“Trabajamos entre Mallorca, Estocolmo y alrededores. Vivo a caballo entre los dos países”, cuenta Sofía Dinkelspiel Ekman, quien desde hace varios años en Palma, con su estudio Servabote, se dedica a la construcción y decoración de interiores; a lograr espacios funcionales, estéticos y “un ambiente zen en donde estés a gusto y te quieras quedar para siempre”, dice.
Este departamento, ubicado en la parte alta de la ciudad, una zona de edificios nobles de principios del siglo pasado, bonitos y bien cuidados –explica–, fue remodelado atendiendo un par de peticiones fundamentales del mandante: “Un ambiente con un estilo entre el de Östermalm (el barrio) y el del Soho de Nueva York, en el que todos los suelos fueran iguales y que no hubiera umbrales entre las diferentes estancias”.
De ahí que, como dice Sofía, se cambiaron muchas cosas en él. Levantaron todos los suelos antiguos, insonorizaron el espacio antes de poner el nuevo piso de roble envejecido y teñido. Y la vez mantuvieron detalles propios de su estilo.
“No queríamos que el apartamento perdiera su alma –el edificio es del 1907– y por eso mantuvimos las molduras decorativas en los techos, las paredes y en la carpintería, así como los herrajes de las ventanas. El estilo puro de Östermalm es bastante tradicional, basado en madera y con muebles más ligeros que los empleados para este proyecto, pero la altura de los techos –por sobre los tres metros en todas las habitaciones– nos permitió emplear muebles grandes, lo cual pensamos da comodidad y una sensación adicional de lujo”.
Unidad, acero, madera y cobre
El color neutro de suelos y paredes unifica los ambientes de esta casa de 290 m², creando un flujo rítmico sin sobresaltos de una estancia a otra. Recorre todo el departamento generando esa calma visual que de tanto en tanto alza un poco el volumen con el blanco de marcos y guardapolvos que iluminan los espacios. Como dice Sofía, “tuvimos claro que queríamos este color entre beige y gris, que tenemos en las paredes de la cocina y el salón, en todo el apartamento. Pensamos que es importante tener un hilo conductor que una todo”.
Uno podría pensar que el resultado es un lugar más bien frío, pero los materiales escogidos hacen de contrapunto a los colores neutros e imprimen calidez y vida a todos los ambientes. A la pulcritud del acero inoxidable responden vivos los tintes rojos del cobre; a su superficie aséptica y helada, la suavidad tersa del cuero natural, o las paredes revocadas en cemento teñido que aportan el toque rústico, la huella humana en la materia.
“Estos materiales se han usado en todo el apartamento de manera que lo aprecias en todas las estancias. Así conseguimos que toda la casa esté en consonancia con este concepto, cosa que ayuda a conseguir este sentido zen que siempre buscamos”.
Una cocina cálidamente industrial
Para la cocina querían reunir tanto elementos naturales como tradicionales –que le dieran un toque cálido– y a la vez, conseguir un estilo contemporáneo. Por eso optaron por la madera, el cuero natural en sillas y basurero, varios elementos diseñados por Servabote, como la mesa de roble, los estantes, las lámparas y una cocina de look muy industrial y purista, la Ego de Abimis. “Escogimos esta cocina junto con el cliente porque pensábamos que reunía todo lo que buscábamos: acero inoxidable, calidad, modernidad, originalidad y funcionalidad. Estuvimos pensando en la versión brillante, pero abandonamos la idea por razones prácticas”. Se trata de un solo bloque de acero inoxidable que integra los planos de cada modulo. Sus ángulos, suavizados en bordes y puertas, más la terminación mate le dan un toque sofisticado, pulcro y profesional a la cocina.
Ideas que inspiran. Acentos de color para romper la monocromía con la cual se diseñó este departamento.