"Soy mala para medir, para explicar cómo llego a los colores con los pigmentos que utilizo. No sigo un patrón. Cada cojín, mantel o pañito cuenta una historia, y eso es lo que me gusta… que ninguna tela es igual a otra", dice la artista, basándose en su sentido intuitivo.

¿Por qué no digitalizar y hacer el trabajo en serie? Es una pregunta que Magdalena no se hace, "porque soy una persona que me aburro fácil y lo interesante de rescatar este oficio y abordarlo de manera artesanal es que te permite ir cambiando y experimentando", confiesa.

A Mano 100 se llama la marca con que la diseñadora de la Universidad Finis Terrae bautizó su emprendimiento hace seis años y con la que se decidió abordar la serigrafía sobre tela. Un proceso que parte desde cuando transfiere la imagen al bastidor hasta el estampado sobre fibras naturales, principalmente linos y algodones. "Llegué a la serigrafía a través del grabado. En un momento estuve haciendo grabado verde y quería estampar una tela, y probando distintas técnicas llegué a esta. En la universidad nunca me gustó porque el trabajo se hacía con tinta en aceite, un proceso tedioso que implicaba retirar el producto del bastidor; pero después apareció la tinta al agua, más amable y menos tóxica", aclara.

Los más de 100 bastidores acumulados en su luminoso taller en Vitacura hablan de las posibilidades que surgen del juego de la artista a la hora de combinar y echar suerte en las distintas creaciones. "Estos son mis lápices. Yo dibujo con lápices grandes, chicos, pedacitos de lápices", dice. Creaciones que se han visto plasmadas en las diversas colecciones, inspiradas en patrones del siglo XVII francés, que han ido evolucionando en seres mágicos, como perros con alas, que conviven entre medio de piñas.

Su última colección, "Desordena tu cama", la pensó con la intención de descombinar llevando el arte a la pieza o a otros espacios de la casa. "Hay algo que me carga y es el composé". Esa colección surgió tras la crisis social, cuando se suspendió la feria Art Week pronosticada para noviembre del 2019 en la Estación Mapocho, donde Magdalena exponía sus cuadros de serigrafía textil y collage, entonces se volcó en algo más utilitario como esta saga de cojines y almohadones que han sido todo un hit.

@amano100

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