Esperar una atención de salud teniendo cáncer: la lista que no debiera existir

Marcha pacientes cáncer 17 de agosto de 2024
Más de 80 organizaciones de pacientes unidas a través de la red "Chile unido por el cáncer" estuvieron representadas en la marcha del 17 de agosto recién pasado.

Agudizada por la pandemia, la crisis de las listas de espera oncológicas está en un nivel alarmante, con 14.254 casos de personas que no pueden seguir esperando. Un registro obsoleto, falta de colaboración público-privada, de productividad y de voluntad política son algunas de las causas del problema que denuncian pacientes y expertos.


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Desde 2018 que no se manifestaban, pero el sábado 17 de agosto los pacientes oncológicos salieron a la calle. Marcharon pacíficamente desde Plaza Baquedano al Paseo Bulnes, como una sola voz, para alertar sobre una situación insostenible y urgente: el retraso de las listas de espera del cáncer.

En la actividad, más de 80 agrupaciones organizadas a través de la red “Chile Unido por el Cáncer” presentaron un manifiesto donde detallaron sus principales demandas y exigieron a las autoridades poner como prioridad el cáncer, que actualmente es la primera causa de muerte en el país: un 26% de las personas muere al año por este mal.

“Lo que estamos pidiendo como sociedad civil es ver cómo avanzamos para poder salvar vidas, porque lo que la gente está esperando en su casa es la muerte”, dice Víctor Hugo Flores, presidente de la fundación “La voz de los pacientes”, una de las organizaciones que convocó a la marcha.

Héctor Sánchez
El retraso en las listas de espera un fenómeno que va en aumento y que ha ido creciendo en los últimos años. Se agravó fuertemente en la pandemia, dice Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública UNAB.

“Esto no va a parar, vamos a continuar exigiendo”, asegura Flores, quien también estuvo presente en la sesión de la Comisión de Salud del Senado del pasado 26 de agosto, donde se abordó el tema de las listas de esperas –en el marco de un análisis sobre la implementación de la Ley Nacional del Cáncer— con la presencia de representantes del Ejecutivo, de agrupaciones de pacientes y de la academia.

En esa cita, el Ministerio de Salud señaló que el cumplimiento de las garantías de oportunidad GES oncológicas era de un 96,71%, con un total de 508.126 casos. Los retrasos corresponderían a 14.254 casos. Además, señaló que existían 1067 intervenciones quirúrgicas No GES en espera.

“Es un fenómeno que va en aumento y que ha ido creciendo en los últimos años. Se agravó fuertemente en la pandemia, donde los diagnósticos se redujeron a la mitad, o menos de la mitad de los que se hacían normalmente”, dice Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública (ISP) de la Universidad Andrés Bello UNAB.

“Se reducen sustancialmente los diagnósticos de cáncer mamario, cervicouterino, de cáncer colorrectal, porque los exámenes, el papanicolaou, las mamografías, las endoscopías y las colonoscopías se suspendieron. Y eso es lo que en definitiva ha aumentado la cantidad y la gravedad de los enfermos”, explica Sánchez.

Víctor Hugo Flores
“Lo que estamos pidiendo como sociedad civil es ver cómo avanzamos para poder salvar vidas, porque lo que la gente está esperando en su casa es la muerte”, dice Víctor Hugo Flores.

Las más perjudicadas son las mujeres, porque los cánceres que están con una mayor prevalencia son el cáncer mamario y el cáncer cervicouterino y estos han aumentado de manera muy importante”, agrega.

Entre 2020 y el 30 de junio del 2024 han aumentado las prestaciones atrasadas por cáncer de mama en 362% (887 a 4.098) y en cáncer cervicouterino en 214,3% (856 a 2.690), de acuerdo a datos de CIPS-UDD. El cáncer de mama es la principal causa de muerte de las mujeres en Chile.

Extensos tiempos de espera

Según las cifras entregadas por el Minsal, el 53,76% de esos atrasos corresponderían a la fase diagnóstica. “Cuando el paciente está en lista de espera, tiene que esperar un largo tiempo para el diagnóstico, que en algunos casos son varios meses”, agrega Héctor Sánchez.

