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Casas flotantes: Vivir en el agua

Casas que flotan, que ocupan riveras y ganan terreno al mar, a los ríos. Espacios acuáticos intervenidos como nuevos emplazamientos urbanos. Una tendencia que crece día a día y no solo por aquella idea romántica de vivir sobre el agua. Tras ella hay una necesidad latente vinculada a la escasez de terrenos y el inminente crecimiento del nivel del agua en el mundo. La arquitectura plantea las casas-bote con una buena y original solución.

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Flotar. Estar en directa vinculación con el agua. Sobre ella. Así han decidido vivir algunos que, motivados por el valor o escasez de las propiedades en algunas zonas del mundo, optaron por ganarles terreno al mar y a los lagos, habitando costas y riveras. No obstante existe un dato no menor y, quizás, el que mayor sustancia le entrega el hecho de vivir flotando. Dejando de lado la imagen romántica de los barquitos habitados de los canales holandeses o las casa flotantes de Lake Union, en Seattle -mundialmente conocidas por la película Sleepless in Seattle, de Tom Hank-, la subida del nivel de las aguas es un hecho concreto, se especula, como consecuencia del cambio climático. Así, para países como Holanda, en que el veinte por ciento de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar, esto es un tema a tratar y ya desde el Estado buscan soluciones para mitigar en parte esta condición geográfica, recurriendo a novedosas formas de emplazamientos urbanos que emplean el concepto casa/bote como alternativa.

Estas construcciones se acoplan al muelle a través de conexiones flexibles, facilitando el traslado sin previo aviso y sin dejar una huella en el medioambiente.

Utilizando esta idea, oficinas de diseño ya se han dado a la tarea de proyectar en ese sentido, siendo uno de los ejemplos más acabados el caso del distrito de IJburg, en Ámsterdam, donde se diseñó un barrio flotante completo.

Dos niveles.
En el nivel inferior, por debajo del agua, se disponen dormitorios y baños. Es parte del programa que proyectó +31 Architects.

Otro en esta senda es el estudio holandés +31 Architects, fundado por Jasper Suasso de Lima de Prado and Jorrit Houwert. Su obra más reciente, Watervilla de Omvalha, es una casa de dos niveles emplazada a orillas del río Amstel. Una construcción contemporánea, que sin perder la esencia de un bote, juega con los lados redondeados y las vistas del río, condición acentuada gracias a la fachada desarrollada en aluminio blanco brillante, igual color que se destinó al interior, aunque materializado en revestimientos de yeso blanco, lo que consiguió una transición fluida entre el interior y el exterior, dando un aspecto de loft.

"Para la construcción de este tipo de vivienda se consideran dos premisas fundamentales: primero, la utilización del principio del pontón, que permite que la casa flotante tenga una plataforma sólida que es más ligera que el agua y, como segundo punto, considerar la figura del barco, mediante la cual la estructura flotante se compone por una caja hueca de concreto abierta, lo que le permite flotar sobre el agua, gracias al aire que ingresa a la edificación", explican en +31 Architects.

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