Los innovadores productos que están naciendo a partir de la industria del reciclaje

Cristina Acuña, cofundadora de Idea-TEC
Cristina Acuña es gerenta general y cofundadora de Idea-Tec, empresa que transforma el plumavit en pintura sustentable para el hogar y pisos.

El llamado "cobalto verde", que está recuperando a partir de desechos de la minería y que es un elemento fundamental para la manufactura de las baterías del litio, es sólo uno de los productos que están dando una nueva vida a la industria del reciclaje. “Hay que utilizar ciencia para lograr esta unión entre la productividad y la sostenibilidad”, dice Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello.


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La industria del reciclaje en Chile ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsada por la creciente conciencia ambiental y también por la implementación de políticas como la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), Ley 20.290, según la cual los productores son responsables de la gestión de los residuos derivados de la comercialización de sus productos en el país.

Este sector de la economía abarca desde la recolección y clasificación de materiales reciclables hasta su procesamiento y transformación en nuevos productos, promoviendo una economía circular y sostenible. Sin embargo, esta última etapa, la de valorización de los residuos, está teniendo un interesante despegue, impulsada por la innovación y desarrollo que los valorizadores están aplicando a sus procesos.

Un proyecto revolucionario liderado por la investigadora Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) es paradigmático respecto de cómo aprovechar los desechos. Se trata del “cobalto verde”, una iniciativa que busca obtener cobalto presente en relaves mineros mediante la biolixiviación.

Pilar Parada
Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB, está detrás del equipo que está rescatando cobalto de los relaves mineros.

La tecnología que hay detrás permite volver a tratar el material abandonado como desecho por la minería a través de organismos vivos especializados en disolver pirita. Consiste en “utilizar microorganismos que lo que hacen es alimentarse del hierro, del azufre y liberan el cobalto en una solución que se recupera y tu puedes volver a introducirlo en la cadena de valor”, explica Pilar Parada.

El cobalto, conocido también como “oro azul”, es un elemento crítico para la transición energética, pues se usa en la fabricación de baterías de ion litio para autos y otros vehículos eléctricos. Con esta materia prima se puede extender su duración, evitar que se sobrecalienten y también reducir su tamaño.

“A nivel de laboratorio, en 15 días recuperamos un 70% del cobalto contenido, lo cual es espectacular”, cuenta Pilar Parada.

A este ritmo, se espera que Chile pueda producir 15 mil toneladas anuales, desplazando al segundo productor mundial que es Indonesia, con 9 mil toneladas al año. La comercialización de lo obtenido en el país podría aportar un ingreso anual de alrededor de US$1.118 millones.

Pero el beneficio no es solo económico, sino que también hay una gran ganancia a nivel medioambiental. El cambio climático ha aumentado las posibilidades de lluvia en el norte, donde se encuentran la mayoría de los 795 relaves catastrados, que son contaminación para las comunidades donde se insertan.

“Esta agua disuelve la pirita en el desierto y se produce ácido sulfúrico, que puede infiltrar las napas y contaminar las aguas que se usan para riego o para consumo humano. Y el otro gran problema es que se pueden fluidizar los relaves y eso se podría transformar en grandes derrames, cerca de ciudades aledañas, y terminan arrasando con personas, casas, etc.”, explica Pilar Parada.

Tranque relave Minera Las Cenizas
Con la activación masiva del "cobalto verde", se espera que Chile pueda producir 15 mil toneladas anuales, desplazando al segundo productor mundial que es Indonesia.

La iniciativa está siendo financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) bajo el concurso IDeA Tecnologías Avanzadas 2023. El Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB es la institución principal y el trabajo será compartido con el Centro Avanzado de Tecnología para la Minería de la Universidad de Chile, como institución secundaria. Tendrá una duración de cuatro años, y además contará con la empresa minera Pucobre como socio estratégico, para elevar el proyecto a escala industrial.

Reciclar para innovar

El reciclaje es una industria consolidada en Chile, apegada al cumplimiento normativo según declaran sus representantes, que está dispuesta a modernizarse, invirtiendo en tecnología más automatizada para aportar a la recuperación de materiales de manera colaborativa tanto con el sector público como privado.

“Estamos más acostumbrados a resolver problemas de gestión de residuos, transformarlos en otros productos, porque para nosotros son un recurso. Pero también podemos tener innovación y proponer soluciones bien adelantadas”, indica Antonia Biggs, gerenta general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR).

Elevar los desarrollos tecnológicos a proporciones industriales es uno de los principales desafíos que enfrenta el reciclaje como industria productiva. Antonia Biggs cuenta que entre sus socios existen innovaciones como el caso de Sustrendlab.

Este centro de investigación, nacido como el departamento científico tecnológico de la Consultora Sustrend, genera soluciones para la economía circular revalorizando residuos industriales. Una de sus revolucionarias innovaciones es el reciclaje de neumáticos para obtener grafito, que también sirve para producir baterías de ion litio.

Antonia Biggs
“Estamos acostumbrados a resolver problemas de gestión de residuos. Pero también podemos tener innovación y proponer soluciones adelantadas”, dice Antonia Biggs, de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR).

“Existe esta batería que hoy se está probando en autos escala control remoto, de ahí a pasar a que sea una industria, es un largo camino que recorrer. Se necesita un impulso y un mercado que lo quiera. La tracción de demanda va a ser el desafío. Ahora, hay una demanda para esto y por eso seguimos con más pruebas pilotos, más ejercicios, etc.”, dice Antonia Biggs.

Cristina Acuña es gerenta general y cofundadora de Idea-Tec, empresa que transforma el plumavit en pintura sustentable para el hogar y pisos. Sobre potenciar la demanda señala: “Falta darle una vuelta de tuerca desde el punto de vista regulatorio, porque hoy día quienes consumen sustentable es porque quieren, no porque deben. Entonces creo que faltan incentivos que permitan ‘tirar’ desde los productos sustentables en vez de empujar desde el reciclaje”.

“Pensamos al principio que iba a ser súper fácil, dado que nuestro producto era sustentable. Pero nos dimos cuenta de que no era tan así. Te abre las puertas a muchas cosas, pero no necesariamente las deja abiertas. Porque si tu producto es bueno o malo, si tiene una buena relación precio calidad, es fundamental”, señala Cristina Acuña sobre la relevancia que también tiene un buen manejo del negocio para asegurar su éxito.

En el sector esperan que esa demanda se pueda potenciar a través de compras públicas, estableciendo ciertos criterios de sustentabilidad para requerir más productos con materiales reciclados. Y también, desde el sector privado, donde materiales como el plástico reciclado, por ejemplo, podrían incorporarse en el sector de la construcción o en el agro.

A nivel mundial, las exigencias cada vez serán mayores respecto de la sostenibilidad de cada uno de los procesos que se llevan a cabo dentro de las empresas. Por eso es de vital importancia que el reciclaje como industria productiva continúe en desarrollo y crecimiento.

“Los consumidores mismos estamos exigiendo mejores estándares, que no sigamos contribuyendo más al calentamiento global y que seamos capaces de tener industrias y empresas más sostenibles pero sin sacrificar la producción. Creo que ahí hay que utilizar ciencia para lograr esta unión entre la productividad y la sostenibilidad”, concluye Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB.

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