Escasez de profesores: el fenómeno global que también afecta a Chile

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Los bajos sueldos de los profesores se ven contrastados con las condiciones para ejercer su labor, como la sobrecarga de trabajo, la crisis de salud mental o la falta de apoyo institucional.

De acuerdo con reportes de la ONU, el mundo necesitará 44 millones de profesores adicionales para el año 2030. En Chile, la proyección de Elige Educar estima que para esa misma fecha faltarán alrededor de 33 mil profesores especialistas. ¿Cuáles son los factores que explican esta crisis en nuestro país? Expertos en educación analizan las causas y posibles soluciones, como Juan Pablo Catalán, académico e investigador en Educación de la UNAB, quien afirma que “Los incentivos no deben girar solamente en lo económico, también deben preocuparse en lo personal, entregando acompañamiento, y protegiendo espacios para el profesor”.


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“Un país que cuida a sus docentes es un país que cuida su infancia”, resume Verónica Cabezas, directora ejecutiva y cocreadora de Elige Educar, a la hora de referirse a una de las profesiones más trascendentales para el desarrollo y motor de un país.

Toda persona ha tenido en su vida un profesor o profesora que ha dicho las palabras correctas a la hora de momentos difíciles, o entregó el impulso para tomar decisiones trascendentales. Un rol que, a pesar de que cuenta con una valoración social que los sitúa como una labor que realiza un aporte mayor a la sociedad, no condice con la realidad.

La educación en Chile enfrenta un desafío urgente: la escasez de profesores. Si bien no es un fenómeno reciente, sino un problema estructural que se ha visto agravado en la última década, la importancia de enfrentarlo radica no solo en la calidad de la educación que recibirán los estudiantes, sino en las diferentes realidades que existen al interior del territorio.

Cálculos de Naciones Unidas (ONU) de febrero de este año proyectan una falta de 44 millones de docentes necesarios para 2030, mientras que en Chile se proyecta para la misma fecha una falta de cerca de 33 mil profesores especialistas.

La escasez se siente principalmente en áreas rurales y en asignaturas especializadas, según datos de Elige Educar. Actualmente, además, existe una proyección de déficit muy importante en la Educación Parvularia, donde estudios sondean una falta de 7 mil profesionales, mientras que en educación básica y media se habla de 26 mil docentes.

El impacto de la ley 20.903

Verónica Cabezas plantea que una de las formas de explicar este fenómeno tiene relación con la atracción de futuros profesionales a la pedagogía. Debemos retroceder a 2016, cuando se aprueba la ley 20.903 de carrera docente, que generó un cambio estructural ligado al aumento de los requisitos para el ingreso a las carreras de educación.

Educación Colegios Clases Profesor
Eliseo Lara comenta que las zonas rurales y vulnerables se ven particularmente afectadas por la falta de profesores, lo que obliga a las escuelas a contratar profesionales no formados pedagógicamente.

Juan Pablo Catalán, doctor en Educación y académico e investigador de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales en la Universidad Andrés Bello (UNAB), rememora que el motivo de una nueva legislación buscaba mejorar la calidad del profesorado, estereotipado hasta ese entonces como una carrera que no se elegía como primera opción y que no requería un puntaje alto de ingreso a las universidades, junto con los bajos sueldos por su ejercicio.

Tras su puesta en marcha, la normativa tuvo un impacto en las matrículas, tras la decisión de que la formación fuera ofrecida sólo por universidades acreditadas, dejando fuera a Institutos Profesionales o Centros de Formación Técnica, siendo una de las primeras razones en la reducción de profesionales egresados.

“El incremento en los requisitos fue necesario para asegurar una mejor formación docente, pero ha tenido el efecto colateral de reducir el número de postulantes”, plantea Catalán, mientras que Cabezas dice que, más allá de que el déficit sea real, “no hay que bajar la vara, porque la calidad es tremendamente importante”.