“El problema del cáncer no es cuando empiezas el tratamiento. Está desde el momento en que aparece un examen alterado. Por ejemplo, una mamografía. Después va a la eco mamaria y de ahí la paciente tiene que activar el GES desde el consultorio hasta el hospital. Por ley tenemos que esperar 45 días”, explica Víctor Hugo Flores, presidente de “La voz de los pacientes”.

“Esa demora, desde que te llega el resultado del hospital y te llaman son 90 días. Y si no llaman y la persona no reclama, no la van a llamar nunca. El problema es que en regiones ni siquiera existe un segundo prestador”, comenta. “El médico te atiende a los 90, 95 días. A eso súmale los 120, 130 días más que se demora en llegar tu biopsia. Sin ella no puedes iniciar tratamiento oncológico para saber efectivamente en qué estadio está tu cáncer”.

El relato de Víctor Hugo Flores grafica cómo las demoras se prolongan tanto en la fase diagnóstica como en el tratamiento. En los últimos cinco años han aumentado los atrasos relacionados con problemas de salud GES en cáncer en 201%, según datos de CIPS-UDD.

Manuel Inostroza
Manuel Inostroza cree que reducir el tiempo de las listas de espera es un asunto de voluntad política y que por ley estas no debieran existir.

“Las listas de espera oncológicas del GES por ley no debieran no debieran existir. Es un tema de voluntad política”, afirma Manuel Inostroza, académico del Instituto de Salud Pública UNAB y ex superintendente de Salud. “Existe lo que se llama un segundo o tercer prestador cuando la garantía de oportunidad no se cumple y eso es responsabilidad exclusiva de la autoridad”, añade.

Las personas tienen que reclamar primero a Fonasa y si este organismo no resuelve el problema, deben reclamar a la Superintendencia de Salud, quien es quien define al tercer prestador. Víctor Hugo Flores pregunta qué pasa con los que no pueden o no saben reclamar.

“Nunca hemos visto que ante la confirmación de un cáncer de mama se activen los segundos o terceros prestadores de manera automática y es algo que la autoridad perfectamente puede hacer”, piensa Manuel Inostroza.

“Es crítico para una enfermedad donde la vida de una persona depende del tiempo de espera por atención”, dice el senador Sergio Gahona, integrante de la Comisión de Salud del Senado.

Un sistema de registro colapsado

Una de las principales causas que explican la existencia de listas de espera pasa por el sistema de registro de pacientes empleado por el Ministerio de Salud. El Sistema de Gestión de Tiempos de Espera (SIGTE) está obsoleto.

El procedimiento de registro depende de planillas Excel que se hacen en cada hospital y que luego se cargan en un repositorio central. “¿Cuál es el problema de tener planillas Excel o manuales? Que son objeto de error humano”, dice Manuel Inostroza, del ISP UNAB.

Por ejemplo, aunque aún no se conocen las causas, en mayo pasado una auditoría reveló que el Hospital Sótero del Río borró 323 mil consultas de las listas de espera de forma masiva. Lo que inevitablemente hace cuestionable la fidelidad de los datos que se manejan.

“Tiene que ser un sistema interoperable, es decir, un sistema que no puede depender de la validación humana, sino que tiene que depender de la ficha clínica electrónica, que hoy día usan el 98% de los consultorios y cerca del 80% de los hospitales. Ahí habría que hacer un trabajo con ellos”, sentencia Manuel Inostroza.

Osvaldo Salgado
El subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, anunció en la sesión Comisión de Salud del Senado que el nuevo sistema de registro para listas de espera estará listo entre septiembre y octubre.

Que el SIGTE es anacrónico fue reconocido por la Ministra de Salud Ximena Aguilera en la sesión de la Comisión de Salud del Senado del 27 de agosto recién pasado, donde se analizó la situación general de las listas de espera.

El subsecretario de redes asistenciales Osvaldo Salgado, presente también en dicha instancia, reveló un evento crítico el año pasado donde el sistema se bloqueó y estuvieron dos meses sin poder sacar la información.

