1. ¿Por qué te interesó crear una iniciativa como el Programa Manufactura Nacional?
Manufactura Nacional es mi proyecto de título de máster cuando estudiaba economía creativa en Madrid; nos encargaron desarrollar un proyecto que lograra dinamización de territorios, y en esa búsqueda pensé en mi entorno, en la Región del Biobío y la diversidad de materialidades y técnicas asociadas a la artesanía, luego pensé en mi profesión y en esa conexión virtuosa con los saberes tradicionales, algo que además hoy es una tendencia en Latinoamérica y que yo llamo neo-arts and crafts.
2. ¿Qué hace específicamente?
Es un programa que busca ser un puente entre la artesanía y el diseño mediando con el público; está estructurado en base a cuatro pilares que son la producción, difusión, comercialización e investigación, desde ahí se han desarrollado una serie de actividades durante los dos últimos años. Observando los elementos comunes de ambas disciplinas, queremos reinstalar la artesanía en el lugar que comparte con el diseño, que es interpretando las necesidades de las personas, recodificando la tradición con lenguajes contemporáneos, explorando el patrimonio como un ente vivo, en diálogo con los materiales y las técnicas propios de cada territorio.
3. ¿Cómo ha beneficiado a los participantes?
En términos de impacto, creo que la actividad con mayor aporte al sector han sido las residencias, esto porque vinieron a llenar un vacío que es el espacio de creación para objetos nuevos, que hace salir a artesanos y diseñadores del taller, que es su zona de confort.
Para lograr el foco en el objeto usable lo que hicimos fue entregar desafíos con un hilo conductor como la cocina, y que instaló la reflexión sobre la materia prima, la vinculación con los territorios, el traspaso de saberes, el cruce con la tradición y la generación de conocimiento compartido y participativo (participaron 32 creadores, entre diseñadores y artesanos).
Otro espacio que resultó interesante fue la actividad “Hecho en casa”, que en el contexto actual nos permitió la posibilidad de mostrar procesos de manufactura artesanal en vivo y en directo a través de Instagram con una alta audiencia, pudiendo así presentar lo que no se ve detrás de un objeto y que, nos dimos cuenta, provoca mucha curiosidad e interés.
4. Cuéntanos sobre esta ‘cultura de los objetos’ que descubrieron.
Las residencias nos permitieron especializarnos en la creación de nuevas piezas, pero además darnos cuenta de que existe una ‘cultura de los objetos’, en cómo estos participan de la vida cotidiana y cómo los lenguajes del diseño incorporando las técnicas de la artesanía integran una cosmovisión asociada al objeto; los daneses le llaman hygge y es la conciencia de que todo lo que participa de tu hogar debe tener una trazabilidad justa, ética, sostenible.
5. ¿Cómo funcionaron las residencias durante la pandemia?
Fue una oportunidad de pensar el cómo trasladar las residencias al formato virtual, así creamos “Objetos del día, craft in progress”, que fue un proceso guiado con 10 artesanos contemporáneos para generar una colección que participara de la cocina habitual. Esta residencia tuvo una duración de 15 días y participaron artesanos de diferentes zonas del país.
6. Sobre la última Bienal de diseño Iberoamericano.
La verdad fue algo inesperado, postulé pensando en lograr quedar entre los seleccionados, y nunca esperé obtener los 3 premios, que fueron: Premio Diseño Integrales/Transversales, Premio Diseño para el Desarrollo/Cooperación Española y Mención Diseño y Sostenibilidad al Trabajo.
El programa de residencias y su metodología de trabajo fue elegido entre los 140 trabajos finalistas de los 420 seleccionados de países de Latinoamérica y España, como un proyecto que aporta en la reinstalación de la artesanía, exploración de materialidades locales, fortalecimiento del tejido social y dinamización territorial.
A partir de los premios de la bienal he descubierto que hay una tendencia en el diseño latinoamericano y es volver a la identidad y las raíces propias. @manufacturanacional