Eliseo Lara, director del Programa de Pedagogía en Educación Media de la UNAB, ha podido evidenciar a través de distintas investigaciones que las zonas rurales y vulnerables se ven particularmente afectadas por la falta de profesores, lo que obliga a las escuelas a contratar profesionales no formados pedagógicamente, afectando la calidad de la enseñanza.

“Los sectores más perjudicados son las zonas extremas, el norte grande y desde Concepción al sur... Ahí es donde más se presenta el déficit docente”, explica Lara, y agrega que en muchos casos se contratan profesionales de otras áreas que no cuentan con habilidades pedagógicas desarrolladas para ejercer la docencia.

Aristas que impactan en el déficit

Este fenómeno complejo también tiene una arista económica. En 2016 se implementó el proyecto de Carrera Docente en el sistema público, que prometió una mejora en las remuneraciones, a medida que el profesor va sumando años de experiencia laboral. Un incentivo que permite que profesor recién titulado parta ganando sobre los 900 mil pesos, y que puede aumentar dependiendo la prioridad del establecimiento, siendo una base para incentivar a nuevas generaciones de profesionales.

profesora fue despedida después de faltar 20 años a su trabajo
Cálculos de la ONU de febrero de este año proyectan una falta de 44 millones de docentes para 2030, mientras que en Chile se estima, para la misma fecha, un déficit de cerca de 33 mil profesores especialistas.

“Si lo miramos, no es proporcional a otras carreras con similar nivel de formación de cinco semestres, o bien con otra licenciatura”, analiza Juan Pablo Catalán, quien suma que los bajos sueldos se ven contrastados con las condiciones para ejercer su labor, como la sobrecarga de trabajo, la crisis de salud mental o la falta de apoyo institucional, lo que juega un rol importante en la decisión de muchos profesores de abandonar el sistema educativo en sus primeros años.

“Hoy en día el profesor pasa todas sus horas frente al curso. Falta más tiempo para que el profesor tenga un espacio protegido” agrega Catalán, para quien es esencial no solo tener tiempo frente a los estudiantes, sino dar espacios para preparar el material educativo, reunirse con otros pares para discutir escenarios de aprendizaje atractivos, entre otras tareas que parecen no alcanzar en las 44 horas de contrato.

Si bien la ley de carrera docente aumentó las horas no lectivas en relación a las horas lectivas -es decir, si el contrato de trabajo de un docente es por 40 horas, este debe reducir tiempo en sala para tener más horas de planificación de trabajo, evaluación, trabajo colaborativo con los pares-, esto a su vez exige una mayor demanda al sistema de las horas pedagógicas.

Aquí, Verónica Cabezas, directora de Elige Educar, es enfática al señalar que no existe manera de saber si las horas no lectivas se están cumpliendo en los establecimientos del país; espacios cruciales para el buen desempeño de un profesor, sobre todo para enfrentar salas con 35 estudiantes, nuevos programas de inclusión y los desafíos en la convivencia con las actuales generaciones.

Primeros años de ejercicio docente: tiempo clave

Otra de las causas de la escasez es la alta rotación y deserción de docentes en los primeros años de ejercicio, afectando directamente la estabilidad del sistema educativo.

Bien lo explica el estudio realizado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y el Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile en abril de 2021, que reveló que, entre 2005 y 2016, alrededor del 20% de los docentes noveles se retira antes de cumplir 5 años trabajando en el sistema escolar, mientras que el 30% lo hizo al cumplir 10 años de años de docencia.

Verónica Cabezas complementa que la deserción o rotación docente se genera en los primeros dos años del ejercicio.

“El primer año, el 20% deja el establecimiento educativo donde se está desempeñando, un 10% se retira de forma permanente”, dice, utilizando análisis hechos por su fundación en 2022. En otras palabras, tras cinco años de estudio, muchos no vuelven al sistema. El otro 10% que se retira el primer año, puede estar hasta cuatro años fuera y vuelve a reingresar.

