Teleférico en Talcahuano: La oportunidad de desarrollo urbano integrado y sostenible

El transporte no solo mueve personas; es el motor que puede transformar territorios, impulsar la economía y conectar comunidades. Así lo expresó el inglés Peter Hall, uno de los planificadores urbanos más influyentes de las últimas décadas.

En línea con las posibilidades que plantea Hall, el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones acaba de anunciar el trazado del nuevo teleférico para la ciudad de Talcahuano, infraestructura que conectará a través de 4,2 kilómetros y 7 estaciones el Centro de Talcahuano con el sector más alto de sus cerros (Mirador del Pacífico). El proyecto beneficia a 11.000 familias, genera cerca de 10 millones de viajes al año, y se espera que entre en operación en 2030, con una inversión de $130.000 millones de pesos.

Si bien el modelo de concesiones trabaja generalmente con iniciativas privadas de interés público, este proyecto es una iniciativa pública que funciona bajo la lógica de asociación público-privada a través de los instrumentos definidos por la Dirección General de Concesiones. El modelo de financiamiento es de pago por uso - común en proyectos de infraestructura como carreteras, transporte público y servicios públicos.

Algunos de los beneficios de este tipo de proyectos es que mejora la movilidad en áreas de difícil acceso, aumenta la accesibilidad a oportunidades económicas y sociales, reduce tiempos de viaje, tiene bajos costos de construcción, fomenta procesos de revitalización urbana y se convierte en un potencial atractivo turístico para la zona.

Ejemplos en Latinoamérica tenemos varios: La Paz, Medellín, Bogotá, Lima, entre otros. Todos estos proyectos tienen en común que han mejorado la movilidad en geografías complejas y en áreas de difícil acceso. Además, han generado ganancias en cuanto al capital y cohesión social de sus barrios. La presencia de esta infraestructura ha significado no sólo mejoras en la movilidad, sino que ha impactado en la presencia de equipamientos deportivos, educacionales, culturales y comerciales, acercando la presencia de servicios en zonas donde antes no había suficiente.

El imaginario de las posibilidades es muy amplio, pero conlleva resguardar una permanente participación de la comunidad a lo largo de un proceso que no será breve. Implica considerar mecanismos de fortalecimiento de la economía local, ampliar los mecanismos de asociatividad y colaboración público privada, diversificar las posibilidades de inversión en el espacio público, y asegurar la integración al sistema tarifario de transporte de la ciudad.

Incorporar la cartera de proyectos de vivienda de integración social y vivienda privada es fundamental para sacar el mayor provecho de la densidad urbana que se potencia bajo el alero de esta iniciativa. Finalmente, un cuidado que tener en el largo plazo es buscar los mecanismos para que no se produzcan procesos de gentrificación una vez el proyecto esté operando.

Más que un proyecto de transporte, el Teleférico en Talcahuano sería una apuesta por la planificación estratégica, construyendo una comuna más sostenible, integrada, intermodal y atractiva para la inversión.