Los efectos sicológicos de la pandemia en los chilenos

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Depresión, cuadros de estrés y angustia son solo algunos de los síntomas que ha generado la actual crisis sanitaria en la población. Una problemática que el mundo privado y público ha debido enfrentar con medidas de acción para así evitar un mayor impacto en la salud mental de todos los chilenos.



El 13 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó su primer informe sobre los efectos del Covid-19 en la salud mental de la población internacional. En él, el organismo dio cuenta del incremento masivo de las enfermedades mentales y llamó a las naciones a aumentar su inversión en esa materia. “Es urgente prevenir el impacto a largo plazo en los cerebros de los miembros más jóvenes y mayores de nuestra sociedad”, señala el documento.

Lo cierto es que, si antes de la pandemia la depresión afectaba a 264 millones de personas en el mundo, el nuevo escenario sanitario ha elevado las cifras no solo de esa enfermedad, sino que también de otras afecciones mentales.

En nuestro país, la última encuesta de Salud mental de las personas en tiempos de Pandemia del Covid- 19, realizada por Asociación de Municipalidades Chilenas (AMUCH) antes de decretarse cuarentena total en Santiago, demostró que el 79,5% de los encuestados afirmaba que la crisis sanitaria había afectado negativamente las emociones de su entorno cercano. Sobre los sentimientos presentados durante esta pandemia, las personas señalaron haber sentido aburrimiento (73,8%), ansiedad (56%), frustración (54,1%), dificultad para realizar tareas cotidianas (41,8%), y, por último, soledad (40,3%).

“Las preocupaciones que han manifestado los trabajadores durante este tiempo han sido el temor de contagiarse en el trayecto a sus puestos de trabajo o bien en el ejercicio de sus funciones; y también, la posibilidad de que sus sueldos sean modificados debido al escenario económico del país”

Giovanna Frencia, psicóloga y Coordinadora Nacional del Equipo de Respuesta Inmediata Frente a Incidentes, de Mutual de Seguridad

Al respecto, la psicóloga Carolina Harris señala que “pese a que es muy pronto para evaluar los inminentes daños que dejará esta crisis en nuestra salud mental, me atrevería a decir que ya se puede notar el impacto. Mi hipótesis es que, si esa encuesta se hiciera nuevamente en la Región Metropolitana, ese número tendría un incremento”.

La especialista, que atiende diariamente a sus pacientes a través de terapias virtuales, revela que durante estos meses de confinamiento ha visto en ellos afecciones relacionadas con las dimensiones de seguridad y conexión. “En el caso de los adultos, los principales temores tienen que ver con la incertidumbre en salud, trabajo, abastecimiento, y la preocupación por no poder asistir a familiares que están lejos. En el caso de los niños, la pérdida de lo cotidiano y la falta de herramientas para entender lo que ocurre, ha exacerbado el temor de enfermarse o incluso que ellos mismos o que algún ser querido muera; y en los adolescentes, ha surgido el temor a enfermarse, a salir o a perder clases”.

Sobre los sentimientos presentados durante esta pandemia, las personas señalaron haber sentido aburrimiento (73,8%), ansiedad (56%), frustración (54,1%), dificultad para realizar tareas cotidianas (41,8%), y, por último, soledad (40,3%).

Arturo Troncoso es psicólogo y también atiende a sus pacientes a través de videollamadas. Al igual que Harris, cuenta que ha visto un aumento de cuadros depresivos, ansiosos y de estrés. “La pandemia sin duda ha producido un efecto en la salud mental de los chilenos. No es propio como seres humanos estar confinados a un ambiente reducido, sin la posibilidad de salir y con grandes presiones y preocupaciones”.

Por eso, el adaptarnos a una nueva cotidianidad, ha tenido un costo en nuestro sistema nervioso. Así lo manifiesta Harris, quien agrega que: “sentirnos amenazados nos mantiene en guardia y en ‘modo’ de sobrevivencia. Esto repercute en nuestra capacidad de tolerarnos y autorregularnos. Esta cotidianidad ha implicado buscar nuevas maneras de relacionarnos y aprender a compartir los metros cuadrados con el resto de los integrantes de la familia; hemos tenido que limitar nuestros tiempos individuales, reorganizarnos en cuanto a las tareas domésticas y de crianza, e incluso, en casos donde nuestro trabajo se ha visto afectado, reinventarnos laboralmente”.

Trabajar en pandemia

Desde que el Covid-19 llegó a nuestro país, trabajar desde la casa o trasladarse hasta el puesto de trabajo ha significado una cuota de estrés mayor en toda la población. Un escenario que implica adaptarse a una realidad totalmente desconocida para todos.