“Ese 10% permanente se reduce a un 8% al segundo y después en forma permanente, el retiro se mantiene en un 3%.”, añade Cabezas, dando cuenta de que estos números no son mayores a las tasas de otros países del mundo, e incluso que otras profesiones.

Caso Tsunami
“Es fundamental diseñar un modelo de carrera más flexible que permita a los profesores desarrollarse en distintas áreas sin tener que abandonar la docencia”, señala Verónica Cabezas.

“El desafío está en los primeros años de ejercicio, años clave”, manifiesta, dando paso a una mirada moderna y flexible sobre quienes pueden ejercer la docencia, planteando una trayectoria no lineal.

“Es fundamental diseñar un modelo de carrera más flexible que permita a los profesores desarrollarse en distintas áreas sin tener que abandonar la docencia”, señala, dando cuenta que, si hay profesores que ejercen tres años, luego se dedican a otro trabajo, y bien podría ser que tiempo después puedan volver a la docencia para ayudar en esta tarea país.

Posibles caminos para enfrentar el desafío

Los expertos coinciden en que mejorar la valoración social de la docencia es clave para enfrentar la escasez. Verónica Cabezas explica que, aunque la profesión ha ganado prestigio en los últimos años, todavía falta mucho para que la docencia tenga el mismo reconocimiento que otras carreras, como la medicina o el derecho.

Eliseo Lara añade que “un sistema educativo de calidad sólo es posible si los docentes son valorados y respetados por la sociedad”. El bienestar docente y la valoración social de la profesión impactan en la retención de profesores en el sistema, siendo el prestigio social un gatillante no solo en la atracción sino en la calidad de la enseñanza.

El bienestar emocional y laboral de los profesores es otro de los factores claves para su permanencia en el sistema.

Juan Pablo Catalán, de la UNAB, aborda el tema dando cuenta que “muchos profesores a esta altura del año están con problemas de salud mental y física”, por lo que son grupos que también necesitan contención y apoyo.

“Los incentivos no deben girar solamente en lo económico, también deben preocuparse en lo personal, entregando acompañamiento, y protegiendo espacios para el profesor” dice, tomando ejemplos de casos exitosos a nivel internacional como Finlandia o Singapur, donde el 50% de las horas que un profesor trabaja son para estar sin hacer clase.

Salas Vacias
“Los incentivos no deben girar solamente en lo económico, también deben preocuparse en lo personal, entregando acompañamiento, y protegiendo espacios para el profesor”, dice Juan Pablo Catalán.

Mejoras salariales, la reducción de la carga administrativa, incentivos para los profesores en zonas críticas, o programas para atraer talento pedagógico, como el PACE (Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior), vislumbran como posibles soluciones.

“Hay que simplificar los procesos burocráticos, ofrecer incentivos económicos y beneficios adicionales a los profesores que trabajan en zona rural o en contextos socioculturalmente vulnerables, junto reclutar a jóvenes talentosos para que estudien pedagogía”, propone Catalán, mientras que Lara sentencia que, para no descuidar a quienes ya están dentro del sistema, hay que apuntar en la prosecución y desarrollo profesional continuo, no solo en la formación inicial, sino también a través de mentorías y apoyo en el ejercicio de la docencia.

“El éxito, la consolidación de un buen profesor no es en la universidad, es cuando llega a su escuela y hace un desarrollo profesional docente y colaborativo con sus pares”, concluye.

Lo cierto es que la necesidad de una política docente que trascienda los cambios de gobierno y que sea considerada como una prioridad nacional se vislumbra como el camino que podría ayudar a mejorar las complejas cifras que se proyectan a futuro. Una visión de largo plazo, con políticas consistentes que promuevan la atracción de nuevos talentos a la docencia y retengan a los profesores en el sistema son las tareas pendientes para que más y nuevos profesores se sumen a la ardua pero valiosa tarea de educar.

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