100 años de Novo Nordisk: La historia que cambió el tratamiento a la diabetes y otras enfermedades crónicas
Lo que comenzó con una pareja atravesando el Atlántico para encontrar una cura a una enfermedad mortal, se convirtió con el paso de los años en el desarrollo de un laboratorio a la vanguardia de la innovación y la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
A comienzos del Siglo XX, ser diagnosticado con diabetes tipo 1 era una sentencia de muerte. Ni sus causas ni su tratamiento eran conocidos por la comunidad científica y por ello la esperanza de vida de quienes recibían su diagnóstico era baja.
Pero todo comenzó a cambiar en 1921, cuando Frederick Banting y Charles Best de la Universidad de Toronto, lograron por primera vez extraer la insulina del páncreas de un perro y analizar sus efectos, lo cual fue el primer gran paso para el tratamiento de la diabetes.
La noticia comenzó a circular por la comunidad científica, cruzó el Atlántico y llegó a oídos de August y Marie Krogh un matrimonio de médicos marcados por la diabetes tipo 1: Marie Krogh la padecía. Así es como August viaja a Canadá, conoce la técnica y la lleva de vuelta a su país, donde decide comenzar la producción de la hormona en Escandinavia.
“Antes del descubrimiento de la insulina, vivir con diabetes era una situación extremadamente difícil y desafiante para los pacientes. No existía una terapia eficaz para controlar el nivel de azúcar en la sangre, lo que llevaba a un deterioro progresivo de la salud y a complicaciones graves. La esperanza de vida de las personas con diabetes era significativamente reducida, y muchas de ellas enfrentaban una calidad de vida muy limitada”, nos cuenta la dra. Renate Flaskamp, directora Médica, Regulatorio y de Calidad de Novo Nordisk.
¿Qué tan importante fue este descubrimiento? Un ejemplo es lo que ocurrió con Else Jepessen, una niña que el 1918 a sus 4 años fue diagnosticada con diabetes tipo 1. Ella fue de las primeras que recibió el tratamiento en 1923, y no solo logró sobrevivir, sino que incluso convertirse en atleta y llegar a adulta formando una familia. Cambios que comenzaron a transformar la calidad de vida de la gente y de paso, armaron el camino para la creación de un laboratorio que hasta el día de hoy sigue innovando.
Caminos convergentes
Dentro de esa misma década, en Dinamarca, dos compañías surgen para empezar con el desarrollo y producción de insulina y tratamientos contra la diabetes: en 1923 se crea Nordisk Insulin Laboratorium y dos años más tarde sería el turno de Novo Terapeutisk Laboratorium, compañías farmacéuticas que correrían en paralelo, pero cuyos desarrollos comenzaron a nutrir a la comunidad científica en su conjunto. Mientras Nordisk era el primer laboratorio en crear tratamientos de insulina en su país, Novo en tanto salía a la luz gracias a su Jeringa Novo, la cual hacía mucho más fácil la aplicación del tratamiento a los pacientes sin tener que depender de la supervisión médica.
En la década del 30 tanto Novo como Nordisk presentaban insulinas con efectos prolongados usando distintos métodos. Y en 1947 Novo ya expandía sus productos lanzando su primera penicilina.
“Los pacientes son la inspiración y el corazón de todo lo que hacemos en Novo Nordisk. Nuestra compañía siempre ha tenido un fuerte enfoque en las necesidades de los pacientes, escuchando sus experiencias, desafíos y expectativas para desarrollar tratamientos y soluciones que respondan a sus demandas”, explica la dra. Renate Flaskamp.
La expansión de Novo Nordisk alrededor del mundo comenzó con la fusión de las empresas en 1989. “A partir de ese momento, nuestra compañía se ha comprometido a llevar nuestros tratamientos innovadores a nivel mundial, estableciendo colaboraciones y alianzas estratégicas con otras organizaciones y gobiernos para mejorar el acceso a la atención médica en diferentes países”.
Tras esta fusión, la compañía no solo concentró su producción y distribución de forma global, sino que también comenzaron a realizarse colaboraciones y alianzas estratégicas para mejorar el acceso a la atención médica alrededor del mundo. “La creación de la Fundación Mundial de Diabetes y la Fundación Mundial de Hemofilia ha sido un paso importante en nuestra estrategia para financiar el acceso a la atención sanitaria en los países más pobres del mundo”, dice la dra. Flaskamp.
Legado científico
La historia de Novo Nordisk ha estado marcada por una serie de innovaciones en diferentes áreas. La más conocida, como hemos hablado hasta ahora, ha sido el del desarrollo de las insulinas, el cual siempre estuvo marcado por la necesidad de mejorar su compuesto y hacerlo más eficaz. Para ello se intentó incluso obtenerlo de las ballenas, sin éxito.
Pero fue en 1982 cuando Novo se convierte en la primera empresa en comercializar insulina idéntica a la producida naturalmente en el cuerpo humano, lo cual redujo las reacciones alérgicas que lo compuestos anteriores podían llegar a producir.
Cinco años más tarde, y luego del conocimiento obtenido a través de la creación de otras sustancias como la penicilina, se presenta la primera insulina creada a partir de células de levadura modificadas genéticamente, aumentando así la capacidad de producción y mejor obtención de materias primas. Pero no solo de diabetes e insulina han existido hallazgos.
El 2009, buscando tratamientos para la Diabetes Mellitus 2, se crea el primer tratamiento GLP-1, que imita la acción de una hormona llamada péptido similar al glucagón tipo 1 y que no depende de la insulina para tratar la enfermedad. Sin embargo, con el tiempo se convertiría en el primer producto del laboratorio que es aprobado para el tratamiento de la obesidad, enfermedad crónica donde Chile lidera el ranking de los países con mayor prevalencia.
Este descubrimiento, de la doctora Lotte Bjerre Knudsen, seguiría dando frutos en 2017, cuando se desarrolla una segunda generación del tratamiento que además de mejorar su funcionamiento contra la obesidad, está siendo investigado como un potencial tratamiento contra el Alzheimer. Novo Nordisk también se ha caracterizado por innovar más allá de sus medicamentos. Ya hablamos de la jeringa Novo, que en 1925 permitió a los pacientes inyectarse de manera cómoda y precisa.
De allí la compañía dio un salto hacia el NovoPen, un dispositivo mucho más discreto, sobre todo para los pacientes que requieren varias dosis al día. Y recién el 2019 comienza el desarrollo del primer medicamento biológico análogo de GLP-1 de administración oral, lo que hace que sea un tratamiento mucho menos invasivo.
Otras enfermedades para las que Novo Nordisk ha generado tratamientos son la hemofilia, con y sin inhibidores, siendo los pioneros en desarrollar ese tipo de tratamiento, además del uso de hormonas para tratar los trastornos del crecimiento.
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