Guía para dar los primeros pasos para invertir
En un escenario donde la inflación alcanza un 11,5% acumulado en los últimos doce meses, la alternativa de solo ahorrar dinero no es la mejor, pues día a día pierde valor estando guardado. Por eso, una alternativa para combatir la inflación es invertir. ¿Cómo partir? ¿Qué ofertas existen? ¿Qué tipo de inversión se pueden hacer?
La constante alza del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el último tiempo ha aumentado el desafío de cuidar el dinero y los ahorros. La inflación escaló un 1,2% en mayo y alcanzó un 11,5% en los últimos doces meses, lo que significa el mayor nivel desde 1994.
En este escenario, ahorrar no es suficiente pues no generará ganancias. Por eso, es necesario tomar ciertas acciones para protegerse y una de ellas es la inversión. De esa forma se protegerá el valor del dinero que se tiene y se obtendrá una renta, que, dependiendo el camino escogido, será mayor o menor.
¿Cómo comenzar en las inversiones?
Hay distintos factores que se deben considerar en el punto de partida. Por ejemplo, manejar dos conceptos básicos, como lo son el riesgo y la rentabilidad. El primero es el concepto asociado a las variaciones propias que puede tener una inversión respecto de los valores esperados, mientras que el segundo se refiere a la capacidad que tiene la inversión para generar ganancias.
Luego, el siguiente escalón es definir el perfil de inversión. Este puede ir desde uno conservador a uno agresivo y va a depender de la edad y el tiempo de inversión, los ingresos, la tolerancia al riesgo, la rentabilidad deseada, entre otros.
Por eso, lo primero que se debe definir es el objetivo: ¿se quiere sólo proteger el valor de los ahorros? ¿se busca obtener poca o mucha ganancia?
Aunque hay matices entre cada perfil, se pueden identificar al menos tres: el más conservador busca privilegiar la seguridad de sus inversiones, escogiendo instrumentos que le aseguren que no se perderá su capital aun cuando las ganancias sean bajas; luego está el moderado, que está más dispuesto al riesgo, pero apunta a un equilibrio entre seguridad y rentabilidad; y finalmente está el perfil agresivo, que está dispuesto a asumir el riesgo de invertir en instrumentos más variables pero que ofrecen mayores rendimientos.
El siguiente punto es decidir la cantidad de dinero que se destinará y el plazo en el que se invertirá. Para ello es relevante ordenar el presupuesto y delimitar el monto que se reservará para las inversiones, pues no debe corresponder a gastos fijos ni personales. Además, así se podrá aspirar a un margen de ganancias, se podrán identificar con mayor facilidad posibles pérdidas y se tendrá certeza de las opciones de inversión a las que se pueden aspirar.
Con estos dos aspectos resueltos, se puede definir cuál es el producto financiero acorde.
En el mercado hay distintas alternativas que se distinguen entre herramientas de inversión directa o indirecta. El primer grupo se refiere a que es el inversionista el que adquiere directamente, como acciones, bonos, depósitos a plazo, entre otros; mientras que el segundo es cuando una persona aporta el dinero a un vehículo de inversión al igual que otros inversionistas y este se invierte de manera continua, como lo son los fondos mutuos o los fondos de inversión.
Entre ellos hay algunas características clave. Por ejemplo, un depósito a plazo es una alternativa a corto y mediano plazo de bajo riesgo, en el que se estipula desde el inicio la rentabilidad y se puede definir si es de plazo fijo, renovable o indefinido y que, por lo general, tiene un monto mínimo bajo de acceso. Por el otro lado, los fondos mutuos no tienen rentabilidad asegurada, ya que dependen si el fondo en el que se invierte es de bajo o alto riesgo.
¿Qué otras consideraciones se deben tener?
Todas las inversiones tienen algún costo asociado, ya sea una comisión por administrar el dinero u otras como costos de mantención. Por eso, es esencial resolver con antelación esas cifras y buscar la más conveniente.
Otro de los aspectos importantes para determinar dónde invertir es hacerlo después de evaluar las distintas opciones del mercado. Es relevante que la entidad esté regulada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), y/o la Superintendencia de Pensiones (SP).
Finalmente, luego de tener el panorama definido y de comenzar a invertir, es fundamental revisar periódicamente los desempeños, movimientos y todos los detalles de la inversión.
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