Trabajar, pero en buenas condiciones, debería ser el legado de la cuarentena. Estos meses hemos aprendido que se puede combinar casa y trabajo, que existe tecnología que acorta procesos y que lo presencial siempre será importante, pero bien administrado no es necesario que sea siempre. Una de las cosas que todos hemos visto como urgencia es contar con un espacio dedicado: buena luz, buena mesa de trabajo, ¡buena silla!... muy importante. Idealmente un lugar que se pueda cerrar o independizar del resto de la casa para lograr concentración cuando estamos trabajando, pero también para ponerle fin a la jornada en algún momento del día. Las inmobiliarias han reconocido estas necesidades y están agregándolas a sus nuevos proyectos ya que son requerimientos que no van a desaparecer.

Un proyecto en el Sur, respetuoso de su entorno, con valor agregado para los trabajadores, suena como el lugar ideal para trabajar. Los arquitectos a cargo dedicaron muchos días y horas, casi un año, hasta dar con el emplazamiento óptimo, tanto para el edificio como para sus usuarios, y generar el menor impacto en la naturaleza.

Y para abrir, una conversación con Cristian Valdés, premio nacional de Arquitectura, su visión sobre la importancia del paisaje como referente, de la forma y de cómo todo debe obedecer a un porqué, liberando las formas de lo accesorio. Ideas sobre las que sigue trabajando y evolucionando.