Tenían una casa familiar de veraneo en Guanaqueros. En realidad era un conjunto de casas, cada uno tenía la suya: el marido de Claudia Yagnam, sus tres hermanos, sus papás. Claudia lleva cinco años casada con él y, a su vez, cada uno tiene hijos de un matrimonio anterior. Pronto sintieron que el lugar les quedaba chico.
El marido de Claudia empezó la búsqueda de un nuevo lugar para todos y encontró La Puntilla, no muy lejos del que tenían antes, pero con condiciones que no soñaban tan cerca de La Serena, donde la familia vive la mayor parte del tiempo. "Se reunieron siete compradores y cada uno tiene un terreno que es como una especie de corredor de la carretera al mar. Mi marido tiene un terreno más grande que piensa lotear. Para nosotros este será nuestro segundo verano aquí, en nuestra casa que, a diferencia de otras en las proximidades, trata de pasar lo más inadvertida posible, de mimetizarse con el entorno", cuenta Claudia. Ella había visto en revistas casas negras de un piso que le encantaban; eso y la influencia de casas que había visto en Cachagua y Maitencillo fueron los referentes para lanzarse.
Jorge Torrejón es un arquitecto de La Serena y, al menos según estos clientes felices, tiene la capacidad de escuchar los requerimientos, atender a ellos, pero también proponer las mejores maneras de llegar a ellos. Claudia se acuerda de que se juntaban casi día por medio, pero al final todo valió la pena: "Son tres naves que rodean un quincho grande, con fogón y con piscina. La nave principal va hacia el mar y es la nuestra con mi marido; ahí tenemos el living y la cocina. Los niños tienen las naves laterales, una completa para el más grande y otra para los otros tres con piezas y baños independientes. Es como una C rodeando el quincho. La mayor gracia es que vivimos la casa desde atrás, estamos en la terraza pero el quincho está protegido por el ventanal. Ya lo habíamos vivido en la otra casa, con el quincho hacia la playa era una lata el frío en las noches. Ahora veo todo a través de los vidrios".
El ventanal inmenso en que remata la nave principal conecta al quincho y una mesa de más de cuatro metros, donde se reúne toda la familia y, por supuesto, donde esperaron el Año Nuevo. Ahí también hay un fogón y un sector con reposeras.
Claudia Yagnam se dedica a la decoración y fabricación de muebles desde hace 10 años. Dice que le gusta que los espacios le vayan diciendo qué necesitan durante su uso. "En un principio te sientes un poco en casa piloto, pero después de un tiempo decides las ubicaciones de cada cosa, los colores de los que quieres rodearte. Eso fue naciendo solo. No me gusta mucho lo antiguo, me gusta más lo contemporáneo, jugar con colores arena, verdes agua, colores de playa. En cada viaje a Santiago iba a mis tiendas favoritas, como Metrocuadrado, Forastero y otras de Alonso de Córdova. Yo hago muebles y tengo mis maestros regalones; la mesa del quincho la mandé a hacer, me conseguí el riel para hacer la base. Con cosas muy simples armo lámparas, mezclo cosas que se me van ocurriendo en el momento. Mi sofá lo mande a hacer a una niña que tapiza espectacular acá en La Serena. Me gusta mucho pintar entonces rescaté varios muebles que tenía mi marido".
Hace muchos años Claudia apareció en una revista de La Serena como ebanista y una arquitecta –Carolina Guarachi– la contactó. Trabajan juntas desde entonces, pero hace poco se establecieron como oficina. "Estamos haciendo departamentos piloto, quinchos y varias codas entretenidas", comenta Claudia. guarachiyagnam.cl
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Ideas que inspiran. Una casa de veraneo hecha a la medida y atendiendo las experiencias anteriores de una extensa familia.
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