¿Cómo enfrentar un viaje largo? Consejos para personas mayores (y jóvenes también)
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Ya sea en bus, en auto o en avión, viajar siempre es un desafío para las personas de mayor edad por las complicaciones asociadas a estar tanto tiempo sentados. Acá, especialistas de la Universidad Andrés Bello, de la Clínica Alemana y de la Clínica Universidad de los Andes hacen recomendaciones y proponen ejercicios para llegar sin problemas y felices a destino.
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Viajar es una experiencia enriquecedora a cualquier edad, pero para las personas mayores, los viajes largos pueden representar tanto una oportunidad para explorar el mundo como un desafío físico y logístico.
Con más tiempo libre y un creciente interés por el turismo o ante la oportunidad de salir con sus familias en verano, muchas personas mayores se embarcan en aventuras que requieren una preparación especial para garantizar que la experiencia sea cómoda y segura.
Un viaje se considera largo cuando se extiende por entre cuatro y seis horas. Cuando estamos sentados por mucho tiempo, la circulación sanguínea disminuye, especialmente en las piernas.
“Esto puede causar acumulación de líquidos, hinchazón y sensación de pesadez. Además, la presión constante sobre partes del cuerpo como la zona lumbar y sacra puede generar molestias”, explica Viviana Munilla, académica de Enfermería en la Universidad Andrés Bello, UNAB.
Estar en el asiento de un auto, bus o avión, en inactividad prolongada y a cualquier edad, explica la académica, reduce el flujo sanguíneo de los músculos, lo que disminuye la oxigenación y favorece la acumulación de metabolitos como el ácido láctico. Esto genera fatiga muscular y dolor.
![Viviana Munilla](https://www.latercera.com/resizer/v2/LTW6QQL65BGHLF3VHI4YEB6UFE.jpeg?quality=80&smart=true&auth=f132e126eae90588fc7828ab36a8bd344c22dd3125162276b962ae42335a3623&width=790&height=592)
Además, mantener una postura fija provoca rigidez en los tejidos musculares y articulares.
En personas mayores, las articulaciones pueden estar desgastadas por la artritis u osteoartritis, lo que agrava la rigidez y el dolor. En personas jóvenes, estas molestias suelen ser temporales porque sus tejidos son más elásticos y resilientes.
“Lo ideal es poder mantenerse en movimiento cada dos horas. Levantarse del asiento o pedir bajar, si estás en un auto o en un bus, para poder elongar o movilizar el cuerpo en general”, indica Javiera Peña, terapeuta ocupacional de Clínica Universidad de los Andes.
La importancia de mantener una buena circulación
“Cuando estamos sentados por largos períodos de tiempo, el retorno venoso, que es el flujo de sangre desde las extremidades hacia el corazón se ve afectado. La fuerza de gravedad dificulta que la sangre suba desde las piernas, especialmente si los músculos no se contraen para ayudar a bombearla”, señala Viviana Munilla.
Este flujo lento provoca una acumulación de líquidos en los tejidos, fenómeno que se conoce como edema, que causa hinchazón especialmente en tobillos y pies y genera dolor. Personas con insuficiencia linfática, venosa o renal son más propensas.
La inmovilidad prolongada también puede producir una afección grave: la trombosis venosa profunda, que implica la formación de un coágulo de sangre o trombo en una vena profunda, generalmente en las piernas.
Este coágulo puede bloquear el flujo normal de sangre, causando complicaciones inmediatas y potencialmente mortales si no se trata a tiempo. “Es lo que se conoce como ‘síndrome de clase turista’”, explica Javiera Peña.
![Relaciones](https://www.latercera.com/resizer/v2/LZW5ITX2MZE5FI3PHUM3GSFISQ.jpg?quality=80&smart=true&auth=e1eece76b3c0b93b50789445d5e197fa1032d155d8c4e31b6babae51de179f9f&width=790&height=527)
“Un coágulo formado en una vena profunda puede desprenderse y viajar hacia los pulmones u otros órganos causando una embolia, una complicación grave”, asegura Viviana Munilla de la UNAB. También, puede llegar al cerebro y producir un accidente cerebrovascular.
“Al llegar a destino, probablemente tienen que internar al paciente en un centro de salud, en una unidad de cuidados intermedios, porque el coágulo va a dificultar la oxigenación”, explica Doreen Morrison, kinesióloga de la Clínica Alemana.
Sin embargo, existen consejos prácticos y recomendaciones esenciales para que los adultos mayores, y también las personas más jóvenes, disfruten de sus viajes largos sin este tipo de contratiempos, priorizando su bienestar.
Tips para un desplazamiento placentero
Antes de embarcarse por un tiempo prolongado, las expertas sugieren a los adultos mayores visitar al médico. “Especialmente quienes tienen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o problemas cardíacos. Un profesional de la salud puede brindar recomendaciones específicas y ajustar las dosis de medicación”, explica Viviana Munilla.
Doreen Morrison agrega que “hay pacientes que tienen condiciones pulmonares o cardíacas previas, pacientes que pueden tener EPOC o algún antecedente de haber hecho un trombo. Quizás, en estos casos, debieran tomar algún medicamento antes de viajar o visitar a su médico si necesitan algo específico para prepararse para un vuelo”.
Al momento de la planificación, también hay que considerar trasladarse en horarios de menor demanda para evitar situaciones de estrés como atochamientos, ya sea en la carretera o en el aeropuerto. “La salud emocional también es importante. Planificar pausas para relajarse y disfrutar el viaje ayuda a reducir el estrés”, dice Viviana Munilla.
