Más de mil años antes de Cristo los griegos definían 'casa' como un contenedor de objetos o cosas. Estudios muy recientes señalan que el 90% de toda la información a la que tenemos acceso fue creada en los últimos cinco años y que el 80% de esta no fue emitida por un medio sino por una persona. Una idea así de antigua, pero con un giro: contener experiencias más que cosas, junto a la realidad que vivimos hoy actúan como fundamentos conceptuales para el espacio vivo que pretende ser Casa La Tercera. "Se trata de una plataforma que busca facilitar la generación de experiencias y momentos para que se transformen en contenido relevante para marcas y personas. Ellos son quienes emitirán información a partir de esa experiencia", explica Cristina Farren, experience manager de Casa La Tercera.

Tras una completa remodelación, Casa La Tercera funciona en lo que fue la galería de arte Isabel Aninat y quedó apta para transformarse y ser muy colaborativa en todos sus espacios, tanto sumados como de manera individual. "Este es el salón principal", explica Cristina recorriendo lo que solía ser el espacio de exhibición en la época de la galería. Saliendo del salón principal nos encontramos con La Vitrina, una tienda con productos de diseño y fabricación nacional, todo en el contexto de comercio justo y bajo la curatoría de Casa La Tercera. Frente a La Vitrina hay un pequeño jardín con mesas para consumir lo que saldrá de la ventanilla de la cafetería. El Café M –de Mathieu Michel y Carolina Lavaqui– ofrecerá el mejor café y preparaciones para acompañarlo, para que los visitantes lo disfruten en las mesas del jardín o en los espacios de trabajo junto a las vitrinas. También se da la opción de llevar el café a una mesa colaborativa más grande para una reunión.

Casa La Tercera no podría ser realmente abierta a todo el mundo e inclusiva sin una plataforma para personas con discapacidad. Esta permite llegar a uno de los espacios más creativos de la casa, la cocina: "Aquí hacemos cenas íntimas para empresas, catas, clases. Eso ya está ocurriendo desde enero", cuenta Cristina. Haciendo honor a su origen, la casa sigue contando con muchas pinturas y esculturas que acompañan el recorrido hasta el patio. "Ahora mismo se está desmontando un evento y puedes ver los equipos de sonido, de iluminación y los pendones. Tiene un potencial muy alto. Ya sabemos que puede acoger a 250 personas cómodas de pie y desayunos de 80 a 100 personas sentadas. Se pueden instalar escenarios en diversas ubicaciones, de noche, con luces, con música. Al fondo hay un lugar que se puede activar como estar o como lugar de cocina exterior. Me parece el espacio más colaborativo porque en un día común puede convivir la gente del café con un evento como un workshop, una cata o un taller que podría estar ocurriendo en la cocina".

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Hay otro acceso natural al patio que también funciona como espacio de trabajo. La idea es que cualquiera pueda instalarse con su café aquí o que las marcas lo aprovechen para exhibir sus productos, como ha ocurrido con marcas de zapatos y carteras. "La sala de directorio tiene una mesa central compuesta por mesas modulares. Se desarma para talleres de maquillaje, por ejemplo. Las mesas se sacan de la sala para presentaciones con gente sentada". Las mesas son de la marca Taz y las sillas las importó HBT para Casa La Tercera.

"Una de las novedades del formato es que busca establecer una marca de arte propia de la casa. Eso significa tener muestras periódicas que van desde la obra única que busca el coleccionista hasta el producto decorativo, hasta un buen regalo, por ejemplo. Buscamos que se asocie la marca a Casa La Tercera", explica Cristina. Digital Gravura serán los primeros en asociarse a esa marca. Se trata de un proyecto de StudioDigital, oficina que nace en 2005 con el objetivo de ser un centro experimental de arte para consagrados y emergentes mediante el uso de nuevos sistemas de impresión, cumpliendo con los más altos estándares de calidad para obras de arte. En forma paralela, este centro de experimentación artística también se dedica a rescatar importantes obras del arte contemporáneo chileno gracias al trabajo colaborativo con coleccionistas, historiadores del arte y reconocidos nombres de la esfera artística nacional. "De esta manera hemos adquirido obras fundamentales del arte nacional como son los tres óleos de Arturo Duclós de comienzos de la década de los 90, los grabados y agua tinta de Roberto Matta que corresponden a las carpetas de arte "les voix" de 1964 y "fmr" de 1974, y el trabajo pictórico de Carlos Leppe. En esta exposición hemos querido mostrar este trabajo de rescate patrimonial, el trabajo con los artistas y un trabajo especialmente realizado para decoradores chilenos", dice Antonio Bascuñán, director de StudioDigital.

En el muro de los artistas se mostrará una selección de grabados intervenidos por artistas tales como Gonzalo Cienfuegos, Catalina Abbott, Ignacio Gana, Francisco Salas, Paco León, Andrés Vio, Bruna Truffa, Sebastián Leyton, Carlos Araya y Matilde Huidobro, entre otros. Todos estos trabajos han sido finamente realizados sobre papel de algodón firmados y seriados por el artista.