Consejos para prepararse para la segunda PAES del 2023
En lo posible, enfocarse en repasar y no en adquirir nuevos contenidos. También, en dormir lo suficiente y llevar una dieta saludable. Aunque la ansiedad suele ser inevitable, lo aconsejable es mantenerla bajo control.
Más de 287 mil personas tienen marcado en su calendario el día 27 de noviembre próximo, fecha en la que comenzarán a rendir al menos una de las pruebas PAES que definen el ingreso a las universidades chilenas. Es la segunda instancia del año -la anterior fue la de invierno- y, en comparación con la de fines de 2022, subió en un 4.5% el número de inscritos.
Es decir, son más de 287 mil personas con la mente puesta en un solo fin: rendir al máximo posible.
¿Qué hacer, entonces, cuando la PAES está a la vuelta de la esquina? Existe una serie de recomendaciones que bien vale la pena tomar en cuenta. El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, sintetiza las fundamentales: “Si bien es importante que las y los postulantes estén conscientes de la relevancia de las pruebas, de forma que puedan prepararse con anticipación y se concentren durante la rendición, es fundamental que el estrés no los domine, pues puede terminar perjudicando tanto su salud como sus resultados. Por ello, es necesario recalcar que esta no es una instancia en la que se juega ‘al todo o nada’. Quienes rindan las pruebas deben contar con la perspectiva de que tendrán más oportunidades para rendir pruebas y combinar puntajes si los resultados no son satisfactorios, y que también existen distintas vías de acceso a la educación superior, siendo la centralizada sólo una de ellas”.
CUIDADOS MÍNIMOS
Todos llegan a la PAES en distintas condiciones, contextualiza Pamela Araya, directora de la carrera de Psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Y lo ideal -estudiar con tranquilidad, sin ruido, con buena luz y ventilación- no siempre es posible. Sin embargo, hay sugerencias básicas que no pueden obviarse si lo que se quiere es llegar a la prueba en las mejores condiciones.
“La alimentación es un tema importante; hay que comer liviano, sobre todo las personas que tienen problemas estomacales; evitar alimentos fuertes y cenas pesadas. Lo ideal es tener una dieta saludable -detalla la académica-. Ocho o más horas de sueño también se recomienda, y no usar pantallas antes de dormir, porque eso hace que el sueño no sea ni profundo ni reparador. Durante la noche, el cerebro consolida los aprendizajes adquiridos durante el día, por lo que el uso excesivo de pantallas puede interferir con este proceso”.
Coincide Jennifer Cornejo, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Santa María. “Deben dormir bien, porque al dormir se consolida la memoria. Y para esto, tener una dieta saludable también sirve; evitar las fiestas seguidas al menos por este mes, ya habrá vacaciones para eso; hacer deporte, caminatas al aire libre, porque sirve para relajarse; practicar mindfulness, meditación y/o relajaciones. El focalizarse en el aquí y el ahora sirve para reducir la ansiedad que producen estas situaciones”.
Claudia Badilla, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, entrega las siguientes sugerencias:
* Es fundamental intentar centrarse en el presente e ir valorando lo que se va haciendo y no lo que queda por hacer. Vivir el proceso con el foco puesto en el presente y no en lo que falta.
* Intercalar el estudio con actividades que estimulen otras áreas cerebrales relacionadas con lo sensorial y la creatividad, ya que permiten intervenir los pensamientos ansiosos en torno a los problemas y las aprensiones. Por ejemplo, dar espacio al deporte y el humor, ojalá la risa espontánea, que se relacionan con la secreción de endorfinas y producción de adrenalina. Esto ayuda a estabilizar el ánimo, activa el sistema inmune, alivia la tensión muscular, favorece la oxigenación y facilita el sueño.
* Aprender a priorizar, delegar, dejarse ayudar, confiar y agradecer.
* Usar como recurso de organización el anotar en agendas y en papeles de recordatorios.
