Envejecimiento de la fuerza laboral en Chile: el cambio cultural que se hace urgente

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Se necesitan políticas que acompañen el fenómeno de vivir más y mejor que antes, dice Benjamín Villena, profesor asociado del Instituto de Políticas Económicas (IPE) de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello. Pero también es urgente abrir una discusión social que es polémica e impopular, pero muy necesaria: la edad de jubilación. Un análisis que debe hacerse con altura de miras y sin miradas cortoplacistas. Después de todo, para 2050 Chile será el país con la fuerza longeva más alta de América Latina.


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“Tengo 76 años y quiero seguir contribuyendo a la sociedad hasta mis últimos días. Me identifico con esa frase de Pepe Mujica que dice ‘la copa de la vida me la voy a beber hasta la última gota’”, comenta la periodista Ximena Abogabir, quien hace siete años formó Travesía 100, una empresa B que “busca cambiar la mirada de la sociedad en relación a las personas de más de 60 años, promoviendo una madurez activa, feliz y con propósito”.

“Nosotros no nos involucramos con el grupo de personas mayores que requieren ser cuidadas, porque entendemos que ahí juega un rol importante el gobierno y sus familias, y hay muchas organizaciones preocupadas de eso. En general somos personas con algún nivel educacional superior, ya sea técnico o profesional, a las que nos interesa derribar las barreras que nos impiden seguir siendo plenas a partir de cierta edad”, comenta.

Su punto de vista no es minoría dentro de su grupo etario, pero las cifras demuestran que hay un desfase entre la realidad y las percepciones de la ciudadanía.

XIMENA ABOGABIR
La periodista Ximena Abogabir creó Travesía 100, empresa B que “busca cambiar la mirada de la sociedad en relación a las personas de más de 60 años, promoviendo una madurez activa, feliz y con propósito”.

De acuerdo con la última Encuesta de Discapacidad y Dependencia, ENDIDE (2022), el 78% de las personas mayores chilenas es autovalente. Sin embargo, según la Séptima Encuesta Nacional de Inclusión y Exclusión Social de las Personas Mayores 2023, que SENAMA y la Universidad de Chile dieron a conocer el pasado jueves 11 de julio, más de la mitad de la población cree que, en su mayoría, las personas de edad avanzada no pueden valerse por sí mismas.

En este contexto, uno de los mayores desafíos -creen los especialistas- es promover un cambio cultural respecto a cómo percibimos a las personas mayores, no sólo porque es deseable que todo tipo de discriminación sea erradicada, sino también porque hay una realidad que se debe enfrentar seriamente como país: para 2050, Chile contará con la fuerza laboral más longeva de América Latina según el Observatorio del Envejecimiento de la UC.

De acuerdo con la encuesta que recientemente dio a conocer SENAMA, un 80% de los chilenos y chilenas considera que sus instituciones y políticos están “poco o casi nada” preparados para abordar los desafíos que plantea el envejecimiento poblacional y la vejez personal.

Según explica Benjamín Villena, profesor e investigador del Instituto de Políticas Económicas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello, investigador de Núcleo Milenio LM2C2 e Instituto MIPP y codirector de proyecto SABE, en el último tiempo se ha acelerado el envejecimiento de la fuerza laboral, y esto tiene que ver fundamentalmente con tres fenómenos.

“Uno es el descenso de la natalidad, el hecho de que gradualmente, sobre todo desde inicios de este siglo, las mujeres han tenido cada vez un menor número de hijos; el segundo hecho es que se extendió la esperanza de vida: las personas vivimos más, por lo tanto, prolongamos nuestra vejez, y el tercer fenómeno tiene que ver con la inmigración, que en el caso de Chile se ha acentuado mucho en los últimos años. Las personas que llegan a vivir acá normalmente están en un rango de entre 30 y 40 años y, por lo tanto, tienden a sumar años al promedio de la población chilena en edad de trabajar”, dice el especialista de la UNAB.

