Contemplar una estética simple con una alta dosis de geometría en sus líneas y colores perfectamente traslapados aúna vibraciones encarnadas en los trabajos de la arquitecta rusa Daria Zinovatnaya, del diseñador español Jaime Hayón y de la marca belga de textiles y accesorios con sede en Marruecos LRNCE.
El hilo que agrupa sus estéticas dice mucho del suprematismo ruso, de modernismo, de racionalismo arquitectónico, de seguir el pulso de lo orgánico de las formas y colores sin olvidar el estilo Memphis que dominó gran parte del siglo XX.
Repasando tiempos anteriores, el suprematismo ruso comenzó cerca de 1914 encarnado en la primera escuela artística de geometría abstracta impartida por el artista Kasimir Malevich, que influyó rápidamente en la arquitectura, el interiorismo y el diseño hasta hoy. Luego vino la versión de Mondrian, quien capturó la geometría y la convirtió en algo sublime. Mientras y casi en paralelo se desarrollaban con potencia el constructivismo y la Bauhaus.
Daria Zinovatnaya. Referentes que saltan a la vista al mirar el trabajo de Daria Zinovatnaya, con tan solo 25 años de edad. Luego de estudiar arquitectura en Crimea, en 2015 fundó su estudio Zinovatnaya en San Petersburgo, donde trabaja proyectos de arquitectura y diseño de interiores. "Creo que mi estilo se puede atribuir al suprematismo, ya que la base de mi trabajo es el color y la geometría, una combinación de planos de colores", dice Daria. Luego de haber recibido un Red Dot Award por su concepto impreso en la silla Cherokee, definido por ella como "un concepto de silla único que ya vive en las realidades de tu subconsciente", hoy está enfocada trabajando en varios proyectos para Rusia, Polonia y China. Si se le pregunta por su forma de trabajar, explica que es una "forma de proyectar ideas inusuales a través del 3D". Su talento se puede ver desplegado básicamente en tiendas, salas de exposición y salones de belleza con diseños marcados por formas simples y geométricas que mezclan diferentes disciplinas y se inspiran en el diseño del Mid-20th Century. zinovatnaya.com
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Jaime Hayón. Por su parte el diseñador español, Jaime Hayón, ha depurado su trabajo llevándolo a pasar de lo netamente resolutivo de cada problema a instalarlo como un hacedor de nuevas formas de expresión que toma las formas y las reinterpreta orgánicamente. En uno de sus recientes trabajos que consiste en una colección de alfombras que va de la mano con la diseñadora española Nani Marquina se ha caracterizado por hacer uso de las líneas y formas a través de la técnica del hand tufting, donde una pistola que funciona manualmente inyecta trozos de lana para ir obteniendo trazos orgánicos guiados por la fluidez y la intuición. Intuición que también se refleja en su trabajo para Vista Alegre, que consiste en una colección de piezas únicas de arte llamada Folkifunki. Hayón ha crecido y madurado en su camino, y lo que hoy vemos es mucho más personal, más alejado de ese acento un tanto pop que lo hizo conocido, adentrándose de lleno a la creación de carácter. Durante la semana de diseño de Milán 2017, junto a la empresa Caesarstone, que fabrica superficies de cuarzo, presentó una instalación arquitectónica en referencia al palacio de cristal construido en el Hyde Park londinense para la exhibición de 1851, alabada a más no poder; en ella podemos ver un uso de los colores magistral y de un juego geométrico único empapado de sinuosidad. hayonstudio.com
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LRNCE. Un pulso que nos hace seguir mirando a la abstracción geométrica, pero más orgánica, más natural y libre; bellas combinaciones y composiciones subjetivas según cada uno de sus autores. Y tal como jugados son los cambios de lo que marca el rumbo de la creación cada temporada, nos atrevemos a mirar hacia África y cómo allí se desarrolla el trabajo sublime de la belga Laurence Leenaert, quien en 2013 creó la marca LRNCE para mezclar, espontáneamente, elementos que se transforman en piezas únicas para capturar la esencia de la artesanía marroquí y se mantienen cerca del proceso de creación, ya que sus productos están hechos delicadamente a mano. Le bastó solo viajar una vez a Marrakech para darse cuenta que ese era su lugar. "Después empecé a ir todos los meses. Sentía que buscaba algo que me faltaba en Bélgica. Tras seis meses me mudé sin pensarlo. Estaba muy segura de que era el lugar donde tenía que estar", contó Laurence a los medios.
Sobre todo tipo de soporte, ya sean linos o cerámica esta firma ha logrado recordar lo esencial, lo orgánico hasta quizás, lo salvaje para imprimirlo sobre alfombras, mantas, cojines, vasos, ropa y jarrones transportando nuestra memoria hacia una reminiscencia de Picasso. lrnce.com
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