Depósitos a plazo: una opción segura para cuidar el valor del dinero

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Ante el alza del IPC, que determina el nivel de inflación, y la incertidumbre, los depósitos a plazo asoman como una alternativa segura y estable para que el dinero no pierda su valor en los próximos meses. Esta herramienta de protección permite conocer la rentabilidad con anterioridad y definir el período en que se trabajará ese dinero. “Sale demasiado caro no invertir y tener el dinero guardado”, enfatiza Julio Riutort, académico de la U. Adolfo Ibáñez.



El sostenido aumento de la inflación en Chile no tiene a nadie indiferente. El aumento de los precios ha impactado y ha levantado las alarmas, por lo que la necesidad de cuidar el dinero y, sobre todo, su valor, es más importante que nunca.

“Cuando la tasa de inflación está alta como la actual, sale demasiado caro no invertir y tener el dinero guardado en la cuenta corriente o en la cuenta RUT, como lo tuvimos durante un buen tiempo después de los fondos de retiro, por ejemplo. Con la inflación uno tiene asegurado perder el poder adquisitivo y eso no nos pueda dejar indiferentes. Mantener tanta liquidez es demasiado costoso y la alternativa es invertir”, introduce Julio Riutort, profesor e investigador de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Por ejemplo, y considerando que el IPC acumulado en los últimos doce meses es de $11,5%, si el año pasado se dejaron guardados $100.000, esos hoy equivalen a $88.500.

El académico sostiene que una de las herramientas más sencilla y expedita para un inversionista que recién está partiendo y haciendo sus primeras inversiones son los depósitos a plazo (DAP). Esto, porque son una opción segura, que no tiene pérdidas y se conoce de antemano la rentabilidad y el monto que se obtendrá al final del período. Por lo mismo, es ideal también para inversores conservadores que no quieren mucho riesgo.

¿Qué son los DAP y cómo funcionan? Estos depósitos son sumas de dinero entregadas a una institución financiera con el fin de que generen intereses en un período de tiempo determinado, el que no debe ser menor a siete días en el caso de los que no son reajustables y a 90 días para los que son reajustables.

Hay distintos tipos de DAP. El depósito a plazo fijo, que obliga a pagar en un día fijado previamente. Luego están los de plazo renovable, que tienen condiciones similares a los de plazo fijo, pero con la opción de prorrogar de forma automática el depósito por un nuevo período en caso de no retirar el dinero, lo que contempla que se seguirán devengando, sobre el nuevo capital, los intereses y reajustes correspondientes al nuevo período. Finalmente, están los depósitos a plazo indefinidos, que no tienen fechas de término, por lo que se pagan cuando el depositante avise a la institución financiera.

Por ejemplo, en una institución financiera que ofrezca una tasa base de 0,8%, un monto de $100.000 generará $800 de retorno en un plazo de 30 días, en 90 días de $2.400, en 180 días de $4.800 y en un año será de $9.600. En el caso de que la tasa sea de 0,5%, al invertir $100.000 el retorno a 30 días será de $500, de $1.500 en 90 días, de $3.000 en 180 días y de $6.000 dentro de un año.

Para el docente de la Escuela de Negocios de la UAI, antes de decantarse por esta herramienta es relevante tener la capacidad para esperar el plazo estipulado. “Si nosotros lo que queremos es tener un colchón de recursos para usar mañana si es necesario, un depósito a plazo no es la mejor respuesta. Ahí sería mejor invertir en fondos mutuos respaldados en UF pero que permitan recurrir a esos fondos cuando los necesitemos, pero eso no es gratis, pues tiene algún costo de administración”.

Además, producto de la misma inflación, está la posibilidad de hacerlos en UF, aunque estos depósitos son ofrecidos por plazos más largos. Julio Riutort explica que la diferencia de hacerlo en pesos o en UF va a radicar en cómo evolucione la inflación en el futuro.

“Un depósito a plazo en UF se va ajustando por la variación del IPC y nos permite, en cierta medida, asegurar el valor de nuestra plata ahorrada. Luego, se va a poder comprar un poco más de lo que se podía comprar con ese dinero que cuando tomé el depósito”, explica.

En cambio, con los depósitos a plazo en pesos hay más incertidumbre. Por un lado, se podría sacar ganancias si el inversionista realiza un depósito a plazo en pesos existe la posibilidad de que con el tiempo los precios caigan y la inflación no sea tan alta, por lo que ese dinero le va a rendir más. Sin embargo, si eso no ocurre y los precios siguen en alza, su dinero rendirá menos en comparación de haberlo apostado por un DAP en UF, pero aun así seguirá siendo mejor que haberla dejado guardada.

El académico subraya que los depósitos a plazo desde 180 días a un año están entregando tasas en UF entre medio y un punto porcentual, algo que no se había visto hace mucho tiempo, lo que apuntar a hacerlo por tres años sería hablar de tasas de UF cercanas a un 3%. “Eso le da bastante tranquilidad, porque es la inflación más uno dos o tres puntos porcentuales extra. Además, los depósitos a plazo es prestarle plata al banco, que tienen regulaciones y desde el punto de vista de los depositantes el riesgo es bastante acotado”, agrega Riutort.

Por ejemplo, depositar $100.000 o bien 3,02UF en una entidad que ofrezca una tasa anual del 2% –que asoma como una de las más altas– rentaría dentro de un año 3,08UF. Es decir, el valor que tendrá la UF dentro de 365 días más una ganancia de 0,06 UF.

Finalmente, hay algunas recomendaciones a la hora de apostar por el depósito a plazo, como evaluar las mejores tasas de interés y si la rentabilidad cubre la inflación, además de los requisitos que establecen, como montos mínimos, y también elegir el plazo que mejor cumpla los objetivos trazados.

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