¿Para qué alcanza el nuevo sueldo mínimo?
La mayor alza del salario base en los últimos 29 años, que beneficia a cerca de 800 mil personas, se percibe hoy, en un escenario de altos precios de los alimentos básicos, servicios esenciales y vivienda, como insuficiente para cubrir los costos de la vida y para mantener un equilibrio en la economía, a juicio de los expertos. Pero, ¿qué se puede hacer cuando, al mismo tiempo, los índices de productividad llevan años estancados? Aquí, la visión de cuatro especialistas.
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500 mil pesos brutos es el monto del nuevo salario mínimo en Chile, que comenzó a regir el 1 de julio pasado. En la práctica, son poco más de 800 mil las y los trabajadores que desde esa fecha comenzaron a recibir tal sueldo cada fin de mes, por una jornada de, en promedio, 44 horas semanales.
Eso es en la teoría. En la práctica, si tenemos que bajarlo a las necesidades básicas del día a día, hablamos de una remuneración líquida de $410 mil pesos, que alcanzaría para comprar, por ejemplo:
- 1/2 kilo de pan a $1.000. Por 20 días: $20.000
- 2 pasajes en metro en hora punta (ida y vuelta), a $840 cada uno. Por 30 días: $50.400
- Una canasta básica mensual (entendida por el Ministerio de Desarrollo Social como lo mínimo que debe comer una persona para satisfacer sus requerimientos calóricos diarios), a $68.367.
- Un set de útiles básicos de aseo personal (jabón, pasta, desodorante, máquinas de afeitar, toallas higiénicas o tampones en el caso de las mujeres), a $30.000
- Un set de útiles básicos de aseo general (lavalozas, cloro, papel higiénico, detergente para la ropa), a $30.000.
- Prepago mensual de un teléfono móvil e internet, a $15.000.
Además, supongamos que esa persona arrienda una pieza para vivir por $200.000.
Con todos esos gastos, ya se pasa en $3.000. Y eso que acá no estamos considerando gasto en vestuario (importante para una persona que trabaja), pago de cuentas básicas, calefacción, gastos de recreación ni menos para imprevistos.
Si para una persona no alcanza para cubrir sus necesidades básicas, menos podría hacerlo para mantener a una familia. Eso no es ninguna nueva noticia nueva. La pregunta es cómo se maneja un tema a corto, mediano y largo plazo, en un escenario en que pareciera que ninguna medida es suficiente, y donde hay un delicadísimo equilibrio entre el aumento de los sueldos y la disminución de las plazas de trabajo.
La reciente alza del sueldo mínimo corresponde a una promesa de campaña del presidente Gabriel Boric, quien lo recibió en 350 mil pesos al inicio de su gestión y, luego de un acuerdo con la Central Unitaria de Trabajadores CUT, comenzó a incrementarlo de forma gradual. En mayo de 2023 subió de 410 a 440 mil pesos y en septiembre llegó a los 460 mil pesos.
Pasar de los 350 a los 500 mil pesos brutos constituye la mayor alza de la renta mínima en los últimos 29 años. Equivale a un aumento nominal de 43% y un alza real: un incremento del poder adquisitivo del 20% descontando la inflación.
Sin embargo “dado el perfil y los patrones de consumo que tienen las personas que ganan el sueldo mínimo, es muy probable que el incremento en términos de poder adquisitivo sea menos del que uno estima”, explica Jorge Rojas, académico del Departamento de Economía y Administración de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Esto debido a que si se desagrega la inflación, los alimentos y la energía siempre van por encima de esta.
“Vivir con el salario mínimo es complejo y las familias tienen que recurrir a distintas estrategias para poder llegar a fin de mes, y particularmente en inviernos como este, que ha sido muy frío”, dice Jorge Rojas. “Algunas de ellas son estar todos en la misma habitación o hay familias que se juntan y van al supermercado mayorista y compran en conjunto”, relata.
“Si tú eres solo y ganas el salario mínimo, con los altos costos de arrendamiento es difícil que puedas vivir por ti mismo. Es mucho más llevadero cuando estás en una familia compuesta por dos personas donde ambos aportan sus salarios mínimos”, dice Ingrid Jones, economista del centro de estudios Libertad y Desarrollo.
