Hace tiempo que veníamos hablando en las reuniones de pauta sobre hacer un número dedicado 100% a la cerámica. No habíamos tenido el espacio, pero lo más difícil era ponernos de acuerdo en cuánto abarcar, porque la cerámica es un tema enorme, ha acompañado al hombre desde que se dio cuenta de que moldeando y cociendo arcilla la vida podía ser más fácil y después más bonita. La cantidad de técnicas y materiales son casi infinitos, y finalmente cada artista desarrolla su propio camino. Hay química de por medio, por lo cual, como la pastelería, hay que ser precisos y manejar conocimientos para conseguir los resultados que se buscan, pero siempre el horno aporta su propia opinión, por lo que creo que reproducir algo de manera idéntica es casi imposible, a menos que sea en procesos industriales.

¿Cómo armamos este número? Solo Chile, porque poner la mirada afuera era abrir un universo inabarcable; datos prácticos, porque nos interesa que más gente se involucre y aprenda; nuevas caras, porque hay muchos que están creando de manera fresca; nuevos enfoques, porque a pesar de ser un material milenario, la innovación en cerámica es una constante. Nos quedaron pendientes conversaciones con la gran Ruth Krauskopf, creadora de Huara Huara y una de las responsables de la divulgación de la cerámica en Chile, o Lise Moller, quien ha abierto puertas afuera al hacer chileno, o con Fernando Casasempere, artista chileno radicado en Londres y quien hoy expone en todo el mundo en escenarios de primer nivel; pero hubo que optar, y consideramos que esta vez había que mostrar gente nueva en un oficio milenario.