De mirada melancólica.
Los retratos del director y fotógrafo Matías Leiva están unidos por la melancolía. “Durante los años que he retratado personas, la misma gente a la que le he tomado fotos me ha dicho que logré sacarles ese sentimiento”, dice.
El cine es fundamental en su trabajo y vida, con un ojo entrenado por una madre que lo hizo ver cientos de películas en su niñez. “Mi forma de utilizar la luz ambiente y los colores que utilizo son todos inspirados en las múltiples películas y directores que me gustan”, cuenta. behance.net/matiasleivafoto
Te retrato
A Domicilio Retratos es un colectivo de dos pintoras: Magdalena Contreras y Aranzazu Moena, que se formó en agosto del 2018. Hoy están en el proyecto Teleretratos, que son retratos por videollamadas y consiste en agendar un teleencuentro, “ahí hacemos un boceto de la persona y sacamos ‘pantallazos’ para tener la fotografía de referencia y luego hacer el retrato”, explican.
Son retratos realizados al óleo o acrílico sobre papel. “Nos demoramos un par de semanas en enviar a la persona una foto del retrato terminado”, cuentan.
Las razones para hacerse un retrato son miles. “Muchas parejas que quieren inmortalizar el momento de cuarentena, personas que están de cumpleaños, que quieren experimentar con una pintura que saben que no será mimética, pero sí les representará de alguna forma”, explican. @adomicilioretratos
La que toca y retoca
La húngara Flóra Borsi es joven, talentosa y autodidacta, y se ha hecho famosa por los autorretratos surrealistas que hace. Ella se define como fotógrafa y artista visual, y el mundo puso los ojos sobre ella con la serie Animeyed, donde crea imágenes que mezclan rostro y animales con su increíble habilidad para retocar. @floraborsiofficial
El retratista supremo.
El destacado fotógrafo nacional Luis Poirot se reconoce desesperado por lo que estamos viviendo. “El retrato se hace en la cercanía de ese espacio de intimidad en que te dejan entrar”. Cercanía que hoy no puede tener. Además está en suspenso el libro “El paisaje es el rostro”. Retrato de cien escritores chilenos donde le quedan siete por hacer y no sabe cuándo podrá reiniciar su labor.
Poirot ama profundamente este oficio, y a quien se esté iniciando en esta carrera le aconseja fotografiar “lo que se conoce, lo que está cerca y no buscar en un país lejano con la mirada de un turista de paso. Hablar de aquello que te conmueve personalmente, lo tuyo y que será tu espacio en el mundo de la fotografía. Hará de ti un autor y no un repetidor”, nos dice.
¿Qué es lo más lindo que te ha regalado el capturar miles de retratos a lo largo de tu carrera? Lo mejor del retrato es el encuentro, la experiencia de un diálogo a solas, y el momento en que se divisa en la mirada una luz especial que te dice que te has comunicado con ese ser.
¿Qué trabajo, relacionado al retrato, recomiendas revisar? Quisiera que tuviésemos un Museo de Fotografía, en el que hubiésemos podido rescatar los retratos de Jorge Sauré de los años treinta. Releo el texto de Hervé Guibert “Imagen fantasma”, porque es la pesadilla de todo fotógrafo. Los retratos de sus amigos, de Goya, porque creo que fue fotógrafo sin cámara. @luispoirot