Benjamín Villena
“Existe una discriminación hacia personas que pasaron la edad promedio dentro de la fuerza de trabajo, especialmente para trabajos de menor calificación”, dice Benjamín Villena.

El envejecimiento de la fuerza laboral —explica el docente— aún no está acompañado de un cambio cultural respecto a los prejuicios hacia la gente mayor, y todavía predomina el edadismo.

“Existe una discriminación hacia personas que pasaron la edad promedio dentro de la fuerza de trabajo, especialmente para trabajos de menor calificación”, dice el experto.

Sin embargo, hace una aclaración: “Creo que es difícil que esta discriminación pueda sostenerse de un modo tan marcado, simplemente por el hecho de que muchos trabajadores van a tener cada vez edades más avanzadas. En la medida en que convivamos en una sociedad donde las personas tendrán mayor edad, tenderá a disminuir esta discriminación (…) Lo que necesitamos es probablemente una política más apropiada para la integración de las personas de mayor edad dentro de la fuerza laboral”.

Un día eres joven…

Carlos Román, cofundador y director ejecutivo de SeniorLab, laboratorio de innovación social de la Universidad Católica que aborda los desafíos del envejecimiento, cree que es urgente abordar este fenómeno.

“Europa tiene una historia mucho más larga, y allá el cambio demográfico se dio en alrededor de 100 años. Por ejemplo, Francia se demoró cerca de un siglo en pasar de un 7% a un 14% de la población de 65 años o más. Entonces 100 años da la posibilidad de planificar tus políticas públicas, armar políticas empresariales, un camino que te permita resolver ese desafío o quizás enfrentar ese desafío de mejor forma más que resolver. En América Latina esta transición se dio de manera mucho más acotada, en 20 o 30 pasamos de tener un 7% a un 14% de la población de 65 años o más”.

Entonces, concluye el experto de SeniorLab, “hoy nos damos cuenta de que un 18% de la población en Chile tiene 65 años o más, y esto hace que todavía estemos al debe en políticas públicas, en políticas empresariales, en todo lo que tiene que ver con cómo nos preparábamos para este cambio demográfico”.

Radiografía Digital Personas Mayores ClaroVTR 2023
De acuerdo con la última Encuesta de Discapacidad y Dependencia, ENDIDE (2022), el 78% de las personas mayores chilenas es autovalente.

Estamos envejeciendo de mejor forma, dicen los especialistas. Los avances en salud y tecnología han permitido que la expectativa de vida no solo sea más larga, sino que es una expectativa de vida saludable. “Es decir, vives más y, además, vives mejor. Y como vives mejor, tienes la capacidad de seguir participando activamente en la economía y en la sociedad”, explica Carlos Román.

De alguna manera, esto nos ha pillado de sorpresa, dice el experto: “Como sociedad no estábamos preparados, porque hay ciertos mitos y prejuicios asociados a la edad. Por ejemplo, que las personas mayores son menos productivas y que esa productividad afectará económicamente a la empresa, que quizás por temas de salud se van a ausentar un poco más. Por ende, tenemos una fuerza laboral que está envejeciendo, pero también tenemos una gran cantidad de personas que quieren participar activamente y no pueden. Y ahí aparece este otro fenómeno que vemos de forma permanente en los medios, de cómo a las personas más 50 les cuesta encontrar empleo. Una persona de 50 años o más se demora entre ocho o nueve meses en encontrar trabajo”.

Y no sólo le cuesta meses encontrar trabajo. El docente de la UNAB Benjamín Villena dice: “Cuando una persona de 60 años pierde su trabajo, el golpe que sufre es mucho mayor que, por ejemplo, el de una persona de 40, aunque tenga un salario mayor que la persona de 40. Y la razón es que es más difícil volver a retornar a un trabajo que le ofrezca un nivel de salario parecido al que tenía. A esto le llaman la escalera laboral. Las personas van subiendo peldaños a través de su vida laboral, pero cuando se pegan un resbalón, mientras más alto uno esté, más difícil de recuperar”.