![Javiera Peña](https://www.latercera.com/resizer/v2/FVLX4NYXDBHQZKSSE55NM7DG3Y.jpeg?quality=80&smart=true&auth=3f2adc52b2dd25c9dfc4909a2e35ae0a1978b5b41e97189f838478b1726ac52c&width=790&height=593)
En viajes terrestres, el itinerario para los adultos mayores debe contemplar paradas regulares, cada una o dos horas aproximadamente para caminar de cinco a diez minutos. En viajes aéreos, se deben priorizar los asientos del pasillo que permiten una mejor movilidad.
Viviana Munilla también recomienda hacer ejercicios previos. “Movimientos suaves o estiramientos ayudan a relajar músculos y articulaciones y preparan el cuerpo para estar en reposo prolongado: mejoran la circulación, reducen la tensión muscular y previenen molestias”.
“Puedes caminar antes de subirte al avión mientras estás en la sala de embarque para entrar con un flujo de sangre en movimiento y después te mueves durante el vuelo”, dice Doreen Morrison. Lo recomendado es caminar por el pasillo cada una o dos horas, idealmente entre tres y cinco minutos.
Existe una posición específica sugerida para viajes largos. “Sentarse con la espalda recta y apoyada, las rodillas ligeramente dobladas y los pies en el suelo es ideal. Mantener los hombros relajados y evitar posiciones encorvadas también es importante. Usar un soporte lumbar o una almohada en la zona baja de la espalda puede ayudar”, dice Viviana Munilla.
Ropa, hidratación e implementos
La vestimenta tiene que ser cómoda, opina Javiera Peña. Evitar usar zapatos y calcetines apretados. “Siempre hay que llevar calzados adecuados. Ojalá que sea cerrado y fácil de poner y sacar para la persona mayor”, advierte Doreen Morrison.
“La ropa tiene que ser suelta, ya que esto facilita que nuestro cuerpo no se comprima durante horas”, dice Javiera Peña. “Especialmente los pantalones, porque se producen pliegues en la zona de la ingle que te pueden apretar mucho la cintura y eso también va a alterar el retorno venoso”, comenta Doreen Morrison. Idealmente, vestirse en capas.
![Viaje en auto](https://www.latercera.com/resizer/v2/RWZOAFPH5FHMNLZV4KVZODH46A.jpg?quality=80&smart=true&auth=96b50c4b04fb4b810e4f263a13ca811792d8be0f0a7134e83b96327b2a114cea&width=790&height=445)
Beber suficiente agua antes y durante el viaje, al menos cada una o dos horas, evita la deshidratación que puede causar fatiga y dolor de cabeza, señala la académica UNAB Viviana Munilla. También hay que decir adiós a las copitas de vino y champaña en el avión.
“El alcohol deshidrata, afecta la calidad del sueño y puede agravar problemas circulatorios”, comenta. El café y el té, en tanto, deben consumirse con moderación por su efecto diurético. Para complementar la hidratación se recomiendan frutas ricas en agua como manzanas, naranjas o uvas, bebidas isotónicas o sopas ligeras. Es útil, además, evitar comidas pesadas o altas en sodio antes y durante el viaje, ya que pueden aumentar la retención de líquidos.
También existen implementos que permiten tolerar mejor el trayecto. “Se recomienda a las personas mayores utilizar cojines de asiento como los anti escaras, los picarones o algún tipo de cojín que amortigüe un poco el peso del cuerpo al estar sentado tantas horas”, dice Javiera Peña. Por otro lado, los cojines cervicales ayudan con el malestar del cuello.
El uso de medias compresivas se recomienda mucho, para personas de todas las edades, pues evita la formación de edemas y trombosis venosas profundas. Estas aplican una presión gradual, que es mayor en los tobillos y disminuye hacia la parte superior de la pierna. Así promueven el flujo sanguíneo hacia el corazón.
“Se le puede preguntar al médico cuánta presión necesitan tus piernas. A personas que hayan tenido antecedentes de trombosis o accidentes cardiovasculares se les asigna un tipo de compresión. Personas adultas pueden necesitar de otro tipo, dependiendo también de la talla. Por eso es importante no comprar cualquiera, una talla inadecuada podría generar más daño”, explica Javiera Peña.
Ejercicios durante el trayecto
“El movimiento regular de las extremidades inferiores activa los músculos y ayuda a bombear la sangre. Además, los ejercicios alivian la rigidez muscular y previenen calambres. Se recomienda hacer giros de tobillos, flexión y extensión de rodillas, elevar los talones y marchar en el lugar”, indica Viviana Munilla de la UNAB.
![Doreen Morrison](https://www.latercera.com/resizer/v2/WMT2LXFNPVCHXBRES5DLRVX3CI.jpeg?quality=80&smart=true&auth=da3fa907cd466a27aaf892fed935d37581909ec0942d186f30296721014591a7&width=790&height=1238)
“Uno le puede pedir a la persona mayor que marche sentado. Que haga una marcha continua de 20 segundos, que descanse, luego repita la marcha continua y después, que estire las rodillas y lleve las puntas de los pies adelante y hacia atrás. 15 repeticiones, dos o tres veces, cada dos horas”, indica Javiera Peña, de la Clínica Universidad de Los Andes.
Durante los vuelos, “puedes caminar dentro del avión o en el mismo lugar. O levantar los talones y pararte en punta de pies, haciendo 20 repeticiones. En tu silla también puedes levantar los talones y después las puntas 20 veces. Que no pasen más de dos o tres horas sin moverte”, explica Doreen Morrison, de la Clínica Alemana.
Por último, Javiera Peña sugiere hacer estiramientos de cuello. “Hacia un lado, hacia el otro, hacia el frente y hacia atrás. Idealmente, que cada estiramiento dure 20 segundos, que es lo que se demora el cuerpo en elongar adecuadamente”, señala.
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