
CERN: cómo Chile logró ser miembro de uno de los centros físicos más grandes del mundo
La institución admitió la candidatura de Chile para ser el segundo país de la región calificado como Estado Miembro Asociado. ¿Qué significa esta designación? ¿Qué posibilidades abre? Jilberto Zamora, director del Centro Experimental y Teórico de Física de Partículas (CTEFP) de la UNAB, y uno de los pocos chilenos que colabora con el CERN, explica este logro.

Un hito fundamental para la ciencia y la investigación chilena ocurrió hace unos días, luego que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación informó que el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) aprobó la incorporación de Chile como Estado Miembro Asociado.
“Nosotros hoy día somos usuarios. Eso significa que colaboramos con el CERN, hacemos investigaciones para ellos, pero no tenemos derecho a voto ni participación en su administración o políticas”, así resume Jilberto Zamora, director del Centro Experimental y Teórico de Física de Partículas de la Universidad Andrés Bello (UNAB), la situación actual de Chile frente al CERN.
Pero eso está por cambiar con la reciente admisión, ya que el país comienza una nueva etapa en su relación con el mayor laboratorio de física de partículas del mundo. Y Zamora, uno de los primeros investigadores nacionales en integrarse a sus filas, lo sabe bien: “La entrada nos va a permitir tener acceso a información, patentes, know-how y tecnología de frontera que, hasta ahora, no teníamos”.

La noticia fue también anunciada por la propia institución, ubicada a 10 kilómetros de Ginebra, Suiza, mediante un comunicado oficial. La directora general, Fabiola Gianotti, confirmó la aprobación de la candidatura chilena, junto con la de Irlanda, y explicó que el siguiente paso será la firma del acuerdo, prevista para mayo de este año, y su posterior ratificación en el Congreso Nacional.
“Espero que los acuerdos puedan firmarse pronto, de modo que podamos dar la bienvenida a estos países a la familia del CERN en un futuro cercano”, expresó Gianotti. Solo entonces se concretará oficialmente la incorporación, la misma donde nacieron hitos científicos como el descubrimiento del bosón de Higgs o el desarrollo del protocolo WWW, que sentó las bases de la actual navegación en internet.
Impacto a nivel local
“Con la Ministra de Ciencia Aisén Etcheverry nos la jugamos para que Chile sea parte del CERN y estar en la vanguardia de la investigación científica mundial. ¡Avanzamos!”. Con esas palabras, el Presidente de la República, Gabriel Boric, celebró la decisión del CERN.
Una designación que significa acceso a conocimiento fresco y moderno, y ser parte de una comunidad con las grandes mentes actuales, colaborando en los avances científicos contemporáneos más importantes del globo.
Para dimensionar, a través de esta membresía, los investigadores nacionales tendrán acceso pleno a los programas científicos del CERN, además de poder optar a puestos de trabajo, becas y oportunidades de colaboración. También abre la posibilidad de que empresas chilenas, especialmente pequeñas y medianas, participen en licitaciones tecnológicas de alto nivel.
La postulación local se formalizó en julio de 2023. Uno de los hitos clave en este camino fue la visita del Presidente Gabriel Boric al centro en Ginebra, en julio de 2024, donde recorrió las instalaciones y sostuvo reuniones con autoridades del organismo.
Previamente, en marzo de 2024, una delegación técnica y política de la institución visitó el país, quienes fueron a diversas universidades y empresas chilenas de tecnología.
Entre los integrantes del comité estaba Salvatore Mele, destacado físico experimental italiano y recientemente investido como Doctor Honoris Causa de la UNAB, quien señaló en esa ocasión a BOARD su entusiasmo.
“Soy optimista gracias a países como Chile, que se está acercando a estas estructuras internacionales de investigación, que adopta la ciencia abierta y que se esfuerza por integrarse y promover la cooperación científica; una muestra es su inminente adhesión como miembro asociado del CERN”, detalló.
Desarrollo tecnológico local
“Lo más positivo que veo es que va a permitir que se creen pymes que puedan participar. Eso, indirectamente, va a crear un ecosistema propicio para desarrollar tecnología en Chile”, sostiene Jilberto Zamora, quien desde 2018 ha participado en dos de los principales experimentos del CERN: ATLAS y LHCb.
El primero es conocido por su papel en el descubrimiento del bosón de Higgs, una partícula elemental clave para comprender por qué otras partículas tienen masa. ATLAS es también el más grande detector de partículas fundamentales jamás construido.
“Es el mayor esfuerzo científico colaborativo en la historia de la humanidad, con más de 5.500 integrantes y cerca de 3.000 autores científicos distribuidos en todo el mundo”, afirma.
Actualmente, Zamora colabora en el experimento LHCb, otro de los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), cuyo objetivo es estudiar las diferencias entre materia y antimateria, una de las grandes preguntas de la física contemporánea.
“La Universidad Andrés Bello es la única institución chilena que participa en este experimento. De alguna manera, es un reconocimiento a que hemos hecho bien las cosas”, comenta.

Chile será el segundo país latinoamericano en integrarse al CERN, después de Brasil. Pero a diferencia del gigante sudamericano, que tardó una década en ser admitido, el proceso chileno ha sido notablemente más rápido. Esto, porque existió previamente por más de una década una importante colaboración que aportó en este camino y ahí un rol clave lo tuvieron las universidades.
A partir de la firma del acuerdo y su aprobación legislativa, Chile deberá aportar aproximadamente dos millones de dólares anuales durante cinco años. Una cifra que, a juicio de Zamora, es una inversión modesta considerando los beneficios a largo plazo.
Si miramos el caso irlandés, la otra nación aceptada junto a Chile, y el último nuevo miembro de la Unión Europea, el medio local University Times investigó que la adhesión otorgará “a sus investigadores acceso a los programas científicos del CERN. Los ciudadanos irlandeses también serán elegibles para puestos de trabajo y becas, mientras que las empresas podrán participar en los programas de adquisiciones del CERN”.
Pero los beneficios no serán solo para la comunidad académica o empresarial. También lo serán para técnicos y profesionales que podrán capacitarse directamente en las instalaciones del CERN. “Cuando tú haces ciencia experimental, es muy importante el personal técnico. Vamos a poder enviar técnicos, entrenarlos en tecnología de punta, y después ellos se van a poder integrar a proyectos locales. Podemos empezar a mirar a hacer otras cosas”, imagina.
Avanzar a una sociedad del conocimiento
Al leer las siglas del CERN algunos pueden asociar la palabra “nuclear” a desastres como Chernobyl o Hiroshima. Pero Jilberto Zamora pone paños fríos, y aclara que el CERN no trabaja con energía nuclear. “Cuando se creó hace 70 años, se hablaba de investigación nuclear porque se observaba el núcleo atómico. Hoy es física de partículas”, específica.
Ante la proyección de lo que significa para la comunidad científica esta incorporación, el doctor en Física refuerza la idea que es una oportunidad para avanzar hacia una sociedad del conocimiento. “Los países que se hacen ricos lo hacen en sociedades del conocimiento, no en bienes materiales. Ese es el contexto que hay que entender”, concluye.
Si todo avanza como está previsto, Chile podría integrarse oficialmente como Estado Miembro Asociado en septiembre de este año y comenzar a operar plenamente a partir de 2026. Y lo que venga después de ello solo será un camino que la ciencia chilena tendrá que descubrir.
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