Las crisis generan cambios y enseñanzas, y por lo mismo es importante mirar para atrás, a momentos cuando se implementaron soluciones que modificaron nuestro hábitat de manera permanente. Por lo mismo, creo necesario revisar el movimiento moderno, el más cercano, y entender su génesis, no como una corriente estética, sino de dónde surge… de la urgencia de implementar los cambios sociales y urbanos que las ciudades estaban pidiendo a gritos. La migración campo ciudad fue una ola que creció con la revolución industrial y no se ha detenido, más gente en menos metros, más demanda sobre los servicios básicos. Hoy volvemos a comprobar que el acceso a agua limpia –algo que muchos no nos cuestionamos–, y que debería considerarse resuelto, no lo está, y nuevamente, como a fines del s. XIX, puede ser la diferencia entre estar sano o enfermo.
El movimiento moderno viene de la mano con los principios del higienismo, cuando se entiende que el sol y la ventilación son tan importantes como el techo sobre nuestras cabezas, que nos mantiene secos. El Ensanche en Barcelona, ejemplo exitoso y vigente hasta hoy, muestra cómo una ciudad decide dejar atrás los muros que la protegían y abrirse de manera ordenada y democrática a la luz.
Cuando pensamos en una casa ‘higiénica’, la cocina y baño son los actores principales, y en esta edición les mostramos nuevas propuestas para baños, porque los materiales y terminaciones están siempre evolucionando. Pero esto va más allá de eso… revisen sus rutinas, ventilen diariamente, porque renovar el aire es importante, y saquen partido a las ventanas donde llega sol, porque es salud.