12 de febrero: las razones por las que no celebramos el verdadero cumpleaños de Chile

Independencia de Chile wsp
El 12 de febrero no es una fecha casual. Bernardo O’Higgins la escoge porque se conmemoraba un año desde la victoria de Chacabuco, que fue determinante para que los patriotas pudieran recuperar el poder en Chile.

El hito fundacional de nuestra república tuvo lugar el 12 de febrero de 1818, fecha que pasa inadvertida en materia de conmemoraciones a pesar de su relevancia. Poco saben que en un comienzo sí se celebraba a lo grande esta fecha, pero la festividad se suspendió luego de unos años por razones productivas. Así lo explica María Gabriela Huidobro, decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello.


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Todavía hay quienes se confunden y creen que el 18 de septiembre es el día de la independencia de Chile. Es en esta fecha cuando se celebran las Fiestas Patrias y nos embriaga un sentimiento de unidad, alegría y orgullo nacional.

Como se ha explicado ya varias veces, “el 18″ es la instauración de la Primera Junta Nacional de Gobierno, hecho que marca el primer gesto de emancipación chilena y el hito inicial de un proceso que se extendería por alrededor de ocho años, hasta el verdadero día de la independencia, el 12 de febrero de 1818; una fecha que, en rigor, debiera ser nuestro aniversario nacional.

De hecho, como explica la investigadora María Gabriela Huidobro, doctora en Historia y decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, UNAB, “cuando se constituyó la Junta Nacional de Gobierno, no estaba claro para los vecinos de Santiago que esto iba a derivar en la independencia. Había algunos que querían eso, pero había otros que muy genuinamente querían defender los intereses de la monarquía española”. Es decir, los sueños de libertad por 1810 eran más bien lejanos.

“En cambio, el 12 de febrero de 1818 es el día en que, ya con plena conciencia y consenso, los patriotas chilenos formalizan la independencia de Chile. Es la conformación de Chile como una república frente a los ojos del mundo, a través de la declaración de su independencia firmada por Bernardo O’Higgins como Director Supremo”, dice la académica.

En recuerdo de la Batalla de Chacabuco

Ese día hubo dos ceremonias, cuenta María Gabriela Huidobro. Miguel Zañartu, el abogado que ofició de secretario y participó en la redacción del documento, leyó el Acta de Independencia en una ceremonia presidida por José de San Martín, en Santiago. Luego, esa misma acta viajó a Talca para ser legitimada por Bernardo O’Higgins.

“El 12 de febrero no es una fecha casual. Bernardo O’Higgins la escoge porque se conmemoraba un año desde la victoria de Chacabuco, que fue determinante para que los patriotas pudieran recuperar el poder en Chile después de que habían sido derrotados por los realistas. Es una victoria sumamente decisiva para la definición de Chile como una república independiente”, comenta.

María Gabriela Huidobro
"El 12 de febrero de 1818 es el día en que, ya con plena conciencia y consenso, los patriotas chilenos formalizan la independencia de Chile. Es la conformación de Chile como una república frente a los ojos del mundo", dice María Gabriela Huidobro.

Pero al momento de declararse la independencia, los realistas no estaban completamente derrotados. “En realidad, la victoria final de los patriotas ocurre el 5 de abril de 1818, en la batalla de Maipú, cuando se produce este famoso abrazo entre José de San Martín y O’Higgins”, explica María Gabriela Huidobro.

“Eso te muestra que los procesos son mucho más complejos. O sea, O’Higgins declara la independencia el 12 de febrero y todavía tenía a los realistas en las puertas de Santiago. Pero para él ya se podía proyectar o garantizar esa independencia y solamente cierra el proceso un par de meses después”, dice.

¿Cómo era Chile el 12 de febrero de 1818?

El proceso de independencia en el país fue liderado principalmente por las élites políticas, intelectuales y económicas, pero la mayor parte de la población del país era rural y no estaba al tanto o no estaba tan comprometida con esos acontecimientos políticos.

“La gente vivía en el campo y hay que pensar que no había medios de comunicación masivos. No les importaba, no les era tan decisivo si es que los mandaba un rey o un Director Supremo”, cuenta la decana UNAB.

“Hubo todo un proceso que tuvieron que hacer los patriotas después para empezar a educar a la población y que se sintiera comprometida en un proyecto político. La mayoría de la población era analfabeta, sobre todo aquella que no estaba concentrada en las primeras ciudades. Por lo general, estaba desconectada de lo que estaba ocurriendo en otras latitudes como Europa u otros países americanos”, dice.

