Cuando Le Corbusier propuso sus 'unidades de habitación', estaban concebidas como pequeñas ciudades autocontenidas y de gran autonomía, ciudades verticales y con el equipamiento necesario para que la vida en comunidad floreciera de buena manera. Estos proyectos representaron una evolución a lo que Le Corbusier venía haciendo, sobre todo por la escala a la cual se enfrentaba. Pensadas como vivienda social para la gran cantidad de desplazados producto de la guerra, estos proyectos fueron el modo de poner en práctica sus ideas sobre una nueva arquitectura, que se resumen en 5 puntos principales.

1.- Construcción elevada sobre pilotis, al despegar la estructura del suelo permite la integración del paisaje y una circulación peatonal más fluida, esto será replicado por Niemeyer en Brasilia años después.

2.- Techos jardín; fue un precursor al activar la quinta fachada y dotarla de un programa, el cual podía incluir jardines, piscina y terrazas, incluso llegó a proponer guarderías y un pequeño hotel en la unidad de Marsella. Era su manera de devolver a la naturaleza lo que el edificio había quitado.

3.- Planta libre, gracias al sistema modular de pilares estructurales desarrollado por él, los muros se liberan de la carga permitiendo que se ubiquen según criterio de uso y no según la carga que antes soportaban, lo que permite un diseño mucho más suelto.

4.- Fachada libre, la estructura también se independiza de la fachada, permitiendo que esta se proyecte hacia adelante; esto transforma la fachada en un lienzo que responde principalmente a criterios estéticos y no estructurales

5.- Ventana alargada; una ventana de estas características ilumina de manera pareja el interior de la casa con abundante luz. La amplia visión horizontal enmarca las vistas de mejor manera.

En la Corbusierhaus, la unidad que Le Corbusier proyectó para Berlín y que fue construida entre 1956 y 1958, estos principios son fácilmente identificables, a pesar de que la obra fue modificada por los alemanes para adaptarla a sus normas constructivas.

En tiempos de constante demanda habitacional y donde los metros son cada vez más escasos y caros, tener en mente estos principios es importante, porque la dignidad de la vivienda es algo que jamás debiera transarse.