Jefe de la División de Desarrollo Urbano del Minvu: “Los PAU nos permiten poner en valor las alianzas público-privadas para alcanzar ciudades más justas, equitativas e integradas”
Las Viñitas de Cerro Navia es un proyecto de la Constructora Oval, conformado por seis condominios de distintos tamaños y morfologías, organizados en torno a áreas verdes controladas y equipadas con distintas zonas para realizar actividades, así como patios de verano e invierno. Su nombre se debe a que se trata de un proyecto desarrollado sobre los terrenos de la ex población Las Viñitas, en la comuna de Cerro Navia, que fueron expropiados por Serviu en 2013, luego que se clasificara como barrio crítico por su nivel de hacinamiento, deterioro de espacios públicos, inexistencia de áreas verdes equipamientos, además de la estigmatización social que resultaba de todos estos factores.
El proyecto se llevó el Premio Aporte Urbano 2020 a Mejor proyecto de integración social. Según explica Enrique Matuschka, jefe de la División de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Las Viñitas destaca entre otros proyectos similares en cuanto “nos planteó el desafío de hacer ciudad sobre ciudad, convocando para ello a empresas constructoras para su diseño y ejecución, con la participación activa de la comunidad.
Hablamos con Matuschka en relación a ésta y otras características del proyecto, y sobre otros aspectos que lo convierten en un espacio destacable.
¿A raíz de qué problema surge el proyecto de Las Viñitas y qué soluciones conlleva?
Este territorio presentaba índices de deterioros urbanos y sociales que hacían necesario un proceso de intervención y regeneración urbana. En este contexto, se identificaron los riesgos de carácter estructural de las viviendas a raíz de las ampliaciones irregulares realizadas por los vecinos y se tomó la decisión junto a la comunidad y el municipio de demoler el conjunto para construir con los nuevos estándares Minvu. La situación de riesgo se agravó luego del terremoto del año 2010 y posteriormente el Serviu adquirió cada uno de los departamentos para planificar ese suelo y desarrollar así el proyecto habitacional que conocemos hoy.
¿Qué hace que este proyecto destaque por sobre otros similares?
La gestión activa del Serviu en este territorio inspiró la línea de acción ministerial que se conoce como Planes Urbanos Habitacionales (PUH), a través de los cuales se planifica y desarrolla los terrenos Serviu de más de 5 hectáreas de manera integral por medio de un proceso de regeneración urbana. De esta forma se atiende el déficit habitacional promoviendo la integración social en sus diferentes ámbitos y escalas, incorporando la equidad urbana, planificando e incorporando los equipamientos y espacios públicos necesarios, fomentando la sostenibilidad de las intervenciones y construir mejores barrios para las familias, tal como nos ha instruido el ministro Felipe Ward y el subsecretario Guillermo Rolando.
¿Cómo fue el trabajo con la comunidad durante el desarrollo de este proyecto?
Se conformó un equipo técnico-social que trabajo durante aproximadamente seis años asesorando a las familias. De manera paralela y durante el diseño del nuevo Plan Maestro, hoy PUH, se revisó regularmente con las familias las propuestas y avances del proyecto. Además, existió un acompañamiento directo por parte de Serviu a las familias en el proceso de gestión del nuevo conjunto, así como en el concurso realizado para elegir una Entidad Patrocinante. En resumen, las familias, han sido actores fundamentales en el proceso de planificación, codiseño y trabajo de este Plan Urbano Habitacional.
¿Qué aprendizajes surgieron con este proyecto?
El mayor aprendizaje es la planificación y el codiseño integrado del proyecto, lo que genera beneficios por sobre lo habitual de cualquier proyecto habitacional. También fue un aprendizaje en generar procesos de regeneración urbana y no solo solucionar el déficit habitacional, ya que se realizó una intensa gestión para adquirir cada uno de los departamentos, demoler y posteriormente en visualizar como recomponer el tejido urbano, con equipamientos y servicios junto a la accesibilidad del sector. Siempre con el objetivo de asegurar la calidad de la infraestructura urbana y del conjunto de viviendas.
Otro aprendizaje relevante fue la importancia de la intersectorialidad, para hacer de estos proyectos una porción integrada de ciudad, es decir, proveer de espacios de recreación, redes de transporte, educación, cultura y de atención en salud. Necesitamos de mucha gestión con otros servicios público, por ello, en octubre realizamos una reunión de trabajo con otros ministerios en una de las sedes sociales de Las Viñitas, con el fin de fortalecer el trabajo intersectorial en los otros proyectos que están en curso en distintas carteras para generar una planificación más integral como proyecto urbano.
¿Qué importancia le dan a reconocimientos como PAU a la hora de difundir estos proyectos?
En lo personal, tuve la posibilidad de participar de la colocación de la placa PAU para Las Viñitas, en el contexto del Mes de la Ciudad que realizamos en el Minvu, hito que fue una oportunidad para reunirnos con los vecinos y todos quienes han sido protagonistas de este proceso, los profesionales de nuestra División, del Serviu, la empresa constructora, quienes vieron con satisfacción que estábamos frente a un territorio bien cuidado, planificado, con escuela, plazas, parque, entre otros atributos que contribuyen a la cohesión e integración social y continuo liderazgo de la comunidad.
Por ello, los PAU son relevantes, porque nos permiten poner en valor las alianzas público-privadas para alcanzar ciudades más justas, equitativas e integradas y con ello, replicar esos modelos en futuros procesos de regeneración urbana para Chile.
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