Carolina Torrealba: “La mejor manera de enfrentar la incertidumbre es inventando el futuro”
La ex subsecretaria de Ciencia y nueva Vicerrectora de Investigación y Doctorado de la Universidad Andrés Bello nos habla de los desafíos país para dar un salto al desarrollo e impactar positivamente a una sociedad chilena en constante cambio.
Carolina Torrealba está recién instalada en su oficina de la Vicerrectoría de Investigación y doctorado de la Universidad Andrés Bello (UNAB) en pleno barrio República, con estudiantes dando vueltas por todos lados. El cambio desde La Moneda, donde fue subsecretaria del ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación la tiene entusiasmada. Doctora en Biología Celular, su amor por la ciencia viene de su infancia, su conexión con la naturaleza y viendo las aventuras submarinas de Jacques Cousteau.
Antes de hacerse cargo de su puesto en la UNAB, se fue a bucear a Costa Rica para cambiar de aire y también retornar a sus orígenes: el mar, donde dio sus primeros pasos en investigación. Luego escribió “Pioneros: el inicio de la biología experimental en Chile”.
- A propósito de ese libro, como chilenos nos sentimos muy orgullosos de nuestros premios Nobel, de nuestros poetas ¿Qué pasa con sentirse orgulloso de nuestros científicos? - Pareciera que con las becas Conicyt, todo el sistema hubiese nacido, al mismo tiempo que nosotros, cuando no fue así. Los primeros investigadores se habían traído precisamente para mejorar el nivel de la docencia y los relatos de ellos son fantásticos, porque llegaron queriendo hacer investigación y se encontraron en un país en que no había nada. Hasta que al final hay un grupo de locales logra armar, contra viento y marea, un movimiento cultural muy bonito. Ése es uno de los proyectos que más me ha ayudado a entender nuestro sistema científico en perspectiva.
-Hubo un anuncio del presidente Boric sobre aumentar el presupuesto en el Ministerio de Ciencia. Según tu experiencia, ¿Qué programas son fundamentales mantener y hacer crecer?
-Tenemos un sistema que está sub-financiado. Se necesita un presupuesto bastante transversal, en distintas áreas. Más allá de algo específico, hay programas, como los Fondecyt, que son la base de nuestro sistema. De mi experiencia pasada, lo que uno ve en política comparada con otros países, hay rutas que han hecho que estos países den un salto. Han hecho apuestas en temas, en áreas y dicen OK, voy a invertir plata para que se desarrolle un sistema en torno a esta área.
- ¿Cuáles serían acá?
- Estos los tiene que poner la sociedad, o el gobierno representándola, y tenemos varios desafíos relevantes. Te doy un ejemplo; nosotros deberíamos ser un país líder en investigación oceanográfica. Todo nuestro comercio depende de innovaciones tecnológicas asociadas al mar. El 97% de las exportaciones salen por vía marítima, las importaciones también y las marejadas han aumentado impactando toda la vida costera. Entonces no es solamente la necesidad de investigación en conservación o investigación exploratoria del mar, sino que también logística, desarrollo tecnológico, zonificación costera, manejo de recursos de las caletas, cómo el cambio climático nos va a afectar y cómo lo podemos mitigar. No tenemos un plan de investigación en torno al mar y eso tendrá enormes costos.
- ¿Qué importancia tienen, para nuestra ruta de desarrollo como país, los emprendimientos de base científico-tecnológica? Ésa fue una de tus improntas en el ministerio.
- Así como dicen los emprendedores, la mejor manera de enfrentar la incertidumbre es inventando el futuro. Existe una base que tenemos que potenciar, ahí hay mucho valor. Muchos de ellos también se vinculan con problemas de sostenibilidad, de construir nuevos mercados pensando en una economía distinta, que es mucho menos depredadora para el medio ambiente, pero que tiene objetivos económicos de crear valor y riqueza con un menor impacto ambiental.
- ¿Y cuál es el rol de la universidad en este panorama? - En Chile, la principal cantidad de conocimiento se genera en la universidad y por lo tanto el cómo realizas la investigación, el sentido que le das y cómo lo vinculas con la sociedad, puede cambiar realmente el destino de un país. Pero no da lo mismo el cómo la haces ni cómo la vinculas. Debes tener un código no solamente científico, sino que también cómo ese conocimiento impacta la sociedad en la que está inmersa, siendo consciente de tu tremendo impacto potencial, así como de tus limitaciones.
Por eso hoy estoy tan contenta de asumir este nuevo desafío en UNAB. Es una universidad consolidada en investigación, que en pocos años se ha transformado en una de las cinco universidades con mayor producción científica en Chile y que abraza los desafíos que la sociedad cambiante le demanda hoy a la investigación: mayor impacto social, mayor transferencia, mayor compromiso con la creación de valor y con las políticas públicas de calidad. Más aun, por su tamaño, ubicación geográfica y diversidad de su estudiantado y cuerpo docente, es una universidad que aporta muchísimo al país y que estoy cierta será clave para construir la sociedad que esperamos.
-¿Cuál es tu hoja de ruta, los desafíos que te has impuesto y que UNAB ha visto en investigación y doctorado? - Yo pensé que nunca iba a volver a la academia y aquí estoy, feliz, precisamente porque es un tremendo desafío y porque la universidad tiene una tradición y una historia de compromiso con la investigación y con aportar al país que me parece admirable. Este año tenemos por lo menos cinco nuevos centros de investigación orientados al desarrollo tecnológico, investigación científica y políticas públicas. A través de ellos y de los ya existentes, estamos construyendo espacios en los que se abordan no solamente disciplinas, sino que problemas que puedan ser interdisciplinares y a través de las cuales queremos construir rutas de influencia e impacto. Es un desafío súper bonito.
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