¡Bendito otoño!
Les proponemos disfrutar de la casa, pero afuera. Esta vez de los jardines teñidos de rojos, de los suelos vestidos de hojas, y por qué no, de las cientos de flores y frutos que nos cautivan en esta época del año.


"Un placer para los sentidos", responde la paisajista Bernardita Prieto cuando le preguntamos por este parque de más de treinta años y de cómo es en otoño.
¿En esta época, hay algún cuidado especial? Ninguno. En el parque solo hay árboles muy benignos, longevos y sin pestes. Solo requieren de un riego intenso. Hay gynkgos que nos muestran su longevidad y su color de oro intenso, además de hayas, caquis, tazodium, castaños de comer, liquidambar. Unos caducos, otros como el haya y el taxodium semicaducos, en los que permanecen las hojas en el tallo hasta la próxima primavera.
¿Qué es lo más te gusta de él? La sensibilidad, la armonía del paso del tiempo. Sus muros de adobe, sus tejas, sus arcos de fierro, donde suben parras ya añosas. Todo esto te lleva al silencio, al encuentro con tu origen, al despertar los sentidos. T 2191694.
La base de este parque son los álamos, higueras y los nogales de más de 70 años. Esa sensación de longevidad propició un parque a diferentes escalas. El resto se plantó hace tres décadas.

"Estos jardines, jóvenes aún, ganan con el tiempo, igual que un buen vino", dice el paisajista Nicolás Sánchez de su creación.
¿Zona de estar? Con la incorporación de la pérgola se buscó generar un estar para reunir a la familia en torno a un espacio exterior amplio. Por ser un jardín de solo un año y medio, la pérgola cuenta con una protección temporal, hasta que la flor de la pluma pueda cubrirla y los alcornoques que crecen detrás de ella generen un segundo techo.
¿Cómo se logra el colorido? Con un gran grupo de acer japónico y con la flor de la pluma de la pérgola, que pese a ser aún de pequeñas dimensiones, tiene un amarillo que da un aspecto dorado al jardín. La espirea bumalda comienza a ponerse también amarilla y se amarra con todo, mientras los lirios de invierno empiezan con su floración azul en esta época. La bromelia en macetero da un aspecto más tropical y se mantiene con flor hasta las primeras heladas, y por último, los mandarinos con sus frutos dan color al patio de la huerta.
Mail: nsanchep@gmail.com
Colores. El rojo de los acer japónicos estructura parte del jardín. Debajo de la pérgola, las bromelias dan un aspecto más tropical.

De estilo silvestre y bajo mantenimiento, este jardín de 30 años proyectado por el paisajista Cristóbal Elgueta, dispone de amplios macizos de herbáceas y arbustos. Destacan alstroemerias, trachelium, madroños, anémonas, haloragis, bellotos, camelias, magnolias, boj, nandinas, entre otros.
¿Qué aconsejarías? Aprender a detenerse un rato a ver como vuelan las hojas cuando hay viento, lo lindo de ellas sobre el pasto y de dejar las tijeras de podar para finales de agosto cuando haya que preparar el jardín para la primavera. El único cuidado que hay que tener es dejar que las hojas caigan solas, no sacudir las ramas y darse un tiempo para disfrutar el color y los frutos del otoño.
¿Cómo cuáles? Para el otoño las plantas que florecen son aster, anémonas, algunas camelias tempranas, y las alstromerias recuperan su floración. Sobre los frutos hay por montones. Madroños, cotoneaster, nandinas, manzanos de fruto, caquis, crataegus y el perfume inolvidable de los osmanthus fragans por ejemplo.
Web: cristobalelguetam@gmail.com
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