Durante lo que va de este año se han explicado diversos productos y cómo se reciclan, dando información general sobre las ventajas y desventajas de cada uno de ellos: vidrios, plásticos, metales, papeles, edificios, etc. (faltando aún: ropa, electrónica, baterías, alimentos, órganos...).

Pero, al igual como ocurre en la medicina, el remedio (reciclar) no cura del todo, o bien hay que recetar más remedios, pues algo se descompensó con el primero. Así entonces aparece una nueva y diferente enfermedad.

Muchas veces la solución no está en el remedio (reciclar), sino más bien en descubrir el porqué de la enfermedad. En las personas, muchas veces las enfermedades son resultado de una mala alimentación, falta de ejercicios, una vida sin controles, fumar, mucha grasa, mal abrigo, mala estufa, estrés, entre tantas otras. Esto es también comparable al tema de los airbags, invento genial para evitar que la gente muera en accidentes de tránsito. Sin embargo, aquí la respuesta o solución no está en los airbags, sino en que la gente conduciera con responsabilidad, más lento. La pregunta es, entonces, ¿por qué la gente es tan torpe para conducir? Y el airbag no es la respuesta.

Ocurre lo mismo con el reciclaje; en principio, si nadie compra nada, nada se botaría y nada se reciclaría. Como se ha explicado en artículos anteriores, no es una tarea fácil, durante el proceso de reciclaje muchas veces hay más químicos, otro tipo de basura, más normas, más impuestos.Lo recomendable es hacer la respuesta correcta: ¿por qué se botan tantas cosas? La respuesta es simple: pues se compran muchas estupideces, adquiridas por modas, tentaciones, por estatus, por acumular, por mostrar... Todo esto que se desecha daña el medioambiente, y el medioambiente es todo lo que no es uno.

Los animales, en cambio, lo hacen bien, no tienen nada, son solo ellos y por ello no dañan el ambiente.

Los más grandes trastornos al ambiente, y con ello la gran obsesión por el reciclaje, ocurre en las ciudades, cuya vida útil es muy larga. De aquí nacen todos los reglamentos ecológicos, expertos sustentables, materiales de desechos, congresos y marchas contra el cambio climático. Es un círculo vicioso.