* Practicar la tolerancia y flexibilidad en caso de cambio de planes.
* Evitar compararse y competir con otros. La percepción de injusticia y desventaja va en desmedro de la efectividad que se busca.
* En momentos de ansiedad en el estudio, comenzar por lo que se domina, ejercicios resueltos, para ir contactándose con la sensación de autoeficacia que aumenta la motivación por el estudio.
* Cuidar patrones de sueño y alimentación. Realizar el estudio en un horario acotado, diurno, y no todo el día.
HASTA CUÁNDO ESTUDIAR
Los últimos días, sólo repasos. Tratar de adquirir nuevos conocimientos no es útil, señala la psicopedagoga de la UNAB: “Se entiende que los contenidos ya se han ido trabajando durante el semestre o el año, o en el preuniversitario, de manera que los conocimientos están internalizados. En las últimas semanas lo mejor es repasar lo que les sea un poco más difícil, sin dejar de lado lo que manejan de una manera más segura”.
Para ello, en Preunab, el preuniversitario online y gratuito de la Universidad Andrés Bello, se puede encontrar material para aprovechar de ejercitar estas últimas semanas, como quizzes, ensayos y guías con el contenido que contemplan las distintas pruebas. Además, en el canal de YouTube UNAB TV se pueden revisar clases de preparación para la prueba de Matemáticas 1, donde se analizan los contenidos principales que se evalúan en esta.
El subsecretario Víctor Orellana advierte que no es recomendable quedarse estudiando hasta la noche previa a la aplicación de la prueba. “Siempre es posible que el último problema que se estudie sea uno que se parezca a alguno de las pruebas, pero el estrés asociado a estudiar a horas de la aplicación y la falta de descanso pueden interferir con demostrar las verdaderas habilidades durante el día de rendición -comenta-. En este sentido, la recomendación general es estudiar, frecuentemente, por un período de tiempo prolongado y asegurar un descanso reparador antes de rendir las pruebas”.
La Dra. Eugenia Escorza, jefa de salud mental de Clínica Dávila y psiquiatra Dávila Vespucio, señala que el estudio tiene muchas fases: las primeras tienen que ver con los conceptos grandes y generales, y perfectamente una última etapa puede hacerse a un mes de la prueba, siempre y cuando se trate de repaso de resúmenes. “No es contraproducente, es una fase del estudio, pero sí hay que tener ciertas precauciones, porque hay personas que son muy ansiosas, que se empiezan a angustiar. El balance de la angustia en cierto grado focaliza, pero un grado mayor puede dañar la capacidad de concentración y la angustia pasa a ser lo primero, el centro de la situación. Y en ese caso sí puede dañar”, puntualiza.
EL FACTOR ESTRÉS
La psicóloga Jennifer Conejero indica que, efectivamente, una prueba como la PAES es un ansiógeno. “Tiene una carga personal, familiar y social importante. Muchos jóvenes sienten que el futuro se define ahí, que deben mostrar lo buenos que son y responder a lo que se espera de ellos. Por otro lado, puede haber presión de las familias para cumplir expectativas. Y sí, pueden traicionar los nervios, por eso es importante trabajar la ansiedad antes, y si a esta fecha hay insomnio por la angustia, problemas estomacales, malestar significativo, se aconseja buscar ayuda profesional”.
La doctora Escorza precisa que, si bien una cuota de estrés beneficia porque implica una descarga adrenérgica, se trata siempre de tener un balance, es decir, que dicho estrés sea moderado. “Un exceso puede dañar -explica-. Y todo depende también de la base de la persona que está sufriendo este estrés. No es lo mismo una persona de una edad más joven que una persona mayor; tampoco lo es alguien que ha tenido patologías que alguien que no, y no es lo mismo una persona que tiene eventos que ya han sido de alta ansiedad y a la que esto le agrega algo más. Entonces, esa cuota de estrés hay que tenerla bien considerada en el balance del sistema nervioso de la persona”.
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