El arquitecto Iván Bravo se enfrentó a trabajar con una construcción que presentaba problemas técnicos y que, con el paso del tiempo, generaron importantes deterioros en la infraestructura original. La propietaria de la casa, Bernardita Silva, "decidió no solo resolver los problemas, si no que hacer una renovación relevante que le diera una calidad de espacios y estética al hogar", cuenta Bravo.
Se trataba de una casa antigua, de unos 50 años, con algunas ampliaciones anteriores, que desde el punto de vista de Iván, hacían confusa la forma de usar los espacios. "Por ejemplo, tenía muchas áreas que no se usaban cotidianamente, especialmente las más públicas como el living", y a eso se le sumaba que existía mucha escasez de luz en el primer piso. La propuesta se resume en que se redujeron el número de espacios para así desahogar la casa en su generalidad, abriendo los lugares importantes para inyectarles luz.
Tres fueron las operaciones que se hicieron para articular los espacios. Se incorporó la cocina al living comedor, se demolieron todas las construcciones hechas en remodelaciones anteriores que se encontraban en el patio posterior y se construyó una piscina y un invernadero.
Iván trabajó con un presupuesto acotado, por lo que los materiales usados fueron muy simples. Mucha madera de álamo para los cierres y puertas nuevas, materiales de lo que se demolió, como por ejemplo el muro de ladrillo del estar que se eliminó, reutilizamos parte de las ventanas en el invernadero, etc.", dice. Además usó el ingenio en el manejo de los sistemas de pinturas que se convirtió en una estrategia de material importante. "Por ejemplo, en el exterior yo quería la casa completamente negra y brillante… Gracias a un viaje a Ámsterdam, tomé las casas de esa ciudad como un referente, ya que muchas de ellas son construidas en ladrillo pintado brillante, cosa que en Chile no pasa mucho. Por otra parte, en el sector principal de la casa, lo que divide el living con el comedor cocina es una pintura de alto tráfico que pasa por muros, cielo e incluso sobre el parqué", explica.
Iván piensa las obras de arquitectura como una totalidad, por lo mismo, participa en toda la escala de la obra, desde la construcción hasta los objetos de diseño. En este caso, diseñó los muebles típicos que se entregan con una casa como la cocina, la logia, vanitorios de baño, zona de asados, etc. "Pero acá además desarrollé la mesa de comedor, la repisa amarilla del living, el número de la casa, hasta una lámpara halógena que va en el baño de visitas, que fue pensada y diseñada exclusivamente para este proyecto. Busqué en ferias cosas antiguas, algunas de otros usos que fueron adaptadas, como algunas de las lámparas interiores y exteriores, colgadores de toallas, manillas para los muebles, etc. Básicamente nada quedó al azar", dice.
Como resultado quedó una casa abierta, conectada, relajada. "Una casa que no necesita estar todo en su lugar. No me interesa la arquitectura que no permite una mochila en el suelo, las ventanas en diferentes aberturas, lo que sea. Las casas son para vivirlas. Por eso acá propuse una mixtura, ni contemporáneo ni de época, ni minimalista ni saturada. La casa es como tiene que ser", concluye. Iván Bravo Arquitecto: info@ivanbravo.cl Tel: +569 954609507 ivanbravo.cl / @comodoroo
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Ideas que inspiran. Los objetos de esta esta casa forman parte de la colección de años de su dueña, todos de un aire moderno y con un fin específico: espacios limpios, pero con buen diseño.
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