Ya opera en Chile el microscopio automatizado de alto rendimiento más avanzado de Latinoamérica
El Centro de Biología Celular y Biomedicina de la U. San Sebastián adquirió el microscopio automatizado de alto rendimiento, considerado el más moderno de Latinoamérica. En esta nota, te contamos sus capacidades para favorecer la investigación científica.
Hay inventos que han cambiado la historia de la humanidad, y el microscopio está en las listas de los 10 más importantes. Sin el desarrollo de esta tecnología que permite observar pequeños seres vivos invisibles a simple vista, enfermedades como la viruela, la rabia o incluso eventos más recientes como el COVID-19 no habrían podido ser conocidos y combatidos.
Si bien su creación moderna se remonta al siglo XVI, es en los últimos años que su avance tecnológico es fundamental para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento.
Si pensamos que una bacteria mide entre 0,5 a 5 micrómetros de longitud -equivalente a una milésima parte de un milímetro-, aún hay un mundo por explorar.
Este es el microscopio más avanzado de Latinoamérica
Conscientes de la necesidad de seguir avanzando en busca de respuestas, la Universidad San Sebastián (USS) adquirió el microscopio automatizado de alto rendimiento Operetta CLS, considerado el más moderno de Latinoamérica.
El equipo forma parte del proyecto de investigación EQM 220072 “Unidad de microscopía automatizada de alto rendimiento y análisis de alto contenido de fenotipos celulares complejos con aplicación en biomedicina”, que obtuvo financiamiento de ANID tras adjudicarse el Concurso de Equipamiento Científico y Tecnológico Mediano (Fondequip) 2022.
“Generamos este proyecto con la finalidad de obtener un microscopio que fuese capaz de aumentar el volumen de trabajo”, relata el doctor Jorge Cancino, académico asociado al Centro de Biología Celular y Biomedicina (Cebicem) en la Facultad de Medicina y Ciencia de la USS.
A diferencia de sus pares, el Operetta CLS no es el típico microscopio que existe en el imaginario colectivo. Es más bien una caja, y dentro de ella existe un sistema que permite incluso mantener las células vivas para hacer observaciones más extensas y seguir los procesos por tiempos prolongados sin dañarlas. Pueden ser observadas de manera rutinaria, es decir, cada 30 minutos, con una cámara capaz de tomar 100 imágenes por segundo, registrando desde eventos celulares hasta eventos moleculares.
Otro detalle de esta herramienta es que puede multiplicar la capacidad de trabajo, al automatizar sus procesos e ir aprendiendo en el camino, evaluando las imágenes obtenidas a través del software Harmony (machine learning) . “Es capaz de analizar esa imagen de manera completamente no sesgada, hace su trabajo completamente a ciegas, y entrega los datos de manera gráfica, como si trabajaran al interior una serie de robots al mismo tiempo”, explica Cancino, agregando que la intervención del humano será vital en el posterior análisis de las muestras obtenidas.
Impacto en investigaciones
Si intentásemos ver el trabajo al interior del laboratorio, el microscopio Operetta CLS puede estudiar placas de hasta 96 experimentos posibles, o en otros casos 1.500 pocillos con muestras una al lado de la otra. “Ningún humano se puede sentar 1.500 veces a fotografiar detalles. En cambio, la máquina sí lo hace, y no solamente eso, lo analiza de múltiples maneras y los representa gráficamente”, destaca el investigador para dimensionar que hoy es posible hacer un trabajo en un par de horas, cuando en otros tiempos significó meses o años completos.
Jorge Cancino, quien es bioquímico de profesión, comenzó a ocupar microscopios a inicios del 2000 cuando estudiaba en pregrado. Hoy, convertido en investigador, reconoce que la adquisición de la moderna tecnología “es una aspiración de hace varios años”, ello tras conocer la versión más antigua de este equipo cuando realizó su posdoctorado en Italia.
Desde su rol, Cancino considera que el principal impacto en las futuras investigaciones USS no recae solamente en el volumen, sino que acerca análisis y captura de imágenes que son más bien de expertos. “Tú puedes llegar con tu experimento, pones tu placa, tomas imágenes, siendo muy fácil al ser una tecnología intuitiva”, asegura. Esa posibilidad de hacer accesible su uso a la comunidad permitirá, según el científico, acercar a otros investigadores “que tienen muy poca o nula experiencia en análisis de imágenes”.
El microscopio estará abierto desde marzo tanto para los docentes no sólo de la sede de Santiago de la USS, sino también de Concepción, Valdivia y Puerto Montt, gracias a la Unidad de Microscopía USS, que estará especializada para atender a las personas cuando requieran de su uso, y así puedan obtener el resultado de una manera más rápida. Entendiendo las distintas líneas de investigaciones, el Operetta CLS puede ser de utilidad para una variedad de tareas científicas, potenciando el estudio de enfermedades.
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