Lo primero que hay que tener presente es que en invierno se tiene frío, por lo tanto hay que abrigarse, y solo en verano se siente calor. Segundo, el invierno no es para transformarlo en verano, sobrecalentarse en la época fría es insustentable y malo para la salud (muchísimo contraste con el exterior y resfrío fácil). Y lo tercero, aunque haga frío, salga de la edificación, camine; los exteriores son más limpios y se ahorra calefacción, se libera menos contaminación y se evitan malestares de salud. El problema es que como ya somos cómodos animales de interior, los exteriores nos incomodan. Estamos habituados a estar dentro de algo, y este 'algo' generalmente hay que temperarlo.

Ahora bien, en las edificaciones (nuestro 'hábitat'), para reducir los gastos energéticos, lo primero que hay que tener presente es mejorar la aislación térmica de la envolvente y dejar entrar el sol (aislantes en muros, cubiertas y ventanas con vidrio y cámara de aire).

Lo segundo que debe considerarse es un buen sistema de calefacción auxiliar. Al respecto evitar todos los equipos de combustión interna, pues estos liberan gases, mucha humedad y se 'comen' el oxígeno, y ojo: los ventiladores incorporados en ellos no ayudan con la sanidad del interior. Optar en cambio por las eléctricas, aunque puedan ser más costosas en energía, pero se va a vivir más sano. También son recomendables las de tiro balanceado (estas toman aire del exterior y botan los contaminantes para el exterior), o bien las de tipo centralizadas (mediante radiadores murales o piso radiante), que son más costosas, en donde todo está al exterior y solamente entra el calor limpio requerido, por sectores y parejamente distribuido. De estas últimas preferir las calderas con bombas de calor y de condensación, como las Navien, son realmente eficientes.

Finalmente, tercero y muy importante, se requiere que los dueños de casa sean razonables: esto es que estén atentos en cerrar las cortinas de noche, que las ventanas estén con los sellos en los marcos para evitar las filtraciones de aire, prender la calefacción solo cuando es necesario, no calentar recintos que no se ocupan (si la casa lo permite, p.ej., cerrar el estar si no se ocupa) y fijar una temperatura tipo 18 ºC, la cual es ligeramente fría, por lo tanto significa que dentro de la vivienda se debe estar ligeramente abrigado. Si así le da calor, no se desabrigue, mejor apague la calefacción.