Y se acabó el verano… fueron meses de intenso calor en la capital y de mucha nube en la costa central, la vaguada costera no dio su brazo a torcer, quizás por eso los lagos del sur están cada día atrayendo más veraneantes, aguas más cálidas hacen que la idea de meterse a nadar sea factible, y no morir en el intento como cuando uno lo trata de hacer en nuestro gélido y hermoso Pacífico. Ojalá este intenso desarrollo inmobiliario sea con conciencia, tomando en cuenta que son zonas que deben ser protegidas y donde no da lo mismo cómo y dónde se construye. Los municipios locales deben ser capaces de regular lo que hoy es una bonanza, se puede transformar en zona saturada muy rápidamente, como ya está ocurriendo en algunos sectores de Villarrica y Pucón.
Para cerrar el verano quisimos mostrar dos casas en la playa, dos propuestas para arrancarse del año corrido, pensadas para pasarlo bien en familia y con los amigos. La primera en la mitad de un bosque con terrazas que se proyectan y conquistan el terreno; la segunda en una loma con vista al mar, la vida de esta casa está armada en torno a la piscina y el quincho, un gran espacio donde se puede armar todo tipo de panoramas, independiente de si hay o no sol.