Hacer ejercicio nos vuelve más inteligentes: estas son las evidencias
Christian Campos, decano de la Facultad Ciencias de la Rehabilitación en la Universidad Andrés Bello (UNAB), ha investigado intensamente la relación entre actividad física, cognición y salud mental. Sus hallazgos, que revelan una alta incidencia del deporte en el rendimiento académico y en la función ejecutiva, nos invitan a repensar el modelo educativo.
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Christian Campos, corre todos los días. Lo necesita. Corre 40 minutos diarios para llenarse de energía y corre –aunque se organiza lo mejor posible—para cumplir con las responsabilidades de su cargo y con su trabajo como investigador del Instituto de Ciencias del Ejercicio y la Rehabilitación de la UNAB y presidente de la Red Internacional de Actividad Física, Salud Mental y Cognición.
El decano practicó atletismo en la universidad y continuó compitiendo hasta hace poco. Incluso en 2018 obtuvo el primer lugar en la corrida STGO 21K by EuroAmerica. Porque el doctor en Actividad Física y Salud cree firmemente que el ejercicio es el mejor medicamento y el más barato. Y la evidencia científica lo avala.
Un estudio de la Universidad de Queensland, Australia, habría conseguido identificar los mecanismos cerebrales que hacen que el ejercicio mitigue o prevenga el deterioro cognitivo. La realización de actividad física incidiría directamente en el funcionamiento de las microglías, células del sistema nervioso central que, además de formar su sistema inmunitario, apoyan la función cerebral y están asociadas al proceso del envejecimiento.
“La propuesta que hace el estudio es que a través del ejercicio voy a ayudar a detener o modular el deterioro cognitivo a medida que aumente la edad a través de la neurogénesis, donde se generan nuevas neuronas y además, nuevas sinapsis y nuevas comunicaciones entre ellas”, explica Christian Campos, quien lleva años estudiando la relación entre salud mental ejercicio y cognición.
El deporte en las escuelas
En el Instituto de Ciencias del Ejercicio y la Rehabilitación, Christian Campos es coinvestigador de un proyecto liderado por la doctora Falonn Contreras que acaba de terminar y cuyos resultados están prontos a ser publicados. En el estudio se midió el factor neurotrófico derivado del cerebro, BDNF por su sigla en inglés, en dos grupos de niñas de tercero básico: uno que practicó gimnasia rítmica por primera vez a lo largo de tres meses y otro que no.
El BDNF opera como un marcador cerebral. Es una proteína neuronal esencial para procesos de plasticidad neuronal que favorece la conexión entre neuronas.
“Esta proteína hace que la zona del hipocampo y algunas áreas cerebrales mejoren con el ejercicio físico. No se optimiza solo la memoria, sino también las funciones ejecutivas, que están en el espectro de la cognición. Nos damos cuenta de que los niños que hace tienen mejor función ejecutiva tienen mejor rendimiento académico”, explica el investigador UNAB.
El equipo de investigación, a través de análisis bioquímicos aplicados a la saliva de las participantes, midió la parte cognitiva al principio y al final del estudio. Los resultados preliminares arrojaron que las niñas que hicieron deporte versus las que no, mejoraron significativamente sus niveles de BDNF.
Una de las principales conclusiones de Christian Campos es que el ejercicio físico cognitivo, es decir, un programa de ejercicio que tenga componentes que impliquen funciones cognitivas, “no es el hermano pobre del aula de la parte escolar, sino el hermano principal, el que le ayuda a las ciencias, a las matemáticas, al lenguaje. Los escolares debieran tener al menos 60 minutos de ejercicio”, asegura el académico UNAB.
Para probarlo se llevará a cabo una experiencia piloto en la Región de Atacama, liderada por la UNAB junto a la Seremi de Educación de Atacama y apoyada por la Universidad de Atacama. Esta casa de estudios es, junto a la UNAB, la Universidad de La Frontera y otros planteles internacionales, miembro de la Red Internacional de Actividad Física, Salud Mental y Cognición, que promueve la generación de conocimiento y la divulgación científica desde una perspectiva interdisciplinaria en las áreas mencionadas, impulsando políticas públicas.
“La Región de Atacama tiene al menos dos años de desfase en la lectoescritura y las matemáticas en los niños de primero básico. Lo que queremos hacer a través de ejercicios físicos cognitivos es potenciar ciertas áreas del cerebro, como el hipocampo o las funciones ejecutivas y eso va a estimular a que el niño tenga mayores capacidades para aprender”, dice Christian Campos.
“Cuando uno hace ejercicio, el cerebro tiene mayor irrigación, lleva más sangre, por lo tanto oxigena mejor la estructura y es como un músculo. Si yo lo entreno, el cerebro va creciendo y va desarrollando mayor capacidad sináptica y eso, a la larga, produce los beneficios que estamos viendo, porque antes no se tenía tan claro”, explica el decano
Una transformación cultural
Las ventajas de practicar ejercicio aplican para todo el ciclo de la vida. De hecho, una investigación comandada por los investigadores de la UNAB que pertenecen la Red Internacional de Actividad Física, Salud Mental y Cognición, realizó una intervención con ejercicio físico cognitivo en adultos mayores con distintas patologías donde “las personas han mejorado una cantidad de puntaje significativo para retrasar su pérdida de memoria, por ejemplo, en los pacientes con parkinson”, cuenta el decano UNAB.
“Entonces, el ejercicio físico es como un medicamento, digo yo, pero un medicamento que tiene que tener ciertas características con componentes cognitivos para que sea la dosis exacta y activa esa zona del cerebro”, señala el académico, refiriéndose a cuando con este se busca deliberadamente un efecto terapéutico. Sin embargo, la práctica de cualquier actividad física, idealmente entre media a una hora al día, sigue siendo recomendada para todos.
El ejercicio permite tener mejor salud en forma genérica porque ayuda a quemar grasas, a mejorar los músculos, optimizar el sistema cardiovascular y además otorga salud mental. Aparte de mejorar la oxigenación del cerebro, genera sustancias como la dopamina, la serotonina y las endorfinas, que ayudan a relajar y generar una sensación de bienestar en la persona.
Y si se han difundido ampliamente sus beneficios ¿por qué Chile sigue siendo un país tan sedentario? El doctor Campos cree que se necesita una transformación cultural, que parta por inculcar hábitos deportivos en los más pequeños, de modo que ellos contagien a sus padres y a sus cercanos.
“El mensaje que yo daría aquí es que el Ministerio de Educación tiene que ponerse las pilas porque tenemos que formar a nuestros niños desde la cuna. Un niño preescolar debería tener todos los días al menos una hora diaria de actividad motriz. Pero ellos lo ven como que no es lo más importante y sí le agregan más horas de matemáticas, más horas de lenguaje, que no es lo más correcto”, sentencia.
“Si yo tengo más horas de actividad física, de juegos, motriz, etc., eso me genera las bases en las neuronas y en el cerebro, para que el niño tenga una mayor capacidad receptiva y tenga ciertas ventanas donde pueda asimilar mejor la materia y aprender mucho más”, concluye.
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