Al respecto, Carolina Harris señala que “el teletrabajo ha sido especialmente desafiante para las madres/padres con niños pequeños. Esto, porque conciliar el día a día con los principales desafíos de la crianza, puede resultar muy complejo, sobre todo, cuando los padres deben estar preocupados de las clases online de sus hijos”.

A este grupo, añade la especialista, se suman los trabajadores que asisten de manera presencial a sus puestos laborales. “Tenemos por un lado al personal de salud que hoy se enfrenta al desgaste y el riesgo de exponerse a diario; y por el otro lado, mucha gente que por necesidad debe salir a la calle, pese a los mandatos de esta cuarentena. En este último grupo, se agudizan los temores a perder las fuentes de ingresos”.

Lo cierto es que, si antes de la pandemia la depresión afectaba a 264 millones de personas en el mundo, el nuevo escenario sanitario ha elevado las cifras no solo de esa enfermedad, sino que también de otras afecciones mentales.

Giovanna Frencia, psicóloga y Coordinadora Nacional del Equipo de Respuesta Inmediata Frente a Incidentes, de Mutual de Seguridad, señala que “las preocupaciones que han manifestado los trabajadores durante este tiempo han sido el temor de contagiarse en el trayecto a sus puestos de trabajo o bien en el ejercicio de sus funciones; y también, la posibilidad de que sus sueldos sean modificados debido al escenario económico del país”.

Según estudios realizados por Mutual de Seguridad, respecto de las principales emociones que han afectado a los trabajadores, 9 de cada 10 personas declaró sentir ansiedad frente al futuro y desarrollo de la pandemia, ligado a la pérdida de la rutina y la incertidumbre económica, asociada al Covid-19. En tanto un 69%, confesó temer por la disminución de sus salarios, mientras que un 67% de los chilenos señaló tener miedo de ser despedido.

La profesional añade que, debido a los efectos de la pandemia en la salud mental, Mutual de Seguridad dispuso una línea telefónica 24/7 para asistir a los trabajadores de las empresas adherentes. “En ella, atienden psicólogos expertos en la intervención de crisis, quienes les entregan a los trabajadores herramientas que los ayudan emocionalmente a enfrentar los efectos del Covid-19”.

¿Cómo lo están abordando las empresas?

Transelec es otra de las empresas que ha generado un plan de contención para sus trabajadores. Sobre la experiencia, Claudio Aravena, Vicepresidente de Personas y Organización de Transelec, señala que, “desde un comienzo nos preocupamos de cómo impactaría este escenario en la salud mental de nuestros trabajadores y trabajadoras. A partir de eso, vislumbramos la relevancia de que contaran con un apoyo primario del círculo más cercano de cada trabajador/a y fomentamos espacios de confianza y contención por parte de los líderes y de sus equipos de trabajo. Así, hemos fomentado la sincronía y comunicación de los equipos, invitando a las jefaturas a mostrar un estilo abierto y cercano, que facilite la interacción en el área, más allá de la distancia física requerida por el contexto actual”.

Aravena agrega que, “también hemos fortalecido aún más nuestros espacios de Comunicación Interna, entregando información oportuna y clara a nuestros/as colaboradores/as de manera periódica respecto a la información relevante de la compañía, a la contingencia y el escenario en el cual nos desenvolvemos, protocolos de seguridad y numerosos otros temas de interés”.

Sobre los temores que han surgido en la población y en los trabajadores, Aravena detalla que el más común es el miedo a contagiarse. “Esta preocupación, sin duda, genera un estado de incertidumbre que impacta en su salud mental. Por esto, nos hemos preocupado por la seguridad física y la salud de nuestros trabajadores/as. Un gran número de ellos/as se desempeñan en terreno actualmente y estamos en constante revisión de nuestros protocolos, a fin de resguardar su salud y permitirles desarrollar su labor en un espacio cuidado”.

Una de las varias metodologías que utilizaron en la empresa para poder conocer las percepciones de sus trabajadores, consistió en la aplicación de un instrumento llamado “Encuesta de trabajo en tiempos de crisis” que les permitió indagar, a través de respuestas anónimas, en las principales preocupaciones y afecciones emocionales que manifiestan nuestros/as trabajadores. “A partir de este instrumento, adicionalmente, pudimos reconocer que la conciliación de espacios personales, profesionales y familiares, adquiere fundamental importancia y, con ello, surge la necesidad de entregar herramientas y educar a fin de poder compatibilizar y conciliar los roles que hoy desempeñan de manera simultánea: ser pareja, hijo, madre, padre, trabajador, jefe, etcétera”, cierra Aravena.

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