CARLOS ROMAN
"El 70% de los reclutadores en Chile declara que sí considera la edad en el proceso de selección”, dice Carlos Román, de SeniorLab.

El experto de SeniorLab, en tanto, comenta que en el mercado laboral se sigue privilegiando a la gente joven en términos de reclutamiento: “Lo que pasa es que cuando mira esto a macro escala ve que la transición de la fuerza laboral se está moviendo hacia arriba. Pero cuando en el día a día conoces las experiencias y vas viendo a la gente mayor sobre 50, de hecho ni siquiera gente tan mayor, vemos que le cuesta encontrar mucho empleo. El 70% de los reclutadores en Chile declara que sí considera la edad en el proceso de selección”.

En muchos casos, lo que se recomienda y lo que se ha estudiado en otros países es transitar de jornadas completas a jornadas parciales. “Flexibilidad laboral y teletrabajo, pero hay que conversarlo con la persona, porque de alguna forma eso va a significar una reducción de su salario, porque si trabaja medio tiempo no le van a poder pagar lo mismo”, dice Carlos Román.

Desde su punto de vista, eso es una buena alternativa. “En muchos casos, las personas lo que necesitan es una segunda fuente de ingresos para compensar las bajas pensiones, pero quieren pasar tiempo con su familia, viajar, quieren otras cosas. Entonces, cuando se le ofrecen oportunidades ricas en flexibilidad laboral, horarios distintos, teletrabajo, un grupo de personas mayores sí lo ve con buenos ojos. Tenemos que adecuarnos desde todas las partes, desde el mundo organizacional y también desde las personas”, cree.

La jubilación: el tema polémico

Otro punto importante a analizar —dice el académico de la UNAB Benjamín Villena— es que si bien muchas personas de más 60 o 65 años actualmente trabajan porque sus jubilaciones no son suficientemente buenas, también ocurre otra cosa: “Hoy en día muchas personas a los 60 o 65 años realmente no ven motivos para retirarse. Están perfectamente capacitadas para seguir trabajando”.

El envejecimiento de la fuerza laboral, dice el experto de la UNAB, empuja a una discusión “que es impopular, pero necesaria: la edad de la jubilación”.

“Muchas personas a los 65 años están en facultades todavía de seguir trabajando (…) Es posible que al extender la edad a la jubilación también contribuyamos a generar un cierto cambio cultural respecto a cómo se miran los adultos mayores. En muchos casos pueden seguir colaborando y contribuyendo tan bien como lo hacían 20 o 30 años atrás. Por supuesto que esto es polémico, pero al mismo tiempo creo que es inevitable”, comenta el académico.

Y sigue: “En muchas economías del mundo se han ido dando esos pasos, porque los problemas que vemos en cuanto a seguridad social en Chile no son exclusivos nuestros. O sea, el problema de las pensiones es algo que está vigente en muchas partes del mundo”.

Carlos Román, de SeniorLab de la UC, está de acuerdo con el especialista Villena respecto a poner en la mesa el tema de la edad de jubilación.

“Es algo que necesariamente tenemos que abordar como sociedad, y creo que mientras antes lo abordemos es mejor, porque nos da la posibilidad de tener un debate amplio, no con una mirada cortoplacista, sino que integrando todas las voces en esa discusión. Si uno le pregunta generalmente a las personas mayores por qué siguen trabajando, te van a decir que es por necesidad económica. Entonces, si tú dices ‘voy a extender la edad de jubilación’, abres el tema de las pensiones. Pero hay que abrir la conversación, porque tenemos que entender que el cambio demográfico es algo innegable. No podemos tapar el sol con un dedo. Para 2050, el 32% de las personas en Chile va a tener 65 años o más y, obviamente, eso nos va a desafiar, el sistema no puede sostenerse, no solo a nivel de pensiones, no solo los sistemas de seguridad, de salud, seguridad social, sino todo el sistema, el mercado económico, el mercado laboral, el mercado financiero no se va a poder sostener si es que esta discusión no aparece en algún momento”.

