Desde hace un rato todos sabemos –o creemos saber– qué es 'internet'. Desde siempre todos hemos podido diferenciar un auto de un refrigerador e identificar todos esos objetos que caben dentro de la categoría 'cosas'. Lo nuevo, lo que cambiará –y ya está cambiando– son las relaciones entre ambas. Eso es lo que se ha llamado 'internet de las cosas' o IoT.
Las cosas –incluso algunas que nos acompañan desde hace siglos, que no aparecen generalmente vinculadas a la tecnología– están cambiando. Cada día con más frecuencia integran sensores, circuitos integrados y, por lo tanto, la capacidad de recolectar e intercambiar datos entre ellas y con internet. Las cosas están dejando de ser simples cosas para convertirse en nodos IoT o dispositivos inteligentes.
Existen cubrecolchones para temperar la cama desde hace décadas. Si les agregamos la capacidad de regular el color de manera independiente a cada lado de la cama ya es sorprendente. Pero si además el cubrecolchón aprende de nuestros hábitos al dormir; monitorea nuestro ritmo cardíaco, respiración y fases de sueño; intercambia datos con otros dispositivos inteligentes para automatizar tareas como regular el termostato, asegurar el cierre de puertas, apagar luces y programar la alarma del día siguiente, en ese caso estaríamos hablando de Luna, un cubrecolchón que está disponible en el mercado y que ejemplifica la tecnología IoT.
Chile es el primer país de Latinoamérica donde se comercializan los productos Samsung SmartThings. Eso significa que ya está disponible la tecnología para vivir hoy como imaginábamos el futuro. "La incorporación de wifi y sensores con protocolos de comunicación como ZigBee o Z-Wave –los más usados cuando hablamos de IoT– permiten que luces, cerraduras, cámaras, televisores, aspiradoras, refrigeradores e incluso lavadoras hoy puedan manejarse desde un smartphone y configurarse para funcionar de manera automatizada", explican desde Samsung. La forma más sencilla para entender el funcionamiento de estos sistemas es ver el Hub Connect Home como un cerebro que junto a un adaptador de corriente permite controlar a distancia todos estos productos, sensores de movimiento y sensores multipropósito. "Con la ayuda de la aplicación móvil SmartThings, los usuarios pueden mantenerse informados de la actividad de sus dispositivos, monitorearlos en tiempo real y además configurarlos para que funcionen de forma automatizada".
No son solo los electrodomésticos lo que se vuelven inteligentes. Amanecer, atardecer y hora de películas son algunas de las escenas que se pueden programar con la motorización PowerView™ HunterDouglas®. También gracias a un dispositivo que almacena información y hace el nexo entre las cortinas y la aplicación es posible lograr distintas posiciones y obtener diferentes niveles de luminosidad y privacidad. "El Control de Escenas Pebble™ PowerView™ cuenta con una pantalla de visualización avanzada que permite seleccionar las escenas creadas y otorgar una vista previa para cada habitación que hayas programado mediante el PowerView™ App", explican desde Hunter Douglas. Además mediante este sistema es posible simular presencia en el hogar cuando se está lejos, aprovechar la luz natural y controlar los niveles de privacidad que se deseen. Al programar las cortinas acordes a la ubicación del sol se puede disminuir el uso de luz artificial durante todo el año.
Las ciudades, las industrias y los consumidores
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"Hay que enfatizar que el impacto va mucho más por el lado de la industria, de la ciudad y lo agrícola, más que por el de los consumidores, dice Felipe Lalanne, de Inria Chile.[/caption]
"Los consumidores ya conocen aplicaciones como Fitbit. El impacto que ese monitoreo tenga en sus vidas dependerá del valor que le den. Por el lado de la ciudad y la industria el potencial es mucho más grande y objetivo. A pesar de que ya hay muchas iniciativas de automatización, conexión y monitoreo, hay bastante trabajo que hacer en el sentido de introducir otras tecnologías que permitan cosas como la mantención preventiva, desarrollos que mejoren productividad y prevengan fallas. ¿Qué tan cerca estamos de esa realidad? Va a depender de cómo se mueva el mercado", explica Felipe Lalanne, ingeniero de Investigación y Desarrollo en Inria Chile. Su doctorado en Informática de Telecom SudParis, Francia, su paso como investigador en NIC Chile Research Labs y su dedicación a áreas como desarrollo de software, métodos formales, protocolos de telecomunicaciones y redes de sensores, le permiten estar a cargo de la Plataforma Experimental Internet de las Cosas de Inria Chile, filial de una institución pública francesa reconocida a nivel mundial por sus aportes en I+D en ciencias de la computación y matemáticas aplicadas.
