Fundada por Norman Foster, Foster & Partners es una oficina de arquitectura multifacética con sede en Londres que este año cumple 50 años de vida. Vida gloriosa, por cierto. Dentro de sus preocupaciones, dentro de sus cientos de carpetas de proyectos alrededor del mundo, han indagado en la sustentabilidad como uno de sus pilares fundamentales. No solo se han preocupado de hacer edificios, sino que master plans –construcciones múltiples que consideran oficinas, viviendas, áreas verdes, servicios, entre otras cosas, en un mismo sitio– superexitosos, como aeropuertos, distritos culturales y mercados. Gracias a la gestión de ProChile y AOA, entrevistamos a Ignacio Amunátegui (32), arquitecto chileno que desde 2014 es miembro de esta firma internacional en el Reino Unido.

Conociendo nuestra situación climática, geográfica, el subdesarrollo, la densificación, ¿cómo influyen estos factores para el desarrollo de una arquitectura sustentable en Sudamérica? La oficina (F&P), desde sus inicios, tiene un tono sustentable superimportante, es uno de sus pilares. Si definimos sustentabilidad como un gasto impresionante en nuevas tecnologías, eso es un concepto errado desde la raíz. Lo que hace Foster & Partnes es el correcto uso de los recursos naturales, que al final es sentido común: cómo orientas una casa, los materiales que ocupas que sean del lugar, si vas a hacer una casa en Santiago que los materiales no vengan de China, pasando por sus tratamientos. Son cosas mucho más sencillas de lo que se cree, y en ese sentido Chile o Sudamérica no está tan lejos de lograr ese tipo de cosas. A veces son maniobras menores, que no requieren de tanta plata para poder hacer que un proyecto funcione de una manera energéticamente más productiva o que abarate costos de mantención, todas características de la energía sustentable.

Por ejemplo, la construcción que hicieron en Buenos Aires, Buenos Aires Ciudad Casa de Gobierno, ¿qué puedes contar de ese proyecto en relación a lo anterior? Parte de la sustentabilidad, y en base a este proyecto en particular, tiene que ver también con el modo en que como seres humanos captamos los espacios en los que vivimos. El nivel de luz que los espacios tienen, la acústica, el sistema de trabajo colaborativo, todo es parte del paquete de sustentabilidad. Y en ese sentido, en esa oficina de Buenos Aires, el espacio en el que está inmerso hace que incluso la producción, la calidad del trabajo sea mayor por la calidad del espacio en sí mismo. Nosotros desde la arquitectura propusimos crear un espacio agradable, grato estéticamente, pero a la vez que sea un aporte en la funcionalidad.

F&P construyó el nuevo Parlamento en Alemania, el Reichstag, y ahí implementaron varias tecnologías muy caras, ¿qué hay de ese caso? Este es un caso supercontroversial, no por nosotros los arquitectos, sino por la historia que tiene, lo que significó dentro de la reunificación de Alemania. Fue un edificio muy demandante para la oficina en términos de cómo lidiar con distintas instituciones que estaban recién haciéndose. La sustentabilidad fue uno de los muchos desafíos que tuvo ese proyecto. Aquí la sustentabilidad fue bastante cara, sí, por cómo funciona. Pero de nuevo, si tú vuelves a los orígenes de qué es lo que está detrás de la sustentabilidad, hay temas supersimples. En este caso hubo una inversión del Gobierno muy alta. Porque quería hacer de este proyecto la cara de la nueva Alemania, querían hacer de este edificio uno que cumpliera con los más altos estándares, desde abrir toda la cúpula y hacerla cristalina para que la luz natural entre. Hoy en día puedes circular en esta cúpula, y no solo la luz entra, sino que simboliza la transparencia que quería transmitir Alemania en su nuevo gobierno. Como visitante puedes ir a esta cúpula y ver a los parlamentarios cómo trabajan día a día. Ese es el doble mensaje.

Situémonos en Latinoamérica de nuevo. Le Corbusier creía que por la falta de plata se había dejado en desmedro la composición urbana, ¿qué soluciones proponen ustedes como oficina a nuestra realidad? Por un lado, ayudando a desmitificar. Hay edificios que ya se han hecho acá muy buenos con superbuenos estándares de sustentabilidad. Te pongo como ejemplo el edificio que hizo Alejandro Aravena para la Católica, que tiene un sistema de intercirculación de aire para poder gastar lo menos posible en electricidad y en calefacción. O las torres siamesas del mismo Aravena en San Joaquín. Es decir, hay proyectos que sí han empezado a incorporar la sustentabilidad acá y no han sido necesariamente demandantes de alta tecnología como la del Reichstag. Creo que como país debemos estar muy abiertos a la reinterpretación de estas cosas que están en los países desarrollados y ver cómo nosotros podemos administrar con recursos limitados esas mismas funciones. Y por otro lado, tú tocas muy bien el tema de Le Corbusier y de los master plans, de crear ciudades que sean sustentables en el sentido de que los trayectos de la gente no sean como los que hoy tenemos en Santiago –porque eso no es sustentable-. Lo que planteaban en ese minuto –Le Corbusier– era un uso mixto de los edificios y así poder lograr ciudades inteligentes.

Ahora, por ejemplo, estamos haciendo una construcción en San Francisco donde en un mismo edificio tú tienes retail, viviendas y oficinas, o sea, la gente no tiene que desplazarse grandes distancias para llevar a cabo su vida. Creo que lo que pasó después del terremoto y maremoto acá en Chile fue una muy buena oportunidad para construir proyectos mixtos o master plans, se creó una oportunidad para partir de cero y diseñar y corregir estos errores.

¿Tienen algún plan como oficina de ejecutar alguna obra en Chile? Las ganas siempre están. La oficina ve con muy buenos ojos Santiago de Chile como una buena plataforma para meterse, una buena plataforma para el resto de Sudamérica por la relativa estabilidad económica y política en comparación con otros países que nos rodean. Hoy quizás se ve muy lejano, pero en una oficina como Foster & Partners, que está cumpliendo 50 años, puede ser una opción. De aquí a 5, 10, 15 años, Chile quizás va a ser el líder de la región, y eso es llamativo.

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"Las dos torres del proyecto de San Francisco: First Tower, con una estructura metálica y fachada vidriada, y Mission Tower, de concreto revestido en mármol y cajas de vidrio que aparecen suspendidas de la fachada", especifica Ignacio.