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Para 2050, el 32% de las personas en Chile va a tener 65 años o más y eso nos va a desafiar, el sistema no puede sostenerse no solo a nivel de pensiones, no solo los sistemas de seguridad, de salud, seguridad social", advierte Carlos Román.

Sobre el tema de la edad de la jubilación, la periodista Ximena Abogabir comenta:

“En Travesía 100 nos dimos cuenta de que había un error conceptual. Cambiar la edad de jubilación no es algo que una sociedad vaya a aceptar, porque si trabajaste toda tu vida y al final te dicen ‘tienes que seguir trabajando equis años de la misma manera’, probablemente tú lo vas a resistir, pero lo que las personas mayores quieren es que se incorpore la flexibilidad, es decir que vayas saliendo gradualmente del trabajo o que tú puedas entrar part time, o a distancia o por proyectos. Desde la institucionalidad eso se tiende a asociar con precarización del trabajo, pero la flexibilidad no tiene por qué equivaler a precarización. Nosotros queremos mantener la edad de jubilación, y después queremos seguir aportando a la sociedad pero de manera flexible, y en el fondo es lo mismo que quieren los jóvenes, los del medio y todos”.

Además, continúa Ximena Abogabir, “que el ingreso salarial de las personas mayores sea un tercio que el de las personas de otras edades es algo que no corresponde. Tú tienes que ser evaluado en tu mérito, no por tu número de RUT”, dice la periodista.

Esa diferencia está oficializada: a contar del 01 de julio de 2024, el ingreso mínimo mensual es de $500.000 para trabajadores mayores de 18 años y de hasta 65 años; y de $372.989 para trabajadores menores de 18 años y mayores de 65 años.

“Y respecto a que nos enfermamos más, también es un prejuicio, los jóvenes se toman más licencia, porque nosotros sabemos que nos tenemos que cuidar más, porque después no vamos a conseguir otro trabajo”, dice.

Carlos Román comenta que las generación miillennial y posteriores tiene mayor rotación en sus trabajos, normalmente porque buscan proyectos afines a sus ideas, algo que no pasa con las generaciones anteriores. Eso no es bueno ni malo, es simplemente una realidad, aclara el experto.

Ximena Abogabir ve una ventaja para los mayores en ese aspecto. “Según estudios que tenemos, un joven dura en promedio 1,7 años en un trabajo; y una persona mayor, 5 años. Y muchas empresas dicen ‘es más caro contratar a alguien mayor, porque me demoro más en capacitarlos, y el proceso de inducción es más caro en la personas mayores, pero esa persona va a estar 5 años”, comenta la líder de Travesía 100.

En cuanto a hacerse cargo como sociedad de la integración laboral de personas mayores, dice Carlos Román, de SeniorLab, son importantes propuestas como las de Trabajando.com, plataforma laboral que creó Trabajandopro.cl, una portal exclusivo para personas mayores de 50.

María Jesús García-Huidobro, gerente de desarrollo de negocios de Trabajando.com, comenta: “No es sólo para encontrar un nuevo trabajo profesional, técnico u oficio, también hay asesoría experta y consejos de cómo sobrellevar la búsqueda de empleo en una etapa de la vida que sabemos es compleja. Es por esto que sólo sumamos empresas que tienen un genuino interés en desarrollar la intergeneracionalidad”.

Y opina acerca de la necesidad de promover políticas en torno a esta realidad. “El envejecimiento de la población aumenta rápidamente y, más allá de que no exista una ley al respecto, prontamente las empresas no encontrarán todos los talentos que necesitan para sus cargos en personas jóvenes, y deberán buscar a este segmento. Es necesario tener incentivos de contratación y capacitación para apoyar una exitosa inserción laboral en el trabajo formal, y no obligarlos a optar sólo por el empleo por cuenta propia o informal”.

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