Maiza, estilista y peluquera, no ha podido reactivar su oficio por la cuarentena. Y tras la nueva normalidad, la idea de hacerlo desde su departamento, atendiendo de forma personalizada, lo visualiza como la mejor opción.
Antes de la pandemia, junto a su marido, Ítalo, le encargaron la remodelación de su departamento a 57 Studio, siempre pensando en unir vida y trabajo, aprovechando esta planta abierta y versátil. “Parte del encargo fue incorporar el ‘home studio’ en el diseño”, dice el arquitecto Benjamín Oportot.
El departamento pertenece a un edificio modernista construido en 1969 por el arquitecto León Prieto Casanova que ya había sufrido una primera transformación estructural, que contempló la idea de dejar los espacios públicos integrados. El encargo fue entonces una remodelación principalmente en el layout de la cocina, repensar la distribución y diseño de los muebles y renovar materiales. Además del nuevo baño, adaptado a la peluquería boutique.
Entre los requerimientos estéticos estaba el rescatar e incorporar el lenguaje original del edificio, con materiales modernos que reinterpretaran los antiguos. “Es por eso que aparecen algunos mosaicos que se basan en los existentes y otros azulejos en formatos pequeños también muy de la época”, agrega Benjamín.
El estilo informal de la familia, con un hijo de 15 y una niñita de 4 años, los llevó a optar por la vida en torno a la cocina, de poder trabajar y cocinar a la vez, de estar encima de la salsa, poder observar a los niños y compartir, sin perder de vista el verde paisaje del Parque Forestal. Situación que, de manera premonitoria, han aprovechado al máximo en este tiempo.
Ideas que inspiran. Una remodelación completa que tiene la cocina como protagonista y une a la familia.