Frecuentemente se dice que en las próximas décadas se producirán 20 billones de dispositivos inteligentes y se advierte que como van las cosas no tendremos ni la energía ni el ancho de banda necesario. Es una proyección bien conocida e implica desde smartphones hasta relojes, también dispositivos de ciudades o industrias inteligentes. Desde ese punto de vista no es tan loca la figura. En términos de limitaciones, no las conozco con certeza. Muchos de estos dispositivos se limitan a informar su posición cada cierto periodo, por ejemplo. En general estas aplicaciones no requieren mucho ancho de banda para funcionar. De todas maneras hay un trabajo muy fuerte en el desarrollo de nuevos protocolos de comunicaciones para IoT y para prepararse para ese escenario. Quizás has escuchado de LoRaWAN, Sigfox, NB-IoT o LTE-M, todas son redes de bajo consumo, llamadas también Low Power WAN. Incluso el 5G –que es una bifurcación del 4G– son todas redes pensadas para funcionar con bajo consumo, trasmitir largas distancias y enviando una cantidad limitada de datos que para las aplicaciones de las que estamos hablando es suficiente.
¿Cuál crees que es el potencial de esta tecnología? Los potenciales beneficios se verán en las ciudades y las industrias. Si quieres planificar mejor las rutas de los camiones de basura, los basureros pueden indicar cuándo es necesario ir a vaciarlos. Podríamos pensar en estacionamientos inteligentes, luminarias y todos los elementos que permitan hacer más eficiente la planificación urbana. En el caso de las industrias, la interconexión de dispositivos puede permitir una mejor mantención de las maquinarias para prevenir fallas y ahorrar. Te puedo contar, por ejemplo, que había una iniciativa del barrio La Chimba, luminarias y estacionamientos inteligentes. Las luminarias pueden trasmitir datos sobre su estado, si necesitan ser reemplazas y su consumo energético; hacer de esa manera el barrio más seguro. Gente de la Universidad de La Frontera está trabajando con canastas para arándanos que permitan estudiar qué tan bien se trata la fruta, si hay alguna manipulación incorrecta y lograr una trazabilidad.
¿Cuánto falta para que vivamos como los 'supersónicos'? El progreso en estas áreas es incremental. Puede que la influencia de esta tecnología llegue a ciertas áreas y no a otras. Es difícil saber si la gente en el día a día va a estar hablando de esto.
Hasta principios del próximo año aún será correcto hablar de Philips Lighting en Chile, pero en Europa ya se conoce su nuevo nombre, imagen y norte: Signify es una compañía fundamentalmente tecnológica.
"Creo que ambos ámbitos son muy relevantes. A nivel de números es más atractivo hablar de industria y alumbrado público. Pero quizá a un lector de la revista le llama más la atención saber que puede controlar la cafetera desde su smartphone que saber que las luminarias públicas pueden integrar sensores que detectan el sonido de una bala", opina Milenko Vlatko, gerente de canal de Signify.
"El mismo hecho de pasar a ser Signify apunta a una preocupación diferenciadora en tecnologías como IoT, manteniendo Philips como una marca paraguas para cierto tipo de productos", señala Sergio Cruzat, gerente de negocios de Signify. "Bajo el esquema en que vivíamos hace 10 años no era imaginable hacer todo tu trabajo con un teléfono. Respecto a las posible limitaciones, creemos que la tecnología ha demostrado encontrar soluciones eventualmente".
Dentro de las principales tendencias que impactan su industria, ya no solo hablando de iluminación sino de todo el sistema como una plataforma o una arquitectura sobre la cual se van a montar nuevos sistemas y dispositivos, un imput interesante que han detectado es el desarrollo que tendrá la industria automotriz. "Hay una fuerte tendencia hacia la conducción autónoma. Al 2035 se espera que gran parte de la población no tenga necesidad de saber manejar. Se va a liberar mucho tiempo, y la industria automotriz apunta hacia desarrollar pantallas de mayor resolución para que la gente consuma información y entretenimiento en los autos. Eso va requerir cobertura, la red neuronal de la iluminación de alumbrado público, para entregar datos a través de tecnología Lifi. A través de la luz se intercambiará información de ida y vuelta. Para no depender de una plataforma 5G, que probablemente no daría abasto", explica Milenko.
"La tecnología Lifi ya existe, el lanzamiento tuvo lugar en la feria de iluminación más grande de Europa este año. Las pruebas se están realizando en una oficina en París. Tú llegas con tu smartphone y ya no necesitas un router sino que la misma iluminación va entregar y recoger información de tu smartphone, laptop o tablet, 30 veces más rápido que el wifi. El avance que esto significa es semejante al paso desde cables a fibra óptica", agrega Sergio Cruzat.
Lo importante –todos están de acuerdo– es entender que esto no es algo lejano, que ya está aquí.
Un nodo IoT o dispositivointeligente debe cumplir las siguientes funciones:
Monitoreo: Reconocer lo que ocurre alrededor. Identificar velocidad, temperatura, altitud o variables de este tipo.
Control: A partir del monitoreo toman acción, cierran o abren puertas, prenden o apagan otros dispositivos.
Optimización: A partir del análisis de la información aprenden a utilizar los recursos cuando son requeridos.
Automatización: Reprograman actividades que se reconocen como rutinarias.