CARMENCITA 106
En la calle Carmencita, en medio de oficinas y cemento típicos del barrio El Golf, aparece medio tímido este lugar que imita un jardín secreto. Contiene un café –Carrico–, y 2 tiendas de decoración. La obra es de las hermanas Neder –Karen, Daniela y Nicole–, cada una a cargo de lo suyo. Unos pasitos adentro de lo que hace algunos meses fue un estacionamiento feo y un galpón descuidado repleto de escombros, y nos encontramos con un espacio lleno de plantas, pequeñas luces que adornan desde el techo y las tiendas al fondo. Increíble para ir a trabajar en la tarde, o para pasear, comprar o instalarse con un café y un buen libro.
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Café Carrico
En un principio era un carrito de comida saludable que se paseaba por las oficinas del sector. Luego, después de dar con este espacio, Nicole Neder con su Carrico decidió abrir el café a un lugar fijo, siempre con el mismo concepto. "Surgió esta oportunidad de ocupar este espacio.Es un café al paso, tenemos almuerzo, pero seguimos con la esencia del Carrico. Les fuimos avisando a los clientes. El fuerte de nosotros son los almuerzos. Somos una opción saludable, tenemos ensaladas que varían según los días. También hay un menú con el plato del día. Además tenemos un café italiano, ofrecemos desayunos y hacemos desayunos de oficinas. Tenemos varios tipos de té y un rico jugo de naranjas recién exprimidas", comenta Nicole.
K. Tienda Mercado
Su dueña, Karen Neder, nos explica. "Alude a un mercado, la idea es reunir a emprendedores nacionales, en su mayoría mano de obra nacional; el 80% es así. Tenemos objetos para regalar a una guagua o a un abuelito; libros, plantas, un poco de decoración, bicicletas, un poco de cosmética, champús, cuadritos… También tengo muebles de madera hechos por mí, y mis lámparas".
Imposible no mirar: los cojines bordados de Pakistán, llenos de colores, muy prolijos, muy lindos. Ahora están con un 20% de descuento.
La tienda en general tiene descuentos de verano, solo para renovar el stock.
Colomba Casa
Es el nombre de una de las hijas de Daniela Neder, la dueña. Es una tienda pura, se perciben los materiales naturales, como el lino, el fierro, y mucho reciclaje. "Hace 3 años empecé a trabajar con talleres en Chile y estoy bien metida con el desarrollo sostenible. Me interesa el tema del calentamiento global y cómo disminuir la huella de carbono, cómo incentivar la mano de obra nacional en vez de estar importando tanto y gastar en transporte y emisión de CO₂, además de los impuestos, los seguros que se pagan por el transporte, etc.
Por eso opté por una mano de obra local en la mayoría de mis productos. Hay cosas que sí traigo, más bien son cosas que compro e intervengo. Trabajo con costureras y mueblistas". Imposible no mirar: las lámparas colgantes, muy originales, hechas con cordón de yute. Se ven bien de a dos y han llamado mucho la atención a los clientes. Un producto sencillo, pero con una vuelta de tuerca.
Carmencita 106
CAFÉ NÓMADE
¿Café para llevar? Este es el lugar. Su fuerte es el café de especialidad, tienen 2 opciones: primero el italiano y el segundo, uno tostado en Recoleta, Santiago. Es un lugar chiquitito, el café está listo en un par de minutos. "El café de especialidad consiste en que se conoce el origen del café, se sabe dónde se cosechó, uno conoce la fecha de la cosecha y también la fecha de tostado, y esta última no pasa de 10 días desde que se tuesta hasta que se consume. Entonces es un café mucho más ácido porque es menos tostado que un café típico italiano y es más puro al ser de un solo origen", explica Eleonora Martelli, una de las socias de Nómade.
Para acompañar esta bebida existen delicias dulces y saladas, como el alfajor con manjar casero, queques, brownies, medias lunas, algunos productos sin azúcar, otras cosas hechas con harina de almendras. "Tenemos también una variedad de 5 a 6 ensaladas diarias, más sándwiches y quiches para la hora de almuerzo", termina.
Isidora Goyenechea 3400, a la entrada del museo Mui. Instagram nomade_cafe
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DOLCE & SALATO
Es como entrar al patio de tu abuela; chispazos de recuerdos etéreos de la niñez. Un pájaro canta a lo lejos en el cielo, se acerca una limonada muy helada y es un momento feliz. El nuevo café Dolce & Salato –abierto en diciembre– es un pequeño paraíso en pleno barrio Las Lilas, en Providencia. Se emplaza en lo que fue propiedad de Ricardo Lyon, un político de fines del 1800. Hace unos 50 años la esquina se donó al Arzobispado de Santiago, por lo que los dueños de este café tuvieron que pedir permisos especiales a esta entidad para trabajar su arquitectura y convertirlo en un espacio público. De modo que bajo la dirección del arquitecto Sebastián Bravo (oficinabravo.cl) se destaparon los arcos interiores y limpiaron el lugar priorizando la entrada de luz natural; es un diseño sencillo que no irrumpe por sobre a lo preexistente.
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La cocina
Es una cocina familiar y, por lo tanto, transversal. "Aquí puede disfrutar desde un niño de unos 4 o 5 años hasta un abuelito de 80. No tenemos una cocina tan elaborada, pero es casera; desde pizzas, ensaladas, sándwiches gourmet. Tenemos una sección de clásicos dentro de la carta, que va desde ñoqui a charquicán. Lo que nos interesa es llegar al ADN gastronómico de cualquier chileno", señala Luigi Correa, uno de los socios de Dolce & Salato.
Para la hora del té destacan sus croissant rellenos con queso y jamón clásicos, sándwich de carne mechada, de pollo o vegetariano; en lo dulce, el cheesecake con salsa de berries, de toffie o chocolate; la torta de hojarasca con manjar, y los cafés helados. "El ice tea es de cedrón con naranja, limón y canela, exquisito. Nuestros helados son artesanales, hay a base de agua y de crema, son 100% naturales, hay sin azúcar y hechos con fruta fresca de la temporada. Todo es de elaboración propia", detalla Loreto Reyes, la otra socia junto a Correa.
Eliodoro Yáñez 2820, esquina Juan de Dios Vial Correa. Facebook Dolce Salato