Los materiales tienen muchas propiedades y/o miradas; se los puede seleccionar por costos, apariencias, por su resistencia a impactos, al calor, a la luz, duración, mantención, resistencia a diferentes químicos, al fuego, humedad, acústica, corrosión, entre muchos otros. Pero, aparte de los nombrados, ahora para escogerlos se debe incorporar la variable medioambiental en los criterios de selección, esto es cuánto daño hizo y/o haría en el planeta: la huella de carbono del material. Esto que en principio es algo más o menos obvio, no lo es tanto, pues hay mucho desconocimiento, hay falta de estudios, rotulaciones de sus componentes y falta de normas.
Hay materiales que requieren de mucha energía para ser producidos, pero además su recuperación o reciclado puede ser muy complejo y requieren de aun más energía y químicos; en otros, en cambio, como ciertos plásticos de alto requerimiento energético para producirlos, son más sencillas sus recuperaciones. Hay otros que son prácticamente eternos, con lo cual su vida útil es larguísima (cobre, p.ej.), ellos nunca más producirán problemas; idealmente estos deberían ser de un uso sumamente necesario, p.ej., tuberías (de hecho, muchos artículos de cocina de la Grecia antigua en este metal aún están en perfecto estado, 3.000 años). Otros, siendo más fáciles de producir requieren de mucha mantención (p.ej., los vidrios, que hay que limpiar constantemente); también hay otros tantos que siendo demandantes en energía, permiten ahorrar mucha energía posteriormente en climatización (los aislantes), se compensan por su ayuda.
Hay otros que efectivamente se biodegradan (p.ej., los de madera), ellos se pudren y son alimento para otros organismos, pertenecen a un ciclo de vida. En este grupo hay algunos que se ofrecen como biodegradables, se desvanecen en el tiempo, pero ojo que no fueron alimento para nadie; el hecho de que después de ciertos años no se vean no significa que son ecológicos o se biodegradaron: ahora son gases tóxicos dando vueltas en alguna parte; no olvidar que la materia no desaparece, solo se transforma.
Otros materiales pueden requerir muy poca energía, pero si son transportados a grandes distancias serán ahora contaminantes. Y para complicar más las cosas, las energías mencionadas podrían ser del tipo renovables, p.ej., producir algo en algún plástico pero con energía solar ya no sería tan contaminante.
Hay mucho que aclarar en este aspecto de la huella de carbono de los materiales, no es tan simple: recién se está comenzando.