era París en la época, un símbolo de civilidad, y lo que hizo el barón Georges-Eugène Haussmann en París, fue crear grandes avenidas, instalar monumentos y promover la cultura humanista en todas sus dimensiones”, rememora el experto, analizando que el parque también cumplía una función social en sus inicios, con la conquista del espacio público. “A fines del siglo XIX, no había agua potable en las casas, mientras que en el Forestal se instalaron piletas de agua potable, un tremendo adelanto para la época, así como otros”, sostiene.
Interés por los jóvenes en el patrimonio
¿Por qué es tan difícil hablar de patrimonio cultural en Chile? Para el arquitecto Carlos Maillet, responder esta pregunta se ha vuelto una cruzada comunitaria de forma urgente. Pese a ello, indica que existe un masivo interés de parte de los jóvenes que están incorporándose en el ambiente cultural patrimonial. Cita de ejemplo el Día de los Patrimonios, que se ha convertido en uno de los hitos culturales más importantes del país desde su instauración en 1999 por Marta Cruz-Coke, fallecida el año pasado, congregando a millones de personas el último fin de semana de mayo que disfrutan de las riquezas y tesoros culturales y patrimoniales con los que cuenta el país. Dicho “termómetro” para el arquitecto demuestra que hay motivación por el tema, así como desconocimiento respecto de las oportunidades de empleabilidad que ofrece esta área.
La licenciatura se posiciona desde la realidad nacional, lo que permite que los estudiantes se relacionen con el medio desde temprano, contando en su plan de estudio con más de 15 convenios con instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, que necesitan pasantías y trabajos patrimoniales, tales como galerías de arte, museos, centros culturales y muchos más. Ejemplo de ello es el trabajo que los estudiantes USS desarrollaron en 2023 en el Museo del Carmen de Maipú, específicamente en la conservación de su colección, lo que ayudó a mejorar el nivel de interpretación, así como en un aumento en las visitas.
De dichas instituciones también se nutre el cuerpo docente de la carrera, con académicos que están vigentes en sus roles profesionales efectuando trabajos patrimoniales, desde restauraciones hasta planes de diseño de museos por abrir.
Al finalizar la carrera, los egresados pueden trabajar en museos, centros culturales, organismos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y empresas privadas que se dedican a la gestión del patrimonio. Su labor contribuye a la protección y difusión del patrimonio cultural, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender de él.
Hacia la consolidación de una mirada patrimonial
El patrimonio es un tema convocante para los habitantes de cualquier lugar, y esto lo saben los países de la región que han logrado generar un ecosistema turístico ligado al cuidado de sus espacios y su historia. Perú, Ecuador, Argentina o México son casos que demuestran que se puede generar interés por lo local. Ante el atraso que muestra Chile en materias de patrimonio, Carlos Maillet aclara: “La señal de la Universidad San Sebastián de crear este proyecto de pregrado apunta precisamente a ir consolidando una educación formal, que creo que, si bien no es excluyente, es necesaria para disminuir las brechas existentes en cuanto a la valoración de nuestro pasado para proyectar un mejor futuro”.
Maillet agrega que la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio USS trabaja de manera colaborativa con otras carreras, pues el patrimonio juega un rol en el que otras profesiones pueden aportar. Una dinámica que por ahora se ve como un faro en medio del mar, siendo la única carrera de pregrado en el territorio para profesionalizar a más personas en esta importante área, con herramientas para aplicar los fundamentos antropológicos, estéticos e históricos del arte, las ciencias de la conservación, el estudio y experimentación de los materiales en obras artísticas y bienes patrimoniales, además de las normativas, el conocimiento acabado de las legislaciones vigentes y de los acuerdos internacionales.
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