Tecnología y salud: la app que permite saber cómo va un paciente que entra a pabellón

Sofía Luna y totem
La alumna de enfermería UNAB Sofía Luna junto al tótem donde opera la aplicación que permite a los familiares conocer la ubicación del paciente que entra a cirugía.

¿Ha vivido alguna vez la angustia de tener a un familiar en una intervención quirúrgica y no saber en qué etapa del proceso está ni cuándo va a salir? Las estudiantes de Enfermería de la UNAB Sofía Luna y María Fernanda Navarrete están tras un innovador proyecto que está siendo aplicado en la Nueva Clínica Cordillera: quienes esperan a un paciente pueden saber si están en preparación, en pabellón, en recuperación o si ya pasaron a una habitación. Con sólo digitar el RUT de la persona en un tótem obtienen la información esencial… y bastante tranquilidad.


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Durante su internado en la Unidad de Pabellón de la Nueva Clínica Cordillera, Sofía Luna y María Fernanda Navarrete, estudiantes de 5to año de enfermería de la Universidad Andrés Bello, no compartían el mismo turno, pero había una escena que siempre se repetía para ambas, y más de una vez por día. Si salían al pasillo, se les acercaban rápidamente los familiares de las personas que habían sido o estaban siendo intervenidas.

“Cuando teníamos ratos libres, en el momento que salíamos de nuestra unidad, del pabellón, aparecían los familiares de los pacientes diciendo ‘disculpe, ¿la puedo molestar?, es que no sé nada de mi familiar. Lo operaron temprano y todavía no sale nadie a avisarme algo. Necesito saber’”, recuerda Sofía Luna.

Como parte de su pasantía, las y los estudiantes de la UNAB deben realizar un proyecto de mejora dentro del establecimiento donde están trabajando. Así es que, además de su experiencia personal, Sofía y María Fernanda les preguntaron a los funcionarios y a sus compañeras de unidad qué problemáticas o necesidades observaban. Y todas y todos llegaban al mismo punto.

A las enfermeras no se les permite entregar información respecto a la salud de las personas ingresadas, así es que las estudiantes pensaron que una forma efectiva de bajar la angustia de los familiares era comunicarles oportunamente de la etapa de intervención en la que estaba el paciente: en preparación, en pabellón, recuperación o en la habitación. No se trata de hablar de sus diagnósticos ni de su evolución, sino simplemente comunicar dónde están para que puedan sentir alivio.

Sofía Luna
“En el momento que salíamos de nuestra unidad, del pabellón, aparecían los familiares de los pacientes diciendo ‘disculpe, ¿la puedo molestar?, es que no sé nada de mi familiar", explica Sofía Luna.

“Lo que queríamos hacer era principalmente disminuir la angustia del familiar que estaba esperando al paciente en pabellón. Y también la confiabilidad que podíamos dar como Clínica Nueva Cordillera, porque como internas éramos parte de ella también. Confiabilidad a los familiares, que se sintieran más seguros, que sintieran esa confianza y que quizá les dieran ganas de volver a hacerse exámenes, o tal vez a buscar una nueva cirugía”, explica la estudiante María Fernanda Navarrete.

Así, las internas implementaron un sistema llamado RADS (Recorrido Asistencial de Salud) que consiste en la actualización del recorrido asistencial para los familiares de pacientes intervenidos quirúrgicamente.

“Es un proyecto digital. En la sala de espera hay un tótem en donde los familiares digitan el RUT del paciente y les aparece la información de dónde se encuentra la persona que fue intervenida. Por ejemplo, si todavía está la cirugía en proceso, si ya está en recuperación, si ya subió a su habitación o si la cirugía, por ejemplo, se canceló y el paciente de nuevo subió a su habitación, o también si le van a dar el alta; es decir, los diferentes procesos”, explica la estudiante Sofía Luna.

Y agrega: “También aparece el horario en que fue actualizada la información, para poder dar aún más tranquilidad. La enfermera a cargo del paciente es la que va actualizando. Y como el paciente va cambiando de enfermera, la enfermera que entrega al paciente va digitando el lugar en el que está”.

Las estudiantes de la UNAB capacitaron a otras colegas para usar al sistema, y aunque cuentan que al principio algunas pensaron que les quitaría más tiempo, rápidamente se dieron cuenta de que solo se trataba de actualizar el lugar en el que se encontraba el o la paciente y que eso tomaba escasos minutos; no hay que hacer informe, sólo seleccionar el lugar correspondiente. Además, prontamente vieron frutos: empezaron a recibir menos preguntas al salir al pasillo.

María Fernanda Navarrete
“Lo que queríamos hacer era principalmente disminuir la angustia del familiar que estaba esperando al paciente en pabellón", comenta María Fernanda Navarrete.

“Dentro de un pabellón pueden pasar muchas cosas. Entonces, el estar informando constantemente al familiar le va ayudar a reducir mucho la ansiedad. Ha sido bueno escuchar a los familiares decir ‘qué rico que la clínica tenga esto, que piensen en nosotros, en que estamos estresados, en que tenemos mucha angustia, en que queremos que salga rápido nuestro familiar’. Al final eso era lo que buscábamos y creo que lo logramos”, dice María Fernanda Navarrete.

