Sebastián Errázuriz es sin duda hoy el diseñador chileno más importante y relevante en el escenario internacional, aunque yo diría que hoy es más neoyorquino que chileno, pero eso es un detalle. Siempre nos sorprende, no solo por la audacia en sus diseños, sino por la teoría que los sustenta; hoy su investigación va por las nuevas tecnologías y cómo estas están cambiando la manera de producir y de relacionarnos –creo que fue a una de las primeras personas a las que les escuché hablar sobre estos cambios–, y a partir de ese análisis hizo una elección racional al imbuirse 100% en el mundo de la tecnología y de los procesos virtuales, y su evolución en diseños así lo demuestra. Entre el árbol tallado con tecnología digital para Audemars Piguet a la muestra que trae a CA660 en noviembre hay meses de producción, quizás un par de años máximo, pero en ese breve periodo su teoría ha recorrido un largo camino. Por eso, ojo con 'ErraZuriz', porque evoluciona rápido y de manera consistente.
Y son estas mismas tecnologías las que están cambiando la manera de trabajar y de generar resultados. Cuando hablamos de coworking, la mayoría piensa en una gran mesa de trabajo comunitaria donde muchos emprendedores llegan a conectarse y así compartir y abaratar gastos de administración. Hay algo de cierto en eso, pero va mucho más allá, y son las sinergias y dinámicas colaborativas las que transforman la experiencia de cowork en algo nuevo, distinto y mucho más grande que solo las personas que ahí participan. En tiempos en que las economías circulares ganan cada vez más terreno, trabajar de esta manera no solo es esperado sino sumamente positivo; la ayuda y la cooperación abren canales a propuestas nuevas y se llega a soluciones que uno solo no habría vislumbrado. En este número mostramos una pequeña ventana, pero esto está creciendo y evolucionando rápido; vale la pena sumarse. Por algo las grandes como Google y Uber son sus más claros exponentes.