Shein, delivery y salidas a comer: más de 500 mil jóvenes chilenos están morosos

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Según datos de Chiledeudas, un 30% de los jóvenes que se endeudan con tarjetas de crédito lo hacen a través del delivery.

Bajos salarios, fácil acceso al crédito, comercio online y escasa educación financiera configuran la tormenta perfecta que explicaría el elevado nivel de endeudamiento de los jóvenes entre 18 y 30 años. Un fenómeno que con el pasar del tiempo se puede transformar en algo más que un problema.


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Tabaco, ropa a través de aplicaciones de fast fashion y compras de comida por delivery fueron los principales gastos que hicieron que Bárbara, una administrativa de 28 años que trabaja en una empresa constructora, acumulara una deuda que compromete más de la mitad de su salario.

Bárbara estudió artes visuales, pero desde que salió de la universidad ha trabajado en tiendas de malls, en call centers y también como jornal en la misma empresa en que está ahora.

Sus sueldos han oscilado entre los 500 y los 900 mil pesos, que es lo que gana actualmente. Desde la pandemia, momento en que se quedó sin trabajo, arrastra una deuda que está pagando, pero desconoce a cuánto asciende ese monto.

Bárbara es uno de los 509.662 jóvenes morosos de entre 18 y 30 años que existe en el país al segundo trimestre de 2024, según DICOM. Y aunque este monto ha bajado en relación con el año pasado, la cifra no deja de ser preocupante.

Gonzalo Escobar, magíster en Economía de Georgetown University y académico del Departamento de Economía y Administración de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello UNAB, asegura que el fenómeno “es un tema cultural”, transversal etariamente y también por niveles socioeconómicos.

En Chile, una de cada cinco personas presenta una alta carga financiera, manteniendo un nivel de deuda superior al 50% de su ingreso mensual, según el Informe de Endeudamiento de 2023 de la Comisión para el Mercado Financiero CMF.

Gonzalo Escobar
Gonzalo Escobar sostiene que el endeudamiento de los jóvenes “es un tema cultural”, transversal etariamente y también por niveles socioeconómicos.

Los orígenes de las deudas

¿En qué se endeudan los jóvenes? El académico UNAB cree que se trata de consumo corriente, en el diario vivir: aplicaciones, plataformas, alimentación.

Además, explica que el endeudamiento juvenil se da porque, por lo general, el segmento entre 18 y 24 años son jóvenes que están estudiando y en Chile no está tan incorporada la cultura del estudio con trabajo.

“El 95% de esa gente que está en deuda ni siquiera recibe sueldo”, comenta Jorge Marín, country manager de Déstacame, fintech que ayuda a las personas a ordenarse financieramente.

Y en el tramo de 25 a 30 años, las características del mercado laboral nacional, donde no hay dinamismo en la creación de nuevos puestos de trabajo y hay saturación en ciertas carreras, hace que los primeros sueldos sean bajos.

Los niveles de salarios bajos llevan a que no te alcanzan los ingresos para cubrir tus gastos y por lo tanto tienes que recurrir a otras fuentes de financiamiento”, explica Gonzalo Escobar. A eso hay que sumar la elevada inflación que ha aumentado el costo de la vida.

“Estamos en una sociedad en donde el vivir endeudado es prácticamente la regla”, explica Guillermo Figueroa, director ejecutivo de Chiledeudas, un estudio jurídico y una empresa que asesora a personas con problemas de sobreendeudamiento.

“El problema es que los jóvenes hoy día se están endeudando para poder estudiar, comer y vestirse. No es que estén endeudándose para desarrollar un proyecto empresarial ni para comprar una casa”, agrega el especialista.

Pero los expertos coinciden en que no hay que demonizar las deudas si estas se adquieren para conseguir un futuro financiero mejor o bienes duraderos. “El problema es cuando estoy sobre endeudado, cuando mis gastos mensuales superan el 50% de mis ingresos”, dice Guillermo Figueroa. Como le pasó a Bárbara.

Guillermo Figueroa
“El problema es que los jóvenes hoy día se están endeudando para poder estudiar, comer y vestirse. No es que estén endeudándose por un proyecto empresarial ni para comprar una casa”, dice Guillermo Figueroa.

Irresistibles gastos en aplicaciones

Cuando Bárbara se quedó sin trabajo no hizo un ajuste. “Seguí manteniendo todos los gastos que tenía y llegó un punto donde ya no estaba teniendo ingresos. Solo tenía gastos y por chicos que fueran, se estaban juntando”, cuenta.

“Generalmente, lo que más gasto es en alimentación, ropa y tabaco. Esos son mis gastos fijos. Desde que se acabó la pandemia, salgo harto igual. Me gusta comer afuera o salir a tomarme una cosa o un café. Esos son los gastos que mantengo”, relata Bárbara.

Después de la pandemia, Bárbara –quien fue diagnosticada con trastorno bipolar— tuvo una crisis que la hizo gastar compulsivamente.

“Hasta el momento había comprado algunas cosas con mi tarjeta de crédito, pero súper controlado. Luego empecé a tener este gasto impulsivo y estuve mucho tiempo. Me costó mucho llegar a regularlo y empezar a sanear de nuevo mi economía”, dice.