“Se tomó la decisión de resolver el problema en definitiva, y eso implica actualizar el sistema, cosa que va a estar en marcha ahora septiembre y octubre, y trabajar en la interoperabilidad”, afirmó Osvaldo Salgado.

Más colaboración público-privada

Durante la pandemia, Chile fue un ejemplo de colaboración entre el sector público y privado por el exitoso manejo de la crisis. Las agrupaciones de pacientes se preguntan por qué no se hace lo mismo con el cáncer, que es también una grave emergencia sanitaria.

Entonces no sólo la trazabilidad era exitosa, sino también las derivaciones de un sistema a otro. “Hay una capacidad diagnóstica ociosa todavía en el sector privado que podría perfectamente utilizarse. Eso significa que tienen que aumentar las licitaciones y ojalá llegar a cero personas en lista de espera por diagnóstico”, indica Héctor Sánchez.

Luego agrega que “no es un tema de recursos, es un tema de gestión”.

Sergio Gahona
Sergio Gahona dice que el problema de las listas de espera es crítico para una enfermedad donde la vida de una persona depende del tiempo de espera por atención.

“La productividad de la red pública es lamentable. No sabemos bien dónde y cómo se están usando esos recursos pero hoy hay personas muriendo en las listas de espera, con hospitales que tienen pabellones que se usan casi solo la mitad del día”, dice Sergio Gahona.

Un estudio realizado por la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad en 2020 reveló que la tasa de utilización de los quirófanos electivos en el horario institucional era de 53%.

“Uno perfectamente puede llegar a sospechar que un 30%, un 40% de la lista de espera se puede resolver con la mayor productividad que debiera hacerse exigible en nuestros hospitales públicos. El resto es ver la compra al sector privado y probablemente al comienzo sería una compra por un par de años”, señala Manuel Inostroza.

La respuesta del Ministerio de Salud

Para hacer frente al retraso de las listas de espera del sector público en general, no exclusivamente oncológicas, la ministra Ximena Aguilera señaló que su cartera tiene un “Plan Nacional de Recuperación de Cuidados y Reducción de Tiempos de Espera” que se basa en tres pilares, con acciones que están en proceso o se implementarán.

Estos son aumentar la producción a través de la recuperación de pabellones, la extensión horaria de atención y compras de servicios, entre otros. También, mejorar la atención primaria de salud, con un programa de resolutividad y atenciones asincrónicas de tele medicina, por nombrar algunos.

Y por último está mejorar la transparencia y sistemas de información a través del Portal Paciente, que es una plataforma que permite a las personas conocer en qué proceso de espera se encuentran. También, el Visor Ciudadano de Tiempos de Espera y la interoperabilidad y la digitalización, entre otros.

Sesión de la Comisión de Salud del Senado 27 de agosto
En la sesión de la Comisión de Salud del Senado que se llevó a cabo el 27 de agosto recién pasado, la ministra Ximena Aguilera presentó un plan de reducción de los tiempos de espera de los pacientes.

Pese a las acciones informadas por el Ministerio, la sensación es de disconformidad. “Venimos hablando hace dos años y medio de la lista de espera del cáncer y se hizo caso omiso. O sea, no hay un plan de acción. Si tú me preguntas, después de la Comisión de hace unos días, ¿qué solución te da el Ministerio? La respuesta es ninguna”, comenta Víctor Hugo Flores, de “La voz de los pacientes”.

La razón de la indiferencia es que, al parecer, el problema de las listas de espera parece estar internalizado en el sector público. “Lo consideran un problema que existe y con el cual hay que convivir, no hay que terminarlo”, explica Héctor Sánchez, del ISP de la UNAB.

En el caso del cáncer, la lista de espera no se debiera permitir en ninguna circunstancia, porque significa mayor probabilidad de muerte. En esa perspectiva, yo creo que también hay un problema cultural porque las distintas autoridades de nivel intermedio e incluso superior ya las han normalizado, las han asumido como un problema del sector que no tiene solución”, comenta Héctor Sánchez.

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