El vino y la orfebrería juntos
Cada uno de los vinos que produce Viña Maquis lleva una pieza de orfebrería en su etiqueta. Así de estrecha es la relación que han establecido con este oficio, al que próximamente dedicarán un museo propio. Por eso no extraña que hayan lanzado un concurso buscando expresiones contemporáneas consistentes con su colección y su historia.
La orfebre Valeria Martínez Nahuel cree que es demasiada coincidencia. Primero la seleccionan desde Arte Originario junto a otras siete orfebres para crear una pieza nueva inspirada en la colección ya existente, mayoritariamente de origen mapuche, propiedad de Viña Maquis. Dentro de las imágenes que se le entregan para encontrar inspiración ella escoge sin saber mucho, básicamente por razones estéticas, una pipa de plata o quitra rayen. Lo primero que arroja su investigación es que la pipa se inspira en el árbol del canelo, sagrado para los mapuches; Valeria lleva años desarrollando una colección llamada 'Árboles sagrados', que expuso en 2015 y trabaja hasta el día de hoy. "Siento que la pieza me llamó, yo no la elegí", dice ella.
La flor del canelo se llama rayen y representa para los mapuches la capacidad de las mujeres de dar vida y con ello la posibilidad de volver a nacer, por eso Valeria bautizó 'Renacer' la pieza con que ganó el primer lugar en el concurso que lanzó Viña Maquis para expandir su colección de joyas que en el futuro espera exponer en un pequeño museo propio. Valeria trabaja hace 10 años la técnica de la filigrana, y siendo de la escasas cultoras que esta tiene en Chile se siente autorizada para presentar su filigrana como un arte contemporáneo con origen ancestral; primero por la exploración constante que caracteriza su obra, luego por llevarla a materiales como el cobre, distante de los tradicionales oro y plata. "Mi pieza está hecha, una parte en cobre y otra en una aleación japonesa que se llama shibuichi, que se ocupaba generalmente para hacer los mangos de las espadas en Japón. El shibuichi es duro y tiene tonos entre plateado y dorado. Este metal me permitió dar los colores que tiene mi pieza".
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Desde Arte Originario, quienes se encargaron de la curatoría del concurso, explican que la orfebrería contemporánea se caracteriza, entre otras cosas, por la diversidad de materiales y técnicas que se usan. De manera que uno de los criterios de selección fue justamente ese. "Nos preocupamos de elegir orfebres que trabajan con diferentes técnicas y variedad de materiales como resina, cobre, plata, oro, bronce, crin de caballo, cerámica y textil. Importantes fueron también en la elección el currículum de cada una y el oficio. Las participantes elegidas tienen una larga trayectoria y son consideradas a nivel nacional e internacional. El estilo de cada una fue también decisivo. Las artistas seleccionadas se reconocen por sus obras. En la selección valoramos el sello propio".
Las artistas convocadas por Arte Originario para este concurso de Viña Maquis fueron Mónica Pérez, Chantal Bernsau, Vania Ruiz, Ilonka Palocz, Gabriela Harsanyi, Liliana Ojeda, Valeria Martínez y Clarisa Menteguiaga.
Parte importante de la identidad de Viña Maquis descansa en el lugar donde se establece, asociado a la producción de vinos desde el siglo XVIII, que destaca por tener características de terroir muy especiales debido a su ubicación entre dos ríos. "Desde nuestros inicios hemos querido no solo producir vinos auténticos y de calidad, sino también vincular nuestra viña a proyectos relativos al arte, la cultura y la sustentabilidad. 'Las joyas de Maquis, colección que inspira' es un ejemplo de lo anterior y busca hacerle un homenaje a la orfebrería chilena contemporánea. Esperamos que sea una experiencia que todos recordemos", afirma Ricardo Rivadeneira, director ejecutivo de Viña Maquis.
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