Safari es un sillón que parece no tener tiempo. Fue creado en la década del 30 pero sus líneas son totalmente atemporales, sus terminaciones perfectas y elegantes. El danés Kaare Klint (1888-1954) se anticipó varios años al DIY (Do it yourself) con este mueble. Buscaba diseñar un asiento ligero, fácil de transportar y se inspiró en la silla plegable utilizada en un campamento de safari en África. El modelo de Klint está hecho con 20 piezas individuales que se ensamblan sin el uso de herramientas. Producida hoy por Carl Hansen & Son, existen las versiones con lona o cuero. El asiento originalmente no incluía cojín, este se añadió por petición de Arne Jacobsen.

Hijo del arquitecto Peder Vilhelm Jensen-Klint, la arquitectura fue una parte natural de su formación, sin embargo fue el diseño de muebles el aporte más importante de Kaare Klint.  En 1914 recibió su primer encargo, el mobiliario para el museo de Faaborg, y desde ese momento la armonía, elección de materiales y perfecta factura artesanal sintetizaron su trabajo. Una característica de los diseños de Klint es la inspiración que buscó en otras culturas, así África y Asia fueron recurrentes en el imaginario de sus piezas.

Klint ayudó a fundar la Real Academia de la Escuela de Bellas Artes de Muebles de Dinamarca, en 1923, y fue nombrado profesor en 1924. En este papel, inspiró y enseñó a un número de prominentes diseñadores de muebles daneses que más tarde conformarían la edad de oro del diseño de ese país, entre 1945 y 1975. También fundó el Departamento de Diseño de Muebles en la Real Academia de Bellas Artes, empleando un método de enseñanza considerado radical en su época; los estudiantes debían construir los muebles desde adentro hacia afuera, basando su trabajo en un análisis minucioso de su función y de la selección de materiales.d