Columna de Benjamín Villena: “Feriados y productividad: ¿es viable cambiarlos por días de vacaciones?

Las extensas Fiestas Patrias que vivimos hace algunas semanas reflotaron la idea de intercambiar algunos feriados por días de vacaciones; una medida que contaría con apoyos de los Ministerios del Trabajo y de Hacienda.

Si bien los feriados se valoran por el descanso y la tradición asociada, Chile tiene una cantidad bastante mayor que la mayoría de los países de la OCDE, e incluso supera a países como México, Brasil o Perú.

Mientras este importante tema intenta aparecer en una coyuntura llena de urgencias, las estimaciones del comité de expertos del PIB tendencial convocado por el Ministerio de Hacienda (del cual formé parte) y del Banco Central proyectan un escuálido crecimiento en los próximos años, ya que nuestra estancada productividad es quizá nuestra mayor falencia para generar mayor crecimiento, lograr más flexibilidad y eficiencia en la organización del tiempo laboral es fundamental.

Las vacaciones, a diferencia de los feriados, se pueden planificar individualmente. Esto permite alinear los periodos de descanso con las necesidades específicas de cada trabajador y empresa, evitando interrupciones simultáneas en la actividad productiva. De hecho, un estudio de Rodrigo Wagner (2021) reporta que, a nivel internacional, un 1% de aumento de horas trabajadas aporta un incremento de entre 0.25% y 0.5% de producto interno bruto. Esto implica que una reducción de tres días feriados lograría aumentar el crecimiento entre 0.2 y 0.4%, nada mal para una economía que apenas se acerca al 2% anual.

La mayor flexibilidad del uso del tiempo beneficia a las empresas, pero también puede elevar el bienestar para los trabajadores al brindar la opción de planificar vacaciones en momentos de menor congestión y precios más accesibles, o de utilizar días libres hábiles para asuntos personales.

Incluso, esta disponibilidad de días libres reduce los incentivos para el uso fraudulento de licencias médicas, otro problema grave que aqueja nuestro país.

El sector del turismo también podría beneficiarse al tener una demanda mayor y más estable durante el año. Si existe una coordinación adecuada con el sistema escolar, las familias podrían disfrutar de un tiempo de calidad juntos, sin interrumpir el sistema educativo.

Intercambiar o incluso sobrecompensar la reducción de feriados con más vacaciones se enmarca en una tendencia hacia una mayor flexibilización laboral, evidenciada en la reciente aprobación de la jornada laboral promedio mensual que viene incluida en la Ley 21.561 de reducción de la jornada laboral.

Flexibilizar las condiciones laborales no solo puede atenuar el impacto de las regulaciones en los costos laborales, sino que también podría contribuir a la disminución de la informalidad laboral. En definitiva, reemplazar feriados por vacaciones se presenta como una medida con el potencial de aumentar la productividad, el bienestar de los trabajadores y la formalización del empleo.

En un contexto político marcado por la dificultad para alcanzar consensos, esta propuesta podría ser un punto de encuentro entre gobierno y oposición. Una señal de concordancia puede ser el punto de partida para generar reformas inteligentes y audaces sobre temáticas que no han sido motivo del atrincheramiento que vemos usualmente en las interacciones políticas. ¿Será esta la ocasión de reconocer los puntos de acuerdo y de avanzar?