“Logré eliminar las dos cosas que eran más terribles para mí cuando tenía gastos compulsivos, que eran delivery y ropa. Hubo un tiempo en que estuve muy pegada con el delivery”, cuenta Bárbara.

Las aplicaciones vinieron a revolucionar la forma de consumir y comprar. Al estar asociadas a una tarjeta de crédito, el pago se realiza casi de forma automática y los jóvenes –y las personas en general— pierden la noción de lo que están gastando.

Hay una cuestión de inmediatez. Es como: ‘ah ya, listo, se compró’. Cuando uno paga en efectivo, tiene muy claro lo que está gastando porque ves cómo un billete de 10 lucas se transforma en uno de 5″, explica Bárbara.

FRANCE - SHEIN APPLICATION
Aplicaciones como Shein revolucionaron la forma de consumir y comprar. Al estar asociadas a una tarjeta de crédito, el pago se realiza casi de forma automática y los jóvenes pierden la noción de lo que están gastando.

El riesgo de la bancarización temprana

En Chile, al 2022, el 81.7% de la población adulta estaba bancarizada, según el Informe “Tendencias en medios de pago”, que elabora Minsait Payments. Con esta cifra, el país ocupa los primeros lugares de la región. “Eso te facilita el uso del comercio electrónico”, dice Gonzalo Escobar.

A partir de los 18 años las personas tienen acceso a instrumentos bancarios: cuentas corrientes que incluyen tarjetas de crédito y líneas de crédito. “Hay una mayor facilidad de acceso a distintos productos financieros. Si una persona joven está entrando a la universidad, las mismas entidades bancarias entran ofreciendo estos planes de bancarización”, comenta Jorge Marín de Destácame.

Las tarjetas de crédito del retail también son una fuente de endeudamiento importante. “Son productos financieros con menos barreras de entrada y por eso son más caros”, explica Guillermo Figueroa de Chiledeudas.

Una de las prácticas cuestionables de la banca y del retail, dice Guillermo Figueroa, es entregar tarjetas de crédito con un cupo bajo a jóvenes de 18 a 24 años. El objetivo sería iniciarlos tempranamente en el “mundo del endeudamiento, que es el negocio de las entidades financieras”, aclara.

“Aunque la banca y el retail corren riesgos, ya que no poseen capacidad de pago, las entidades financieras logran con esto que entren a su negocio que es el interés, y además en variadas ocasiones, los padres terminan asumiendo la morosidad cuando el hijo o la hija no cumple con el respectivo compromiso”, agrega.

La raíz: pobre educación financiera

El segmento de entre 18 y 30 años tiene un acceso temprano a estos productos financieros, pero muchas veces no saben cómo ocuparlos. “La primera razón por la que específicamente los jóvenes entran en morosidad es por ignorancia y por falta de educación”, dice Jorge Marín.

Jorge Marín
“La primera razón por la que específicamente los jóvenes entran en morosidad es por ignorancia y por falta de educación”, dice Jorge Marín.

Bárbara obtuvo su cuenta corriente a los 20 años y dice no haber recibido ningún tipo de educación financiera, aunque sí sabía que la información estaba disponible. “A pesar de que hay acceso a información no se utiliza para tener pleno conocimiento de qué son los instrumentos financieros”, apunta Gonzalo Escobar de la UNAB.

“No tenemos un programa específico de educación. El colegio te prepara súper poco y en la universidad –salvo que estés tomando una carrera afín— con lo primero que te topas es con una tarjeta de crédito o estos súper avances en efectivo que la gente toma como si fuera un aumento de ingreso cuando lo que realmente es un préstamo a tu ingreso futuro con intereses”, señala Jorge Marín.

El académico UNAB Gonzalo Escobar señala que el endeudamiento es trasladar consumo del futuro al presente o también, ahorro negativo. Si las personas se endeudan, bajan las tasas de ahorro y esto afecta directamente las fuentes de financiamiento de la inversión, lo que incide en el crecimiento económico del país.

En otras consecuencias “la relación que tengamos con el dinero o nuestro nivel de endeudamiento afecta todas las áreas de nuestra vida. Los jóvenes, cuando están endeudados bajan su rendimiento, bajan su expectativa de mejorar su calidad de vida a raíz de no poder pagar. Se vive vulnerable y eso afecta a la sociedad directamente”, asegura Guillermo Figueroa.

Después de haberse endeudado, Bárbara decidió estudiar en un instituto profesional. Y aunque no debe nada por concepto de matrícula y mensualidad, ese gasto excesivo hizo que su deuda con la banca se acrecentara. Hoy paga un crédito de consumo de 180 mil pesos que pactó en 24 cuotas. Terminaría en febrero.

“En un inicio fue súper angustiante para mí, porque antes de estar endeudada, yo era ordenada y estricta con mis gastos, entonces todo lo referente a plata me causaba mucha angustia. Hoy día creo que me acostumbré un poco. Sé que estoy endeudada, sé que tengo posibilidades de salir de eso. Diría que ya lo asimilé”, dice Bárbara.

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