Como un GPS

La idea tuvo una inspiración cotidiana. “Ahora está muy de moda esto de comprar por internet, y siempre cuando uno pide algo puede ir viendo el recorrido, el seguimiento de nuestro pedido. Entonces con mi compañera dijimos ‘por qué no podemos ver el seguimiento de un paciente?’ Es como con una especie de GPS (…) Si uno ha pasado esa angustia en lo personal, se pone también en el lugar del familiar; sabe que sienten preocupación, tristeza, y nosotras quisimos darles tranquilidad. Entonces esta especie de GPS del recorrido de nuestro paciente les podía entregar un poco de confort y tranquilidad”.

Carolina Silva Cruz es docente de la Universidad Andrés Bello y supervisora clínica de alumnos en práctica. Como tal, vigiló y evaluó –”con un 7, obviamente”– el proyecto de las estudiantes.

“La condición para evaluarlas era que dejaran implementado el sistema. Y el proyecto tuvo muy buena aceptación. Estaban todos muy conformes, el auxiliar, la enfermera, la supervisora de pabellón, todo el mundo. Y también es interesante la gestión que hicieron las estudiantes, porque fue a costo cero, ya que la clínica tenía un tótem y ellas trabajaron con el equipo de informática para hacer el programa”, comenta la profesora.

Carolina Silva
“La condición para evaluarlas era que dejaran implementado el sistema. Y el proyecto tuvo muy buena aceptación", dice Carolina Silva.

Carolina Silva Cruz agrega: “Ojalá que otras clínicas lo repliquen. En el fondo, lo que ellas detectaron es un problema transversal que hemos vivido todos en algún momento de la vida, y en los hospitales con mayor razón, donde hay más desinformación, porque hay más demanda laboral y menos tiempo de información a los familiares. Ahí sería ideal que se pudiera implementar”.

Un proyecto que se convirtió en referente

Mientras otras clínicas u hospitales toman la idea, en la Nueva Clínica Cordillera el balance es tan positivo que tienen más planes inspirados en el sistema RADS de las estudiantes de la UNAB.

Paola León, gerenta de salud de Nueva Clínica Cordillera, explica un factor de incertidumbre para los familiares:

“La información que se le entrega es estimativa porque le dicen, por ejemplo, ‘su familiar se va a operar de una fractura de una extremidad y la cirugía va a durar una hora’. Pero en realidad lo que el doctor le está explicando es que esa hora corresponde al acto quirúrgico propiamente tal, pero el tiempo total del pabellón incluye las etapas previas, que en este caso son el ingreso del paciente, la evaluación pre anestésica, la preparación de la vía venosa, la administración de medicamentos. Esas etapas también conllevan un tiempo específico que es mucho más que el tiempo estimado que hace la familia. Las internas Sofía Luna y María Fernanda Navarrete lograron captar que había muchos familiares de manera continua diciendo ‘Ya pasó el tiempo que me había dicho el doctor, ¿por qué mi familiar no ha salido?”.

Además, dice, hay que pensar que “el pabellón quirúrgico es un área bien especial por su naturaleza, todas las personas tienen que estar con una indumentaria que permita la esterilidad de los pabellones, los flujos son muy cerrados. Entonces está prohibido el acceso. No hay entrada por ningún lugar. No hay personas que estén disponibles afuera para conversar. Nadie que no sea el médico puede entregar información clínica. Y un familiar entró ahí hace mucho rato y no sabemos qué está pasando adentro”.

En este contexto de tradicional incertidumbre, la gerenta dice que la evaluación que hace la Nueva Clínica Cordillera del sistema RADS “es muy favorable”.

“El objetivo inicial de acercar la información del estado o de la etapa del proceso al paciente se cumple, y se ha generado una menor consulta (al personal) por parte de los familiares. Uno ve la evaluación in situ en el día a día con todos los familiares. La necesidad de respuesta se soluciona con transparentar la etapa del proceso, y eso es maravilloso. Tenemos muy buena evaluación”, comenta la profesional.

Por lo mismo, hay más planes. “Ahora queremos colocar una pantalla grande, además del papel que pueda estar en una pantalla, que se vea mucho más grande y que tenga la información actualizándose de manera continua”, cuenta.

Y esta idea que nació para el pabellón –explica la gerenta Paola León– piensan extenderla a otras unidades. “Por ejemplo, en las áreas de hospitalización, cuando el paciente está en la unidad de cuidados intensivos, pasa después a la unidad de cuidados intermedios y luego a la unidad de camas básicas. Y la familia también busca a su familiar. Entonces este proyecto que nació para mostrar las etapas en que está el paciente en el pabellón puede implementarse en las áreas de hospitalizados, para que la familia, en otro tótem, pueda ver en qué habitación está su familiar o pueda enterarse de que, por ejemplo, fue cambiado de unidad. Y en el caso de las visitas, saber en qué lugar ubica a la persona a la que va a visitar”, detalla.

Poco después de terminado el internado, a la estudiante María Fernanda Navarrete la operaron de apendicitis. Lo hizo en otro recinto hospitalario. “Pero me hubiera encantado que fuera en Nueva Clínica Cordillera para que mi familia estuviera más tranquila”, dice en relación a los alcances de RADS.

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