La línea de la pobreza, en tanto, se situó en $230.746, por lo tanto con “este ingreso mínimo, más o menos por factores de ajuste, alrededor de dos personas pueden vivir”, calcula Benjamín Villena, académico e investigador del Instituto de Políticas Económicas de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB.
“Estamos hablando de lo mínimo para no ser indigentes. O sea, superar la línea de la pobreza no significa que dejaste de ser pobre, significa que no eres indigente. Estamos viendo cuestiones que son bastante básicas”, opina Pamela Martínez, directora del área de Derechos Laborales de Chile21.
¿Cómo hacer crecer el sueldo mínimo?
En opinión del académico UNAB Jorge Rojas, el sueldo mínimo no debería incrementarse por ley. “Lo que podría pasar es que haya empresas, particularmente pymes, que despidan a muchos trabajadores o que muchos trabajadores van a migrar del sector formal al sector informal para mantener sus ingresos, pero ya no van a contar con la protección de las leyes sociales”, explica.
“Puede pasar que la persona abandone un trabajo formal con sueldo mínimo y sea cuenta propia, que a lo mejor gana un poco más del mínimo, pero deja de cotizar para su jubilación y deja de tener seguro de salud, aunque este sea Fonasa. Entonces se generan movimientos desde los mercados formales a los informales”, agrega Jorge Rojas.
El académico UNAB Benjamín Villena, en tanto, considera que en el mercado laboral debe haber un piso de regulación salarial porque en él no existe una competencia perfecta. Aquí el poder de negociación está del lado del empleador, porque es porque es más fácil reemplazar a un trabajador de baja calificación.
“Imagine que en una realidad tan precaria como la nuestra no hubiera un poder público que determinase esto”, dice Pamela Martínez de Chile21.
“Pero eso no significa que cualquier piso sirva, y es probable que el que se fijó ahora sea demasiado alto”, asegura Benjamín Villena. “Porque en una economía de mercado, la fuerza principal que se reajusta y hace que los salarios aumenten, tiene que ver con la productividad de las personas. Y en Chile, lamentablemente tenemos una productividad que ha permanecido estancada en los últimos años”, dice.
“La economía no está creciendo lo suficiente, ya sea porque no estamos realizando el nivel de inversión suficiente o no estamos adoptando las tecnologías de manera tan rápida o eficiente, no estamos mejorando nuestro capital humano, en las habilidades y las capacidades que tienen nuestros trabajadores”, explica.
“Uno quisiera que cada vez menos personas estuvieran ganando el salario mínimo. Y para eso el Estado, las personas y los empleadores tienen que apoyar al trabajador para que vaya adquiriendo nuevas herramientas y pueda ir siendo más productivo para seguir avanzando en su trayectoria laboral y así sea más factible que él pueda recibir un salario más alto, incluso más alto a los reajustes que por ley le puedan tocar”, dice Ingrid Jones, de Libertad y Desarrollo.
El investigador UNAB Jorge Rojas también considera que la educación y la capacitación son la clave para que podría asegurar mayores alzas en el sueldo mínimo. “No me refiero a que solamente yendo a institutos profesionales, centros de formación técnica o universidades se puede arreglar, sino que a quienes están trabajando se les pueda dar capacitación y se les pueda hacer más productivos sin necesidad de dejar de trabajar”, concluye.
En las semanas previas al 1º de mayo, la CUT manifestó sus intenciones de alcanzar un salario mínimo de $630 mil a fines del gobierno del Presidente Gabriel Boric. Sin embargo, días después de la conmemoración del Día Internacional del Trabajador, señaló la importancia de lograr un “salario vital”, pero sin establecer un monto para este.
“Sabemos que no va a llegar a los $630 mil, pero queremos dejar el camino trazado, planteado para llegar prontamente a los $630 mil, porque nos demoramos más de siete años en llegar a los $500 mil y hemos dicho que no podemos esperar tantos años para avanzar en las mejoras salariales”, señaló David Acuña, presidente de la multisindical.
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