Francisca Mardones y su camino para buscar el oro en Santiago 2023

Francisca Mardones durante uno de sus lanzamientos de la bala en la final de la prueba en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Francisca Mardones durante uno de sus lanzamientos de la bala en la final de la prueba. Foto: @comiteparalimpicochile/Instagram.

Oro Paralímpico en lanzamiento de la bala, récord mundial de la disciplina y mejor deportista chilena de 2021. María Francisca Mardones se sigue preparando para competir, ahora en Santiago 2023, mientras comparte sus esfuerzos con los estudios de Gestión Deportiva en la Universidad Andrés Bello, el plantel de educación superior con más presencia en la cita deportiva y sponsor oficial de los juegos.



Desde lejos se podían escuchar sus dedos rápidos y decididos, pulsando con suma concentración los botones para ganar alguna de las competencias del videojuego Decathlon de Atari 2600, inspirado en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. María Francisca se sumergía absorta en las competiciones, soñando con estar algún día ahí, como protagonista.

Aquellas jornadas frente a la pantalla, compitiendo en esas pruebas virtuales, encendieron una chispa en la pequeña Panchita. La idea de alguna vez ser parte del mundo deportivo comenzaba a tomar forma en su mente. Antes de dormir, soñaba con escenarios más grandes, con estadios repletos y la emoción de llevar la bandera chilena a lo más alto.

“Siempre me gustó el deporte, desde chica, me gustaba la competencia, en mi colegio el deporte que había lo practicaba, pero nunca me decidí para profesionalizarme en uno”, cuenta María Francisca Mardones, avanzando un poco por su vida, hasta ese momento de 1999 en que cambió todo.

“Estudié Hotelería y en 1999 fui a Puerto Rico a hacer mi práctica. Nos pilló el huracán Lenny en una de las Islas Vírgenes. Una noche salí a proteger unas cosas para que no tuviéramos pérdidas materiales y en eso me caí por un barranco, me arrastré varios metros, lesionándome la columna”, relata María Francisca, refiriéndose al accidente que le quitó la movilidad por el resto de su vida.

Tras años de rehabilitación, la joven comenzó a despertar nuevamente esa voz interior que le decía que ella estaba hecha para competir. Conoció el tenis adaptado a silla de ruedas y partió. Ahí se comenzó a escribir otro capítulo para su vida y para la historia del deporte paralímpico chileno.

El camino al oro olímpico

Francisca Mardones luce su medalla de oro
Francisca Mardones luce su medalla de oro

“Tras prácticamente 5 años de operaciones y rehabilitación, tuve la suerte de conocer a Doris Gildemeister, quien me presentó el deporte adaptado”, cuenta Francisca Mardones.

Comenzó a practicar tenis en silla de ruedas, donde rápidamente destacó hasta ser seleccionada nacional y protagonista del circuito. Su alma competitiva y su destreza prácticamente desde entrar a la arcilla le permitieron tener un rápido crecimiento deportivo, que en solo algunos años, le permitió cumplir su sueño, llevar la bandera chilena por todo el mundo.

“Cuando tomé la raqueta por primera vez, me propuse no soltarla más. Fue como volver a vivir”, recuerda Mardones. Las victorias comenzaron a llegar, primero en los Juegos Parapanamericanos de Río 2007, donde obtuvo la medalla de bronce, una hazaña que repetiría en Guadalajara 2011.

Cada torneo fortalecía su posición como una de las principales figuras del tenis adaptado en América Latina, pero su gran anhelo estaba por venir.

Francisca logró clasificar a los Juegos Paralímpicos de Londres 2012. Aunque no se colgó una medalla, su participación reafirmó su pasión inclaudicable. Repitió en Río 2016, pero seguía faltando la esquiva presea paralímpica.

Mientras se preparaba para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, la vida le puso una nueva prueba. “Me lesioné de la mano derecha y me costaba movilizarme en la silla de ruedas, no podía hacerlo con velocidad, así que me di cuenta que el tenis se había acabado para mí”, recuerda Francisca, quien a los 39 años parecía ver terminada su vida en la alta competencia.

Una edad para retirarse con los laureles propios de una deportista olímpica, sin embargo, esa decisión estaba lejos de ser tomada. “Me ofrecieron el lanzamiento de la bala. Ya estábamos en pleno ciclo olímpico. Siempre me habían dicho que tenía cualidades para ese deporte, así que dije que sí, me sentía bien mentalmente para seguir en la alta competencia”, asegura la deportista, quizás en ese momento sin saber que cambiaría para siempre la historia del deporte paralímpico nacional.

Solo dos años después María Francisca estaba en la cima, viendo la bandera chilena izarse, porque había ganado la medalla de oro, con récord incluido, en el Mundial de Dubai 2019. Desde los ojos de la deportista caían algunas lágrimas, no solo por la satisfacción del sueño cumplido. “Hace unos días, horas antes de debutar, me avisaron de Chile que mi papá falleció. Tomé la decisión de quedarme acá y competir en honor a él, y hoy juntos lo logramos”, comentó en la oportunidad la deportista chilena, demostrando que había nacido para tocar la gloria.

A su título mundial le vino otro sueño cumplido, ese que había visto cuando era aún la panchita que movía los dedos en su viejo Atari. En 2021, Francisca Mardones se quedó con el oro Paralímpico en los JJOO de Tokio, entrando de lleno en la historia del deporte chileno, más allá de sus premios, por su capacidad para siempre torcerle la mano al destino.

“Estudio en UNAB para ayudar a los deportistas”

Mientras se prepara para representar a Chile en los Parapamanericanos de Santiago 2023, María Francisca ultima detalles de su Magíster en Gestión Deportiva en la Universidad Andrés Bello. “Afortunadamente estoy en una universidad que conoce perfectamente cómo es la vida de los deportistas de alto rendimiento, me han ayudado mucho, me están permitiendo cumplir mi sueño, que es después poder ayudar yo a los deportistas de disciplinas adaptadas”, comenta Mardones.

“Estoy con mi Fundación Francisca Mardones, donde tengo el deseo de apoyar a más deportistas en poder alcanzar sus metas. Tener apoyo en sus entrenamientos, su proceso, etc. Mi tesis en el Magíster de la UNAB va a ser abordar justamente ese tema. Lo vamos a ir poniendo en práctica todos los días.”, asegura la histórica deportista.

El apoyo de la Universidad ha sido importante no solo con ella, sino que con su plantel de deportistas y voluntarios, el más grande de cualquier entidad de educación superior del país. Junto con ser la única universidad sponsor oficial de Santiago 2023, la UNAB fomentará la participación y difusión en su comunidad de los juegos Panamericanos y Parapanamericanos. “El objetivo es vivir esta fiesta deportiva y hacer que nuestra comunidad participe de ésta”, explica el rector Julio Castro.

Se transmitirán las competencias en diversos recintos en cada uno de sus campus, se generará una campaña para distribuir entradas distribuirán entradas a estudiantes y egresados, se realizará un seguimiento de los resultados de sus más de 70 estudiantes compitiendo y, a la vez, se apoyará a los voluntarios que se inscribieron para aportar en esta fiesta deportiva.

Lo anterior se suma a la serie de actividades e iniciativas relacionadas a la cita deportiva que ya hace meses se venían realizando a través del Instituto del Deporte y Bienestar de la universidad y que aportaron con conocimiento interdisciplinar al desarrollo de este evento.

Sus días siguen con la intensidad que eligió para vivir. Santiago 2023 es su próximo desafío cercano y seguir dejando huella en el deporte es su gran inspiración. Para todo el que la conozca, es un ejemplo imborrable.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.