NENDO/2019

Tic tac, tic tac. Las manecillas se despliegan desde una de las esquinas y caminan ordenadamente en círculo como las de cualquier reloj del mundo. Pero a las 12 a.m. y p.m., cuando se alinean con el eje vertical… ¡clic!, se crea un segundo mágico y la figura se vuelve un cubo compacto, tan abstracto como el concepto mismo del tiempo.

Hecho para el 40 aniversario de The Hour Glass, Cubic Clock es un reloj minimalista hasta la médula. Las manecillas salen de la misma figura madre: dos láminas escindidas justo en una de sus esquinas. En la opuesta, como contrapunto, se apoya y sostiene toda la estructura. Ni base extra ni punteros extras, mínimo.

En dos momentos claves “revela su verdadera forma”, dice Nendo, que nos habla poéticamente de la naturaleza del tiempo: cíclica; dos instantes en los que todo parte otra vez, a las 12, el cenit, el punto más alto.

Recomenzar, partir de nuevo, un reseteo total. Ahora que estamos un poco confundidos porque guardados en la casa todos los días nos pueden parecer iguales, Nendo nos recuerda que no es así. ¿Vieron “El día de la marmota”? (Bill Murray y Andie McDowell). Un meteorólogo de TV insoportable queda atrapado junto a su equipo de trabajo y cada día vive exactamente los mismos eventos cuando su reloj despertador suena con la misma horrorosa canción a las 6 a.m. ¡Una pesadilla! Pero vivir lo mismo una y otra vez da la chance de tomar conciencia y desautomatizarse. Es la gracia de los ciclos, parecen lo mismo, verano/invierno, día/noche, pero no lo son. Vivir el momento presente, el instante mágico, como las 12 del Cubic Clock donde todo parte otra vez.

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Hecho en aluminio pulido, Cubic Clock expresa magistralmente en toda su apariencia abstracta la naturaleza intrínseca del tiempo.