En este sentido, Bernardo O’Higgins jugó un papel fundamental, relata María Gabriela Huidobro. “Se preocupó de insuflar el espíritu republicano en Chile. Pasar de ser súbditos de una monarquía a ser una república es bien decisivo, porque eso supone que los habitantes dejan de obedecer a una sola voluntad para, en cambio, encarnar una cierta responsabilidad política”.

O'HIGGINS
Bernardo O'Higgins “se preocupó de insuflar el espíritu republicano en Chile. Pasar de ser súbditos de una monarquía a ser una república es bien decisivo", explica María Gabriela Huidobro.

Los nombres detrás del Chile independiente

Pero, por supuesto, O’Higgins no fue el único protagonista de este capítulo de nuestra historia. “A José de San Martín hay que reconocerle un mérito enorme, sobre todo en términos militares, porque en esta época los patriotas no estaban pensando en la división de los países”, afirma María Gabriela Huidobro.

“Creían que la independencia solamente iba a resultar si todas las colonias se unían en una voluntad que era común y que al final era americana. Entonces San Martín pelea como un chileno más”, afirma.

“Hubo otros patriotas que ayudaron en todo este proceso que dura ocho años y cuyos esfuerzos se ven reflejados o culminan en esta declaración de independencia. Los mismos hermanos Carrera, que terminaron enemistándose con San Martín y O’Higgins y que son fusilados finalmente por ello”.

“O Camilo Henríquez, por ejemplo, que también en el primer momento fue fundamental, o Antonio José de Irisarri, que va a ser uno de los grandes ideólogos que apoyó la conformación de un gobierno republicano”, comenta María Gabriela Huidobro.

“También es importante reconocer a las mujeres. Algunas trabajaron haciendo labores de mensajería y de espionaje, sobre todo durante el periodo de la Reconquista, entre 1814 y 1817, que sufrieron incluso tortura, pero que se mantuvieron firmes para que esto se lograra finalmente”, indica.

Algunos de los nombres destacados por la académica son los de Agueda Monasterio y su hija Juana Lattapiat, que fueron encarceladas por Casimiro Marcó del Pont por realizar estas labores de espionaje. Agueda, por los sufrimientos que pasó en prisión, murió antes de ver la declaración de independencia.

Luisa Recabarren, esposa del patriota Gaspar Marín, le informaba a su marido los movimientos de las tropas realistas en Chile mientras él estaba en Argentina y estuvo presa en un convento por eso.

Y Javiera Carrera, que estaba al otro lado de la cordillera junto a sus cuñadas Ana María Cotapos y Mercedes Fontecilla, ayudaron a articular estas redes de apoyo patriota para lograr que los chilenos pudieran volver a sus tierras.

Chingana
Para celebrar la independencia, las familias retomaban una tradición colonial. Iban al campo, hacían ramadas, tocaban música y bailaban. También realizaban algunos juegos populares.

¿Por qué ya no lo celebramos?

¿Fondas en pleno febrero? Claro que las hubo. Durante los primeros años de Chile como república soberana, el pueblo se entregaba a varios de días de juerga donde se celebraba la independencia.

Como parte de una tradición que venía desde la Colonia, “las familias iban al campo, hacían esta especie de ramadas, tocaban música, sobre todo con guitarra y bailaban. Realizaban algunos juegos populares. Hacían una celebración comiendo carne”, relata María Gabriela Huidobro.

“La carne no era un alimento popular, todavía sigue siendo un alimento caro. Entonces se la guardaba para estas celebraciones o se comía charqui. Pero era una celebración, al parecer muy parecida a la que hay el 18 de septiembre, más rural que urbana”, comenta.

Durante los primeros años de la república y para relevar todo el proceso independentista, además del 12 de febrero, se conmemoraba el 18 de septiembre y el 5 de abril. Sin embargo, mantener las tres celebraciones no era sostenible.

La iglesia desaprobaba la fiesta en abril por estar muy cerca de Semana Santa, período que se consideraba de recogimiento. El gobierno terminó escogiendo una sola fecha y la de febrero se suprimió principalmente por motivos económicos.

“Significaba una merma para la actividad productiva y laboral del país. Febrero es la principal temporada de las cosechas, y eso significaba paralizar gran parte de la actividad económica”, explica María Gabriela Huidobro.

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