El buen vivir de Valdivia
Elegida por segundo año consecutivo como la mejor ciudad chilena para vivir, la capital de Los Ríos conquista por sus amplias áreas verdes, sus cervezas artesanales, buen café y su cultura universitaria. Aquí, un recorrido para caminar por la ciudad.
¿Por qué Valdivia?
"El próximo año dejaremos Santiago para instalarnos con mi marido y mis dos hijas (3 y 10 meses) en Valdivia. Pese a ser una ciudad de mucha lluvia, la calidad de vida para los niños es buenísima: juegan y tienen contacto con la naturaleza y animales. Es una ciudad pequeña, hay vida de barrio, uno conoce a los dueños de los locales, hay muchos panoramas y cada vez hay más cafecitos y restoranes con propuestas interesantes. Para nosotros, vivir en una casa en Santiago es imposible, pero en el sur nos construiremos un espacio con patio para que las niñas jueguen. Una de nuestras inquietudes era la educación de ellas, pero hay excelentes opciones académicas. Estamos ansiosos por la vida que nos espera". Cristiana Bargetto, 31, fotógrafa. @cristiana.bargetto
¿Qué define a una buena ciudad?
En el Barómetro Imagen Ciudad, presentado en diciembre pasado por la consultora Visión Humana, los chilenos evaluaron las ciudades del país en cuatro dimensiones: para estudiar, trabajar, vivir y visitar. Valdivia encabezó las dos últimas categorías. Los atributos de la votación fueron: clima agradable, limpieza, conectividad con el resto del país, gente amable, posibilidades de trabajo, oferta comercial, actividades culturales, bonitas construcciones, seguridad, universidades, espacios verdes y libre de contaminación.
Recorrer los ríos de Valdivia: Las aguas del Calle-calle
En lancha a motor, pedaleando en familia o con los clásicos remos, este panorama es un clásico de todos los tiempos. Con recorridos desde los 30 minutos, todos los días entre las 10 y 19 hrs.
Abastecerse en el mercado fluvial
A orillas del Calle-Calle, diversos productores ofrecen desde pescados y mariscos hasta maqui, papas nativas, y, por supuesto, ricos quesos. El chef Tomás Pereira (@espaciococina) recomienda comprar la sierra ahumada que ahí venden y mejor si se pilla fresca.
Un dato deco
Maderas nativas que se recuperan del río Golgol y del lago Puyehue es lo que el ingeniero José Hernández y la bióloga marina Roxana Cárdenas transforman en tablas de cocina para aperitivos, percheros y lámparas. "La madera la dejamos secar unos dos meses y después la barnizamos. Mañío, alerce, lingue y laurel son algunos de nuestros hallazgos", cuentan. Desde $4 mil. Hasta fines de febrero en la Costanera, frente a la Capitanía de Puerto. @likanarteydecoracion
Contemplar y disfrutar la naturaleza
Jardín botánico
Un verdadero "museo" de plantas vivas es este jardín creado en 1957, cuyas 10 hectáreas se pueden recorrer en una hora. Para Mylthon Jiménez, ecólogo y director del lugar, dos imperdibles son el Jardín de las Myrtaceae por los colores de los arrayanes y la sección de la Selva Valdiviana. En verano, entre las 10 y las 19 hrs, hay visitas guiadas gratuitas –solo se solicita propina para los guías– de una hora.
Facebook: Jardín Botánico UACh-Oficial.
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Parque Saval
Es el área verde más importante de la ciudad. Hasta el año 1944 sus terrenos se usaron para fines agrícolas, de ahí su nombre: Sociedad Agrícola y Ganadera de Valdivia. Son 30 hectáreas y su principal atractivo es la Laguna de Lotos, lugar perfecto para hacer un pícnic. En verano hay carritos de comida y emprendedores de la zona venden sus artesanías.
De lunes a domingo, de 8 a 23 hrs. $500 adultos y $100 niños.
Ruta histórica
Calle Pedro Lagos
Casas construidas por colonos alemanes a fines del siglo XIX se pueden ver en la calle General Pedro Lagos, reconocida como Zona Típica. Las construcciones sobrevivieron al incendio de 1909 y al terremoto y maremoto de 1960 y varias de ellas tienen placas que cuentan su historia. La recomendación es partir en la calle Yerbas Buenas y bajar hasta el Torreón El Canelo.
La última frontera
Muy cerca del Torreón está este restorán, que lleva más de 20 años funcionando y cuyos sándwiches lo hicieron merecedor del título de la cuarta mejor picada de Chile según el concurso organizado por el Consejo de la Cultura (2014). En una casa patrimonial de más de 100 años, decorada con cuadros y fotos, reúne desde estudiantes hasta familias con guaguas. "Me di cuenta de que faltaba una sandwichería con preparaciones novedosas, con buenas cervezas de la zona y precios honestos. Aquí, nadie se siente discriminado, por eso todos se sienten como en casa", dice Marisol Cumsille, su fundadora. ¿Qué probar? el Butch Cassidy, un sándwich de cebolla caramelizada, champiñones, ají verde, queso fundido y carne; y en invierno el valdiviano, una sopa de papa y charqui, siempre acompañados por alguna de las cervezas artesanales de la ciudad como Cuello Negro o Del Duende. De lunes a sábado, de 10 a 3 de la mañana.
Facebook: Café La Última Frontera.
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Foto: José Miguel Matamala[/caption]
Una muestra de arte
Hasta fines de marzo en el Centro Cultural El Austral estará la muestra "Bordar el Desborde: Las bordadoras de Isla Negra 1969-2019", la misma que se presentó en el Bellas Artes y que conmemora los 50 años de esta icónica agrupación de mujeres del arte popular nacional.
Facebook: Centro Cultural El Austral.
El sábado 29 de febrero se realizará la tradicional Noche Valdiviana en la Costanera de la ciudad.
Cultura cafetera: Ya lo sentenció la revista 'Monocle' en su ranking de ciudades pequeñas: la calidad de vida va de la mano de un buen café. Y, aunque en Valdivia ninguno abre a las 6 de la mañana como lo propone el índice de la revista británica, sí hay un movimiento cafetero que empieza a consolidarse.
La Firma
Abierto hace menos de un mes por dos hermanos valdivianos junto a su papá, en La Firma se puede tomar desayuno desde las 8 de la mañana o un schop de la cerveza valdiviana Totem en la tarde. Vale la pena probar la pastelería hecha en el local con las recetas de la abuela materna, como la torta de bizcocho de trufa de chocolate con manjar. Para los salados: la hamburguesa casera de pierna de cordero y menta con queso cheddar, lechuga y cebolla acaramelada en pan frica. "Usamos solo proveedores locales", dicen. @cafelafirma
Café Cromo
Cerraron su cafetería en Ñuñoa para instalarse en pleno centro de Valdivia hace solo un mes. "Era nuestra ciudad favorita y siempre quisimos vivir acá", dice Camila Núñez (31), quien llegó junto a sus dos hermanos. El sello del local es la repostería vegana que ella misma elabora. @cromocafe
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Foto: Eddie Fernandez[/caption]
Café Poiesis
Ubicado en una casona patrimonial, hace cinco meses abrió el Café Poiesis, una de las cuatro cafeterías de especialidad de esta ciudad. Tienen distintos métodos de filtrado: V60, Kalita Wave y Chemex y usan granos de distintos orígenes que cambian semanalmente.
Ojo con su terraza interior. @cafepoiesis
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